-No se peleen. Pelear es feo - Comentó Sakura con inocencia y cierta ingenuidad.
Comenzó a balancear sus piernitas en forma de juego debajo de la mesa.
Kanade solo leía el diario en el sillón , mientras los miraba de reojo.
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-Me muero del miedo... - Susurró cuando se fue.
Enseguida se paró y se lanzó (más o menos) arriba de la torta.
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Meian últimamente había conseguido salir con una persona que la verdad le resultaba muy atractiva , pero que en personalidad la dejaba , muchas veces , bastante desconcertada : le faltaban unos cuantos tornillos , era excéntrico y amante de la ciencia ; un genio podría decirse.
Muchas veces se peleaban por obvias razones , eran tan explosivos que estaban a un simple roce de reventar... Aunque se complementaban de una manera un tanto extraña.
Eso sí , era bárbaro en la cama , más que Gakupo incluso. Lo bueno de todo es que no le importaba que tuviera una hija. Y lo genial de todo era que no se había dado cuenta que era al sujeto que ella intentó acosar alguna vez -pues estaba muy cambiado- y él no sabía que ella tampoco.
Aquel día , después de una velada fantástica de sexo , miraba el techo mientras pensaba si Kanade ya no había perdido los estribos con los niños.