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Autor Tema: Pasión Por La Música - Capítulo 5 Parte 1 (NxH - GxM - SxS - SxT - NxT - SxI)  (Leído 14632 veces)

Selene Desconectado
« en: Febrero 16, 2011, 09:13 pm »

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¡Hola!

Bueno, ya que veo tantos fics aquí, me animaré a subir el mío, espero que les guste ^^

Es un fic musical con un poco de todo, dígase romance, comedia, drama, etc.

Espero que lo disfruten.

Canciones interpretadas por Hinata:

Aishiteru (Mi)
Sunset (Mi)

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Capitulo 1: Secreto de una estrella

—¡Por favor Hinata-san, una sola pregunta! – El periodista fue ignorado por la joven estrella, la cual era custodiada por sus dos enormes guardaespaldas vestidos completamente de negro.

Todos ellos le pedían fotos, autógrafos y entrevistas, pero ella simplemente se alejaba pues debía irse ya de ahí, estaba atosigada de tantos flashes, sin embargo sonrió dulcemente.

—Lo siento pero no voy a decir nada de eso, además hoy tengo cosas que hacer así que espero que me disculpen – Dijo la joven de larga cabellera negro azulada y ojos color perla, mientras mostraba una brillante sonrisa.

—Bueno, así acaba el concierto de la idol más famosa del momento Hinata Hyûga, quien no ha querido dar declaraciones sobre su supuesto romance con el joven con quien se le ha visto en estos días – Dijo la reportera de aquel canal de farándula -. Cerraremos con la última canción que tocó hoy.

La música comenzó a sonar; era una tonada lenta y armoniosa, que se amenizó aún más cuando aquella voz hizo su aparición.


Kanashikute, Kanashikute
Nakidashisou ni naru
Tada tsuyoku naritai dake
Namida wa nagasenai

De pronto la música cambió a un ritmo más rápido y la voz de la chica siguió la melodía.

Taisetsu na anata no hitomi ni
Watashi wa utsutteru nokana
Komorebi sashikomu madobe niwa
Doushite yasashiku narerun darou

Alzó sus manos haciendo que el público la siguiera con la letra, mientras sonreía al ver como todos los que estaban ahí sólo venían por ella.

Kokoro kakushiteKodou kakushite
Itsumo no youni
Wakariaenai tsurasa gaTamaranai

Waraitai, WaraitaiKokoro no mannaka de
Anata niwa Uchiake you
Tsuyogaru watashi Yowaki na watashi
Kinou no Hanashi Dou demo ii koto mo zenbu
Aishiteru korekara mo zutto
Ude wo kunde aruiteikouYeah!

Apagó el televisor ya que su padrino no despegaba la vista de él. El hombre de larga cabellera gris le miró de mala gana pues le había cortado la televisión antes de que terminara la canción.

—¿Pero por que hiciste eso? – Preguntó molesto. El joven rubio le miró con el ceño fruncido y tomó todas sus cosas para ir a la escuela.

—No sé como te puedes emocionar con esas cosas ero-sennin, además esas canciones no son tan buenas como para que sea tan famosa – Dijo mostrando cierta rabia en sus ojos azules.

—Naruto, sólo estás envidioso – Le dijo el viejo, a lo que el joven sólo bufó y se largó de aquel lugar.

Naruto Namikaze ya estaba harto de aquello, famosillas idols que cantaban sin tener un verdadero talento, mientras las personas como él no tenían una oportunidad de brillar como querían. Él deseaba con todas sus fuerzas ser un famoso músico, pero por el hecho de que sus padres se opusieran tenía todos los caminos limitados y encima el pervertido de su padrino mirando a esa tal Hinata en la tele. Que fastidio.

Pero por ahora no se preocuparía de eso, por más que sus padres se opusieran e insistieran en que no tendría ningún futuro si seguía por aquel camino; la música era su pasión y cumpliría su sueño a como diera lugar.

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La vista era siempre la misma desde aquella ventana, dentro de esa enorme y lujosa limusina que lejos de hacerla sentir feliz sólo la aburría. Estaba acostumbrada.

Toda su vida había sido llena de lujos y riquezas, siempre obteniendo todo lo que quería, incluso llegó a convertirse en una famosa cantante sólo con decirle a su padre que quería serlo. Tenía una familia feliz, no se quejaba aunque su madre ya no estuviera.

Aún la recordaba, la razón por la que se volvió una cantante fue porque se lo prometió a ella antes de morir, que sería capaz de alcanzar su sueño y una vez que estuviera en la cima le dedicaría todo eso a ella y era así como lo hacía, pero a pesar de ser famosa y de tener todo lo que siempre quiso, se sentía vacía, como si a su existencia le faltara algo, pero no sabía que.

