Bajó con un bolso mediano en la mano izquierda y en la derecha otro que era solamente unos álbumes.
—Mamá querría que los conservara.
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Meian fue a acomodarle la ropa a su pequeño Tsukasa. Ella lo tenía en un altar por el ser el menor de todos los hermanos Kamui.
—Bebé tiene que estar contento hoy. Mami se siente muy feliz. Y lo estará mucho más a partir de este día. Espero que bebé no se enoje conmigo por eso.
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—Sí, una cosa es hacerlo tú mismo, otra con mis métodos poco ortodoxos — Ella podía hacer rogar por tu vida… Pero hacía años no lo hacía, y tal vez ahora sí le afectaría un poco a su sensibilidad — Pero está bien. Si no quieres ver a tus hijos ganar la medalla de oro, haz lo que quieras contigo mismo.