—Y por muchos meses. Lo único que genera este chico son gastos — Suspiró — Pagaré lo que sea para que se recupere y deje de aturdirnos la vida.
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En eso llegó Natsu.
—¿Por qué tanto griterío?
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La misma niña que se le había aparecido en el sueño, la misma que la llamaba mamá, se le había puesto al lado de ella y la había abrazado.
—Mami~ — Canturreó esta toda melosa.
— ¿Qué sucede, Nagisa? — Preguntó esta media dormida.
—Evolet también quiere dormir con nosotros ¿Puede?
Artemis le acarició el cabello. Sonrió levemente.
—Claro que sí.
Y en eso el niño pelirrojo apareció y se acostó del lado contrario. Hacían un sandwichito a su madre.
En eso, Artemis despertó de golpe, sudada.
Y cuando miró para sus costados, no había nadie. Sintió que la vida le quería decir algo.
Y así fue por varios días.