—Hinata-sama ¿Estás bien? – Le preguntó su primo. Hinata le miró, su larga cabellera castaña y sus ojos aperlados lo hacían muy parecido a ella, sólo que su primo vestía de negro pues estaba encargado de su seguridad. Él era un año mayor y ya no iba a la escuela pues había salido hace un año; desde entonces iba con ella a todas partes como un fiel perro guardián.

—Estoy bien Neji nii-san – Respondió con una sonrisa un tanto falsa -. Es sólo… que me incomoda tener que cambiar otra vez de escuela, ya me estaba llevando con mis otros compañeros.

—Bueno, sabes que fue porque en esa otra te estaban acosando demasiado, además esta es mucho más seria y sólo tiene alumnos con buenas notas, seguro no te molestarán, y estarás aprendiendo bien – Dijo Neji con su seriedad característica -. Y tú fuiste quien decidió ir a una escuela y no recibir clases privadas.

—Es que… no quiero estar encerrada en la casa, quiero… aunque sea una vez… - Bajó la mirada mostrándose un poco triste -. Quiero tener amigos…

Era eso, aquello que mantenía vacía su existencia. Hinata no tenía amigos, jamás había tenido, porque todas las personas que la rodeaban sólo se acercaban por interés, primero porque era hija de un empresario famoso, reconocido y millonario, después porque era una famosa cantante que en estos momentos ocupaba los primeros lugares en los rankings de popularidad, pero jamás había tenido un amigo de verdad y su primo no contaba en ello pues era parte de su familia.

Neji no dijo nada, él no era bueno para las palabras de aliento, él sólo se dedicaba a protegerla.

—Bueno, ya falta poco para llegar, hablaré con los chicos para que despejen el área – Dijo el castaño tomando su celular y alejándose de Hinata, la cual sólo volvió a mirar por la ventana mostrando serenidad en sus ojos, y así habría seguido de no ser por una fuerte y repentina frenada que hizo su chofer.

¿Qué carajo había pasado?

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Naruto iba cruzando la calle de camino hacia la escuela. Llevaba su guitarra en la mano y a su espalda su mochila con sus cosas. No le emocionaba irse caminando, pero su padre le había castigado de esta manera por haberse ido a presentar a una audición, a la cual ni siquiera pudo entrar pues su padre ya se había encargado de hacer que le impidieran la entrada.

Sin embargo no pensaba rendirse, pasara lo que pasara el sería un famoso guitarrista y demostraría que la música era su camino. Naruto jamás retrocedería en su sueño y sería el mejor.

Tan distraído estaba con sus pensamientos que no se fijó en que una limusina negra venía hacia él justo cuando le quedaban sólo dos cuadras para llegar a su destino. Sintió el sonido de una bocina y miró hacia el lugar, notando que el auto negro se dirigía a él.

Su único impulso fue proteger su apreciada guitarra; la abrazó con fuerza, cerrando sus ojos, pero sólo pudo oír una ruidosa frenada y nada más, porque la limusina no llegó a golpearlo.

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—¿Qué demonios sucedió? – Preguntó Hinata algo alterada. No dejó hablar a su primo Neji cuando se bajó del automóvil apresurada a ver que había pasado, notando a un joven rubio parado justo delante de su limusina.

Esto era el colmo ¿Es que acaso no tenía ojos para ver por donde iba?

—¿Se puede saber quien te enseñó a cruzar la calle idiota? – Espetó molesta. El chico le miró con sorpresa, pero no la reconoció. Hinata notó como abrazaba una hermosa guitarra roja con naranja, pero lo relevante era lo sucedido.

—¿Perdón? – Preguntó Naruto observándola desconcertado. En ese momento no le importó fijarse con quien estaba hablando, para él sólo era una chica maniática que lo insultaba después de casi atropellarlo -. Tu lujosa limusina casi me mata ¿Y me culpas a mí?

—Es porque ha sido tu culpa imbécil ¿Qué acaso no te enseñaron a mirar la calle antes de cruzar? O por lo menos hubieses visto el semáforo ¿O es que eres ciego?

—Mira niña presumida, a mí nadie me llama de esa manera, y claro que sé cruzar la calle, que otros no sepan conducir no es culpa mía – Dijo el rubio levantando su mochila, la cual se había caído al suelo al momento de la impresión que se había llevado. Miró a Hinata una vez más, la cual sólo se veía molesta, pero de pronto notó algo -. ¿Dónde te he visto antes?

