Murasaki reía mucho. Le encantaba que la hicieran reír.
Y Siul la acompañaba con una risita cantarina.
Oyuky odiaba el hecho de que lo llamaran "tío". Faltaba que le dijeran "cuñado" y eso terminaba de darle mal humor.
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-Está bien. Sería muy lindo que fuéramos a Paris. No he viajado mucho , pero debe ser divertido. Me siento muy feliz.
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-¡¿Pero porqué?! - Exclamó de repente llamando la atención de todo el mundo.
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-¿Porque tan serio? No es necesario - Aunque la que estaba más seria allí era ella. A pesar de que tenía muchos más años , le había sentado bien la edad.
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(Lo que está en negro es futuro)
-Futuro-
-Luego... - Entrecerró los ojos tratando de recordar un poco más clara la situación , a pesar de que estaba bastante fresca en su memoria - Me vio afuera todo mojado y le dí lástima. Y a continuación me su paraguas.
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Y aunque habían pasado varios años a decir verdad y estaban todos los suficientemente adultos como para vivir una vida independiente , el único que nunca pudo sobrellevar por completo la muerte algo prematura de su madre de los hijos Kamui , fue el "pequeño" Tsukasa.
Si bien casi todos los hermanos estaban en el negocio de la música , ya sea como cantantes , compositores , profesores e ilustradores de tapas de disco , el único que nunca trabajó relacionado a algo artístico fue él. Es más , quiso ser tenista profesional , pero por una lesión grave en la muñeca , tuvo que abandonar ese sueño y se resignó a laburar en una oficina como toda la gente normal.
Él no quería formar parte del mundo de la música , pues su amada y no correspondida madre había pertenecido a él... y no deseaba recordar su dolor , aunque muchas veces resultaba inevitable.
Lo único , que a veces solía tocar la primera guitarra de Meian que había heredado de ella. Estaba muy vieja y maltrecha , pero aun servía. Las cuerdas seguían emitiendo su sonido.
Todas las mañanas iba en tren al trabajo. Nunca en auto porque la ciudad estaba tan superpoblada que estacionar un auto era casi imposible y además muy caro (bastante ahorrador).
En una de esas mañanas en el tren , no esperó encontrarse con algo que lo sacaría de su depresión y ese mambo existencial... una colegiala que era la terrorífica réplica de su difunta progenitora. Se parecía mucho a Sheryl , pues esta a su vez también era igual a Meian , pero con una distinta personalidad. Habría que averiguar si también tenía incluso la misma forma de ser que la matriarca Inoue.
Lo único es que usaba el ondulado cabello suelto y para un costado. Pero tenía la misma hermosa mirada gris y melancólica que Meian. Incluso las idénticas largas y negras pestañas.
La joven ni cuenta se dio de que la estaba contemplando de esa manera. No tendría más de dieciséis años.
ESTOY INSPIRADA. No me digas nada Lol.