—No, no. Para nada. Yo no te odio. No tengo intenciones de hacerlo tampoco ¿De dónde has sacado eso? Tampoco mamá no te odiaba. Solo estaba resentida. ¿Piensas que soy igual? Te recuerdo que Artemis murió. Ok, para que lo entiendas mejor - Rodó los ojos – Mi vieja personalidad caducó. Fue triste, horrible, espantoso, blah, lo que sea; Pero todo lo que me inculcaron antes, eso ¡Pium! Se fue — Se sentó en el marco de la ventana — Solo me causa risa muchas cosas, muchas ironías que no había notado antes. Es extraño. Quedarse sin nada de un día para el otro y solo tenerse a uno mismo. Vaya zas es toda la cara. Pero bueno… No vine a hablar de mí.
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Murasaki fue directamente a la puerta.
—Onii-chan, como ayer no estabas, me diste tiempo a hacerte una tarta.
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—No lo sé. No le puedo hacer nada.