—Sí que debes de ser un retrasado si no sabes quien soy – Respondió Hinata un tanto arrogante. Naruto frunció el ceño y le dio la espalda.

—Pues la verdad no me interesa conocer a gente como tú, al menos podrías haberte disculpado conmigo, niña loca – Al decir esto último el rubio retomó su camino, dejando a Hinata totalmente sorprendida, pues jamás nadie le había hablado de esa manera.

—¡¿Quién te crees?! – Gritó enfurecida alzando su puño, pero su mano fue tomada por la de su primo impidiendo que saliera corriendo detrás del rubio. De verdad ella era difícil de controlar cuando se ponía así.

Hinata podía tener un rostro de ángel y la personalidad más dulce frente al público y las cámaras, pero la realidad era totalmente opuesta a eso, pues era realmente insoportable. Hinata era presumida y malhumorada, y odiaba que los medios la entrevistaran, pero más odiaba que alguien no supiera quien era, siendo el rostro más famoso en el mundo de la música.

—Hinata, ya basta – Dijo Neji muy serio -. Entra al auto y vámonos, tenemos dos minutos de retraso – Al decir esto su prima sólo asintió y volvió a sentarse haciendo un puchero.

Naruto caminaba lentamente, por lo que fue capaz de oír su nombre y fue ahí que lo recordó. Esta mañana su padrino estaba viendo el concierto en vivo de esa chica; era Hinata Hyûga, la idol más popular y famosa del último tiempo. Se detuvo un momento sorprendido ¿En verdad era ella? Pero recordaba que era una joven dulce y amable, nada que ver con lo que acababa de conocer.

Cuando se volteó la limusina ya se había ido. Fuese o no Hinata Hyûga, agradecía ya no tener que volver a ver a esa loca nunca más.

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El chofer estacionó su auto justo en el lugar de siempre y él bajó imperturbable, sin prestar atención a todos los suspiros que lanzaban la enorme cantidad de chicas que estaban enamoradas de él y que por supuesto, él no tomaba en cuenta.

Había mil y un cosas más importantes que el amor y el tener citas y para él eso era la música, pues su sueño era volverse un famoso cantante y dejar a todos con la sensación de no haber oído nada igual en sus vidas, por eso él y su banda se llamaban "Gender Break".

—¡Por favor mírenos Gaara-sama! – Gritaron un trío de chicas, más el joven de cabello rojo y ojos de color aguamarina sólo les ignoró, pasándolas de largo mientras llevaba su mochila al hombro y caminaba hacia el interior de la escuela.

Era muy típico para él, todo ese montón de chicas enamoradas, pero no eran de su agrado para nada, no hacían más que fastidiarle la existencia.

—Hey Gaara – Escuchó al llegar a su salón. Volteó hacia su costado y divisó a un chico de cabello azabache algo desordenado, el cual tenía los ojos negros y la mirada casi tan seria y fría como la suya.

El azabache hizo un gesto de saludo con su mano, mientras que el pelirrojo tomaba asiento.

—¿Qué hay Sasuke? – Habló por fin Gaara, pero sin mirar a quien le había hablado, pues él era así con todo el mundo; demasiado frío e inexpresivo.

—Nada, lo de siempre – Respondió Sasuke sentándose en frente de él, mientras que sacaba un cuaderno de su mochila -. Mira esto, tengo una nueva canción.

—A ver – Gaara recibió el cuaderno de las manos de Sasuke y se puso a ojear lo que su amigo había escrito, mientras que por la puerta entraba Naruto con cara de fastidio, pues aún no lograba olvidar el incidente con esa chica insoportable.

—Hola Naruto ¿Qué te pasa? – Le saludó Sasuke también haciendo un gesto con su mano. Naruto le miró y bufó.

—Me encontré con alguien que me puso de malas – Respondió el rubio cruzándose de brazos y dejando su mochila en el asiento junto a Sasuke, mientras acomodaba cuidadosamente su guitarra -. ¿Qué lees Gaara? – Preguntó interesado.

—Es la nueva canción de Sasuke – Respondió el pelirrojo, sin quitar su vista de aquella letra, pues estaba tratando de ponerle un buen ritmo.

—Wow ¿Ya la tienes tan rápido teme? Tú sí que eres eficiente – Dijo Naruto sonriendo mientras le daba un golpecito con su codo a Sasuke, el cual sólo se limitó a emitir un inexpresivo "hmp". El rubio frunció el ceño algo cansado de esa palabrita que parecía ser la única que conocía su amigo.

Justo en ese momento, el sonido de varios gritos y aplausos eufóricos llamaron la atención, tanto de los tres amigos, como del resto de estudiantes en ese salón.

