—Yo te ayudo en lo que quieras, con tan de no estar en casa comiendo… mejor dicho, quemando el tiempo.
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Meian se quedó de diez. No podía creer que en su intento de coqueteo había sido rechazada de esa manera. No solo estaba sufriendo una humillación, pues todo el mundo la estaba mirando, sino que también quería que la tragara la tierra.
Salió del local y se puso a seguirlo. Parecía acosadora , pero no le importaba.
-¿Cual es tu problema , chico sexy? ¿Piensas que soy una loca? Pues te apuesto que no entiendes la palabra "coqueteo".