ĿOѴƐ ĿOѴƐ RƐѴOĿ

[chibit]

Chatnia rodeo los ojos y suspiro -Ves que eres bruto, no se llama investigar, se llama chismear, sacar probecho de los secretos agenos y hacer lo que quieras con la vida patetica de los demas- chispeo los dedos y comenzo a caminar -Alla tu si quieres chantajear a alguno para no contar su preciado secreto- siempre era igual, por eso su mala fama y asi conseguia mas cosas que cualquiera

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-Oye Vic y que tal tus vacaciones?- Pregunto la muchacha alzando la mirada durante unos leves segundos

[Snade]

—Lo sería si hubiera más ponche — Largó una risita algo tonta a lo bajo. Sabía que Raymundo era un buen bebedor, que resistía la ingesta de increíbles cantidades de alcohol.

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Se acercó a su oído, riéndose, pero la verdad es que su actuación comenzaba a perturbarlo. Era más apasionado de lo normal y la situación era demasiado fogosa… por no decir algo tremendamente homofóbico.

—Oye, te estás yendo un poco a la mierda — No estaba seguro si seguir con el juego. Demeter se estaba yendo al carajo con el tema de fingir.

Le hizo ojitos de todos modos.

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—Sí… pero bueno , tampoco es que tengan arreglo… — No sabía bien qué decir , si irse o continuar buscando algún tema de conversación.

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Se secó los ojos con el dorso de la mano. Luego puso una postura firme, como si no hubiese pasado nada. No iba a demostrar debilidad ante nadie. Su orgullo era lo único que le quedaba.

—Siento que te hayas involucrado, aun así, gracias — Le regaló una pequeña y dulce sonrisa — Él es mi prometido — Le mostró el anillo de plata que llevaba en el dedo anular de la mano derecha — Suena extraño, dado que estamos viviendo en pleno siglo XXI… Pero así es la cosa. Él cree que puede hacer lo que se le venga en gana conmigo, aun si eso signifique abusarse. — Se volvió a abrochar la parte del vestido que le cubría el cuello, por lo tanto, también los chupones y marcas.

[Dimitry_Marchkov]

Wolfang se levanta y se acerca a la muchacha -bueno no se como es que aguantas estar comprometida con un estupido como el pero ya es cosa tuya- rapidamente le saca el anillo del dedo y se va caminando- si te pregunta por el anillo dile que yo lo tengo y si intenta golpearte dimelo y lo volvere a golpear-

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-pues como casi todos mis veranos viendo anime y jugando uno que otro videojuego y el tuyo?- seguia bailando torpemente justo a su amiga

[Snade]

Su corazón dio un vuelco instantáneo. Por alguna extraña razón, aquella actitud tan atrevida que tenía ese sujeto, la envolvió por completo.
Se llevó una mano al pecho, intentando asimilar todo lo que había sucedido. Fue corriendo hacia la puerta de la entrad del establo, y antes que se fuera…

— ¿Cómo te llamas…?

[Dimitry_Marchkov]

-se detuvo un poco y le dijo su nombre- soy Wolfang pero te recomiendo que solo me busques cuando tengas problemas con ese imbesil ya que no querrás terminar metida en problemas ajenos- se saca uno de sus anillos, uno que poseía desde pequeño de echo ya solo le caía en el dedo meñique y lo deja caer detras de el-

[Snade]

—No quisiera molestarte de esa forma. ¿Hay algo que pueda hacer para compensarte? Y prometo no molestar más… — Cocinarle, limpiar, lo que fuera. A ella realmente no le importaba.

[Dimitry_Marchkov]

-pues tal vez podrias compensarme con un beso tuyo jeje...... es broma, no necesitas compensarmelo- sigue su camino

[anme otaku]

Maldicion me inspire de repente!! XD
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Kerangi apareció sorpresivamente en la puerta de dicho lugar.

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Levantó un dedo de su mano izquierda y luego hizo sonar los dedos de la derecha. Para cuando la bella chica reaccionó, ya era demasiado tarde... Sangre salió disparada del muslo de su protector.
 
Sonrió y luego empezó a reírse como loco... Su guardia siempre lo había acompañado, su posición le permitía defenderse como muy pocos podrían, los derechos humanos valían poco ante el poder del dinero y los simples actos heroicos ante la presencia de las armas ... Como demostraban los punteros láser en la espalda del herido.

[Snade]

Amaya, con un instinto protector (incluso que podría calificarse como maternal), lanzó toda su humanidad hacia el pobre sujeto que había tenido la valentía de meterse en un asunto tan grave como el suyo, para protegerla de aquel al que consideraba un vil tirano.
Abrazó el cuerpo del herido muchacho y quedó de espaldas, cosa que provocó que los puntitos rojos del láser se vislumbraran en su propio cuerpo de mujer.

Ella no dijo nada. Solo podía apreciarse su respiración agitada y los ojos que brillaban como nunca, pero esta vez de un odio atroz. Lo desafiaba, lo provocaba a que tuviera el atrevimiento, los cojones, hablando mal y pronto, de ordenarles a sus matones a acribillarla a ella. Sabía que no lo haría y que tal vez después de ese suceso le esperaba alguna especie de castigo; aun así ni le importaba.

Tan solo hizo algo insólito después de clavarle sus ambiguos ojos: le escupió los pies, reveleando más que nunca el profundo desprecio que sentía por él.