Casi todos miraron por las ventanas, menos Sasuke y Gaara quienes no estaban interesados. Por otro lado Naruto se moría de la curiosidad, pero se sorprendió al lograr divisar sólo una limusina negra, porque era la misma de ésta mañana. No entendía como es que él había llegado antes, pero lo importante era que aquella molesta chica estaría en su escuela, aunque en realidad, no importaba, ni que fuera a quedar en su salón.

—¿Y que te parece? – Preguntó Sasuke a Gaara, sin presarle atención a algunos cuchicheos que soltaban los de la clase, aún sin despegarse de la ventana.

—Me gusta, sobre todo el título "I will not bow" creo que le queda perfecto – Respondió Gaara muy sereno, sin embargo no pudo evitar desviar la mirada hacia su amigo rubio cuando éste gritó.

—¡No puede ser! – Exclamó Naruto mientras apuntaba hacia afuera con su dedo índice. Ahora estaba completamente seguro, aquella chica de verdad era la famosa Idol Hinata Hyûga y se dio cuenta de ello cuando la vio bajar de la limusina y al instante todos los chicos que estaban afuera se le lanzaron a pedirle autógrafos, pero su guardaespaldas le abría paso entre la multitud.

—¡Es Hinata-chan! – Gritó una chica que al instante salió corriendo como una loca fuera del salón, para poder ver a su adorada estrella más de cerca. El resto del salón la imitó, sólo unos cuantos se quedaron dentro.

—Que fastidio, no sabía que iban a traer a una estrella a la escuela – Dijo un chico de apariencia despreocupada, el cual tenía el cabello negro tomado en una coleta desparramada que se asemejaba a una piña, mientras que sus ojos eran negros. Se sentó en su puesto y se recostó sobre el pupitre, quedándose dormido.

Junto a él estaba sentado un chico algo gordito, el cual tenía el cabello castaño claro y estaba más preocupado de comer que de ir a ver a esa idol, mientras que la única mujer que había quedado en el salón era una joven de cabello castaño, que le llegaba un poco más arriba de los hombros y tenía unos grandes ojos negros, que brillaban al ponerlos sobre cierto pelirrojo.

—¿Por qué te alarmaste Naruto? – Preguntó de pronto Sasuke, notando que el rubio se veía un poco fuera de sí -. No me digas que a ti también te gusta esa cantante.

—Claro que no, es por otra cosa – Aclaró Naruto de inmediato. Gaara mientras tanto no les prestaba atención, pues ya había encontrado el ritmo perfecto para la canción, sin embargo aún quedaba un tema pendiente y decidió hablarlo.

—Chicos, recuerden que vamos a necesitar un baterista éste año si queremos tomarnos las cosas en serio – Los otros dos lo miraron y asintieron con la cabeza, sentándose Sasuke a su lado y Naruto delante, pero al revés.

—Es verdad, Lee era bueno pero nos tuvo que dejar desde que lo transfirieron de escuela – Dijo Naruto algo decepcionado -. Desde entonces no hemos encontrado a nadie que lo pueda reemplazar.

—Es cierto, pero estoy seguro que si éste año entramos al club de música encontraremos a alguien que toque bien, habrá muchas caras nuevas – Comentó Sasuke ahora, el cual se veía un poco fastidiado con la idea de buscar a alguien nuevo, pero lo necesitaban si de verdad se pensaban dedicar a la música.

Las clases habían comenzado hace más de una semana y a pesar de que habían muchos nuevos alumnos éste año, nadie les convencía, lo bueno era que hoy por fin comenzarían con los clubs y ellos como siempre se inscribirían en su favorito, esperando a que tal vez alguien con talento se les pudiera unir.

Al escuchar lo del club de música, la joven de cabello castaño que ahora se encontraba mirando por la ventana, se puso un poco inquieta, como temerosa, aunque el único que lo notó fue el gordito pues el resto no le ponía atención a nada más.

Ella soltó un suspiro y volvió a mirar a aquel pelirrojo. Había estado enamorada de él desde primer año, pero dos años consecutivos le había tocado en una clase distinta, hasta que por fin logró sacar el puntaje suficiente para ubicarse junto a él en la clase A, pensando en que por fin podría conocerlo y hacerse su amiga, pero él no la había a volteado a ver ni una sola vez desde que comenzaron las clases, lo que sólo podía significar que para él no era nada.

