Esa vergonzosa situación le causó tanto estrés, que estaba con los ojos llorosos. Parecía que en verdad quería echarse a llorar a todo pulmón, pero por orgullo no lo hacía. Debía admitir que por un momento tuvo mucho miedo.
—Siento molestarte—Le dijo a Gakupo con la cabeza gacha. Pero lo único que recibió, fue un beso.