Cuando Natsu llegó a su habitación, se llevó la sorpresa de que Aoito estaba detrás de ella como un perro faldero. La verdad que no se lo esperaba para nada.
Si bien le parecía un chico muy lindo, no tenía interés por el momento en tener una relación… Tal vez abierta, pero tampoco era su estilo que digamos.
—¿Quieres algo?