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—Por favor abran paso – Decía Neji tratando de dispersar a todos esos fans, con la ayuda de dos tipos más que también vestían de guardaespaldas, los cuales al parecer estaban bajo sus órdenes. Hinata estaba en medio de los tres, siguiéndoles los pasos hasta que por fin pudo ingresar al edificio en medio del gentío que de pronto se había armado, pues todos ellos querían ver de cerca a su ídola, ya que era muy poco común ver estrellas famosas en su escuela.

—Ay Dios… - Bufó Hinata algo molesta, pues de sólo pensar en que aquí sería igual que en todos los otros colegios en donde había estado le daban ganas de gritar, seguro sólo duraría unas semanas y tendría que volver a cambiarse, un verdadero fastidio -. Así jamás pasaré el año… - Pensó un tanto consternada.

Al estar dentro del edificio de la escuela divisó a una mujer alta, de cabellera rubia tomada en dos coletas bajas, tenía los ojos azules y un cuerpo bastante desarrollado. Aparentaba ser muy joven, así que a Hinata le pareció raro cuando leyó en la plaquita que tenía en su pecho, la cual decía "directora" pues por lo general todas las directores de éste tipo de escuelas eran unas ancianas amargadas.

—Pasa por aquí Hinata, te daré tus horarios y tu salón, luego te llevaré a él – Dijo la mujer, de nombre Tsunade Senju, la cual hizo un gesto de mano y al instante unos cuantos prefectos comenzaron a dispersar a la multitud, mandándolos a sus salones mientras ella caminaba por el pasillo, siendo seguida por Hinata y sus guardaespaldas.

La Hyûga observaba las paredes de la escuela, había varios cuadros y repisas con trofeos, entre unos que destacaban los de deportes, artes y concursos musicales, al parecer en ésta escuela tenían un buen club musical, lo que en cierta manera la emocionaba, ya que podría lucirse ante una clase nuevamente, como solía hacerlo cuando aún no era famosa.

—Bien, pasa por favor – Dijo la rubia mientras abría la puerta para ingresar a una oficina, la cual estaba muy bien decorada, con un estilo bastante sofisticado.

Hinata miró alrededor y luego se sentó frente a la mujer, la cual la miraba seriamente, se notaba que a ella no le interesaba que Hinata fuera una estrella, lo cual agradecía, porque en todas partes recibía tratos especiales y ya estaba un poco harta de eso, a veces sólo deseaba ser una chica normal.

—Bueno, como te habrás dado cuenta, al parecer eres toda una celebridad en esta escuela, así que vamos a poner las cosas claras, para mí no existe ninguna diferencia entre tú o cualquiera de mis otros alumnos ¿Me explico? No porque seas famosa te perdonaré si cometes alguna falta ¿Queda claro?

Hinata vio como su primo Neji iba a replicar, insatisfecho con el trato que se le estaba dando a la joven, pero ella habló antes.

—Entendí perfectamente Tsunade-sama, no se preocupe que yo no me meteré en problemas – Respondió esbozando una dulce y tierna sonrisa, ganándose de inmediato la simpatía de la mujer, pues eso hacía con todas las personas, debido a su rostro angelical y a su forma dócil de ser, Hinata siempre terminaba siendo aceptada por todos, pero esa aceptación siempre era falsa, siempre todos los que se acercaban la veían como la estrella y no como la chica, incluso los hombres que venían con intenciones románticas, por eso jamás había tenido novio, aunque la prensa jurara que estaba saliendo con uno y con otro, cosa que nunca era verdad, puesto que Hinata ni siquiera había dado su primer beso.

—Bien, aquí tienes tus horarios, la lista de materiales y todo lo que necesites – Dijo Tsunade entregándole unos papeles a la chica, quien los recibió y ojeó un momento. Tsunade se puso de pie luego de esto y se encaminó hacia la puerta -. Ahora sígueme, te mostraré tu salón – Sonrió amablemente, cosa que en cierta forma tranquilizó a Hinata, ya que la mujer le había parecido demasiado seria.

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El desorden se vivía en la clase A de tercer año. Todos sus alumnos hablaban entre sí, lanzaban bolas de papel e incluso gritaban incoherencias, pues cuando su profesor no llegaba –igual que siempre- tenían que buscar una forma de divertirse.

Naruto se encontraba mirando por la ventana, completamente ajeno al desorden que provocaban sus compañeros, al igual que sus dos amigos que comentaban sobre la letra de la nueva canción. El rubio por su parte miraba por la ventana, notando aquella limusina negra que se divisaba desde su lugar ¿De verdad aquella chica tan molesta era esa famosa cantante?

Había algo que no entendía ¿Por qué todas las personas famosas se volvían así de arrogantes? Ella era muy linda, tenía unos ojos preciosos, que la hacían lucir inocente y tierna, pero al parecer sólo era una fachada muy bien construida, no era más que una mentira que esa joven fuese un ángel.

