Esa noche sería más que magnífica.
El espectáculo tenía mucha de esas cosas que se le hacía tan atrayente, como los estudios de televisión con sus numerosas y brillantes luces multicolores, la música que ambientaba todo el piso y la gente de la producción que iba y venía a toda prisa para cumplir a la perfección su trabajo… Respiraba todo aquello y se sentía un Dios por ser una de las personas que tenía la popularidad suficiente para hacer y decir lo que quisiera en cualquier lugar.
Aquel día lo habían invitado para presenciar un programa de televisión en el cual lo entrevistarían, donde de paso promocionaría un nuevo single que iba a lanzar en unos pocos días. Y por esa razón había hecho aquella reflexión, pues amaba su trabajo.
Cuando se quiso acordar, faltaban unos pocos minutos para empezar el programa y salir al aire. Sus fans ya estaban entre la tribuna. Él , Shion Kaito, aun preparando la más hermosa de sus sonrisas.
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La noche había comenzado y así seguiría hasta la madrugada.
La música estaría presente hasta el amanecer y ella debería ser la estrella principal del lugar con su humilde, pero gran presentación.
Las luces ambientaban perfectamente el establecimiento, aquel bar que se llamaba “Nido de ratas”, que había empezado como uno, haciéndole honor a su título, pero luego había crecido de tal manera que se había convertido en el lugar predilecto para que fueran las estrellas del espectáculo a ver los shows que allí se presentaban.
Meian no podía arruinar esta ocasión, en su segundo año de trabajo. Quería ser ascendida o tener un poco de suerte y esperar a que algún representante la llamara para trabajar en una compañía como cantante. Ella quería ser famosa.