—Que montón de tonterías – Pensó desviando la mirada. Justo en ese instante sus ojos se posaron sobre una chica que siempre que veía se sentía alegre y feliz, le emocionaba el solo hecho de tenerla cerca de sí, de que ella le sonriera, se trataba de nada más y nada menos que el amor de su vida, su amiga de la infancia Sakura Haruno.

Ella tenía una larga cabellera de color rosa, era brillante y lisa como un pedazo de seda, a Naruto le encantaba ese peculiar tono de cabello. Sus ojos, eran de color verde jade, realmente hacían un bello contraste con ese cabello. Sakura era la única persona por la que él había tenido ese tipo de sentimientos, lo único malo en ella, era el incesante amor que sentía hacia su mejor amigo Sasuke.

—Hey, hola Naruto – Se acercó a saludarle la joven. Naruto le sonrió con alegría, pero enseguida su rostro cambió al notar como Sakura desviaba sus ojos hacia aquel azabache que ni siquiera la miró -. Buenos días Sasuke-kun.

—Hmp – Fue todo lo que respondió él. La chica por un momento puso una expresión triste en su rostro, pero al cabo de unos segundos la cambió, volviendo a sonreír.

—Buenos días a ti también Gaara – Saludó al pelirrojo, quien sólo la miró y asintió con la cabeza, para luego volver su vista hacia lo que le mantenía interesado, sin embargo, por un momento sintió una especie de escalofrío, y al voltear hacia su costado derecho, unos puestos más adelante, pudo ver a una joven castaña que no le quitaba la vista de encima. Ella se dio cuenta del hecho y volteó hacia adelante, totalmente sonrojada.

Gaara no le dio la mayor importancia y sólo siguió en lo suyo, seguro ella era una más de sus fans, sólo que algo más tímida.

Sakura miró una vez más a Naruto y luego se sentó delante de él, junto a una joven de cabellos rubios y ojos azul cielo, muy parecidos a los del Uzumaki. Ino Yamanaka era su nombre, quien era nada más y nada menos que la prima de Naruto, pero ambos se trataban casi como hermanos.

—Y dime Naruto ¿Cuándo te le piensas declarar? – Preguntó en un susurro la joven, mirando de reojo a su mejor amiga. Naruto se sonrojó por sus palabras, haciéndose el desentendido.

—No sé de que hablas, no digas tonterías Ino – Fue su respuesta, tratando de salirse por la tangente como siempre lo hacía, pero Ino era muy lista, sabía de los sentimientos de su primo por su amiga, así como también los de su amiga por Sasuke Uchiha, pero para ella eso era un caso perdido, Sasuke jamás le haría caso, por eso ella también se había resignado. Hubo un tiempo en el que Ino estuvo muy enamorada de Sasuke, por lo que su amistad con Sakura se deterioró bastante, pero finalmente las cosas entre ellas se arreglaron y, decidieron que jamás volverían a pelear por un hombre, así este fuera Sasuke Uchiha o cualquier otro.

Por ahora la Yamanaka mantenía una relación sentimental con un chico de su salón, quien justo acababa de entrar.

Era un joven alto, de cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Tenía tatuadas en sus mejillas dos extrañas líneas rojas, que tenían la forma de colmillos. Él se acercó, sentándose junto a Naruto –ya que ahora Gaara y Sasuke estaban sentados juntos- y sonriéndole a la rubia.

—Buenas Naruto, hola Ino – Saludó a la joven, quien le sonrió también.

—Hola Kiba ¿Cómo estás hoy? – Preguntó ella contenta, pues siempre que le veía era así como se sentía. No estaba segura de estar enamorada de él, pero sí su presencia la hacía feliz.

—Bien, gracias – Contestó el castaño, mientras dejaba su bolso sobre la mesa. Estaba a punto de sacar algo de él, cuando de pronto su mirada se desvió hacia la puerta, por donde vio pasar a la directora y, detrás de ella a alguien que le robó el corazón con una sola mirada.

Jamás había sentido algo así, ni siquiera cuando estaba con su novia Ino, la hermosa joven que acababa de entrar tenía todo lo que siempre había deseado en una mujer. Hinata Hyûga era simplemente preciosa.

—Alumnos – Habló Tsunade, disipando enseguida todo el ruido que ellos hacían. Los alumnos miraron sorprendidos a la joven Idol que acababa de entrar a su salón, en especial cierto rubio que no podía creer su mala suerte al tener que compartir el salón con aquella –según él- neurótica joven -. Bueno, como se habrán dado cuenta hoy ha llegado una nueva alumna a nuestra escuela, y deben saber que está estrictamente prohibido cualquier acoso hacia su persona, conociendo que se trata de una estrella famosa vamos a tratarla con respeto ¿Entendido?

Todos asintieron con la cabeza, aunque había muchos que no dejaban de ver a Hinata con ojos de estrellas, incluso las chicas estaban emocionadas de conocer a una figura como ella.

—Bien, como es costumbre, por favor preséntate ante la clase – Dijo la rubia a la joven de ojos perla, la cual se paró de forma elegante ante todos, sonriendo como si fuese la persona más dulce sobre la tierra. Al instante la mayoría de los chicos ahí presentes quedaron absortos, completamente prendados, como si ella fuese un espíritu celestial, directamente bajado desde el cielo.

—Hai, Tsunade-sama – Hinata hizo una leve reverencia ante todo el alumnado, volviendo a sonreír al dirigir su mirada a ellos -. Mi nombre es Hinata Hyûga, estoy muy feliz de estar aquí y espero llevarme bien con todos, gracias por aceptarme – Dijo de manera dulce y amable, volviendo a encantar a los chicos, incluso a Sasuke y a Gaara les pareció una chica linda, aunque para ellos no pasaba de eso.

Sin embargo, el único que no fue conquistado por ese manto de inocencia, sino que más bien se encontraba totalmente desconcertado, fue Naruto ¿Quién se suponía que era ella? ¿Acaso la misma chica de la mañana que casi le atropelló y prácticamente le culpó por ello? ¿La habían cambiado en el camino o algo por el estilo?

¿Cómo era posible que fingiera tan bien ser una chica buena?

—Oh no, sé perfectamente que mientes, Hinata Hyûga, no me creeré tu discurso de niña tierna, eres una mentirosa… - Pensó aún un tanto sorprendido, más porque ella ya casi los tenía a todos en su bolsillo.

—Bien, siéntate en este lugar – Dijo Tsunade señalando un lugar junto a la chica castaña de ojos negros. Hinata asintió con la cabeza, dejando su bolso sobre la mesa y sentándose para luego sonreír a su compañera.

—Mucho gusto en conocerte – Le dijo la ojiperla, logrando que las mejillas de la joven se encendieran un poco.

—E-es un placer Hyûga-san, y-yo soy una de tus admiradoras y me siento muy halagada de tenerte sentada a mi lado… s-soy Matsuri… - Se presentó la joven tímidamente, causando una sonrisa en Hinata, que hace tiempo no conocía a una chica así, que no le diera esa impresión de interesada.

—Como ya dije, el gusto es mío, Matsuri-san, y por favor sólo llámame Hinata – Dijo la Hyûga sonriendo amablemente, pero esta vez su sonrisa no era fingida, no estaba aparentando porque simplemente, frente a esa chica no le pareció necesario.

—Bueno, como ya he hecho lo que me correspondía ahora me marcho – Tsunade se dirigió a la puerta, pero justo antes de tocarla se escuchó desde el pasillo el sonido de unos pasos presurosos, al igual que el incesante jadeo de cansancio por haber corrido. En ese instante la puerta se abrió de golpe, dejando ver a un hombre alto, de cabello platinado y revoltoso, ojos negros y, su boca se encontraba tapada por una especie de mascarilla, al parecer se encontraba enfermo de algo.

Algunas chicas se emocionaron al verle, pues era bien sabido que aquel joven profesor era uno de los más guapos de la escuela, al igual que otros que había. El profesor de matemáticas, Hatake Kakashi, quien siempre llegaba tarde a dar sus clases y que además, era el dirigente del tan aclamado club de música.

—Perdón por la demora, no van a creer lo que me pasó – Dijo el hombre mientras trataba de recuperar el aliento. Tsunade le miró arqueando una ceja, mientras todos los del salón excepto Hinata –pues no comprendía nada por ser la nueva- reían levemente y con disimulo, ya que todos conocían la fama de ese profesor, jamás llegaría a tiempo, incluso a su boda llegó tarde, por suerte la novia era comprensiva y le perdonó.

—Kakashi, este nuevo atraso se saldrá de tu salario – Le comunicó simplemente Tsunade para luego salir y dejarlo frente a su clase, la cual se reía de él ahora a carcajada limpia.

—No es gracioso, cada vez recibo menos a fin de mes – Se quejó el hombre resignado, causando más risas en sus alumnos, pero finalmente estos se cansaron y él pudo ponerse serio -. Bueno alumnos, creo que es momento de comenzar con la clase, pero antes, veo algunas caras nuevas, al parecer han entrado nuevas personas a nuestra clase – Dijo mirando a Matsuri y a unos cuantos chicos más.

El profesor sonrió, reconoció enseguida a Hinata Hyûga, además había escuchado de la sub directora que esa jovencita tan popular estaría en su clase, seguro sería un gran elemento si entrara en su club de música.

—Bien, primero haremos unas presentaciones y después veremos todo lo que trataremos en el año, incluidos los proyectos en grupos, escogeremos a los delegados de la clase mañana, y claro, también escogerán el club al que piensan pertenecer, les informo que este año hay muchas vacantes en el club de música.

Se escuchó una especie de ovación por parte de quienes ansiaban estar en ese club, especialmente Naruto, que gritó a todo pulmón lo feliz que le hacía la noticia. Por su parte Gaara y Sasuke –con su típica seriedad- sólo chocaron las manos con una leve sonrisa.

Después de eso, las presentaciones dieron inicio.

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Ya por fin tenía un minuto para descansar de tantas miradas sobre su persona. Justo en el momento en que tocaron el timbre para el receso, Hinata había corrido como un alma en pena hacia la azotea de la escuela, pues había escuchado que ahí no iban los alumnos porque supuestamente habitaban fantasmas, así que todos le temían a ese lugar.

—Que cosas dicen… - Se dijo Hinata sonriente, sintiendo la suave brisa rozar su rostro y sus cabellos, se sentía tan refrescante, tener un momento de paz en un lugar donde sabía que no tendría demasiada, todos la reconocían y sentía miedo de que –como en sus otras escuelas- no la dejaran en paz ni un solo momento, y que no pudiera tener ningún amigo de verdad, como siempre.

Naruto tenía muchas ganas de tocar su guitarra y así ver si podía componer alguna nueva melodía, por esa razón se dirigió a la azotea de la escuela, pues ahí nadie le molestaría, pero al llegar la hermosa imagen de Hinata, con sus ojos cerrados y su rostro inclinado hacia el cielo, golpeó sus sentidos, haciendo que de pronto su corazón comenzara a latir.

Hinata realmente era hermosa, el uniforme de su escuela –compuesto por una blusa blanca, bastante apretada y una falda corta de color gris- le lucía realmente bien. Y estando ahí, parada y disfrutando del ambiente, se veía realmente como un ángel, sólo faltaban las alas en su espalda para salir volando por ese cielo azul.

—Ella… - Susurró el rubio de pronto, estaba dispuesto a hablarle, pero en ese instante Hinata caminó hacia el frente, topando con sus delicadas manos la rejilla de protección, mirando hacia abajo, y ahí comenzó a cantar.

Yuuhi ga kage wo hosoku nobashita
Kokoro wo fukaku someteiku
Kitto saigo no jikan dato
Namida koraeteta

Su voz era tan dulce e hipnotizante, a pesar de que a Naruto no le gustaba su música no había podido evitar perderse en la letra de esa canción, además… esa jamás la había escuchado, así que sin pensarlo dos veces, usó una pequeña grabadora que traía consigo, dejando guardada aquella voz para siempre.

Omoide nante itsumo kanashi sugiru bakari
Isso wasureteshimaitaiyo
Nidoto aenai kimi no senaka to
Saigo no yuuhi mitsume tsuduketa

El tono de su voz era fuerte y otras veces bajo, así la canción quedaba en perfecta armonía. A Naruto le gustó aquella melodía que la voz de Hinata provocaba, mezclada con esa letra era perfecta, tanto así que no podía moverse, quería oír un poco más.

Itsumo itsumo yasashisugitane
Ima wa ososugiru keredo

En ese momento su volumen de voz volvió a aumentar, atrayendo por completo la atención del rubio, que no dejaba de apreciar aquella magnífica esencia que ella desprendía, lucía tan diferente a esta mañana ¿Pero cual era la Hinata real?

Stop the sunset
Kimi wo ushinaitakunai
Sora wo dakishimete tsutsumi komu youni
Sotto utsumuita kimi no yokogao
Yuuhiyo konomama shizumanaideite

Cuando Hinata acabó de cantar, su celular comenzó a sonar. Ella lo sacó de su bolsillo, mientras que Naruto aún pensaba en que decirle, pero de pronto la oyó gritar como una loca.

—¡No me interesa, ya te dije que no quería aparecer en esa revista! – Exclamó la chica a todo pulmón, mientras que Naruto que iba a apagar la grabadora, decidió dejarla ahí por más tiempo -. ¡No, no diré nada sobre ese sujeto, ya he dicho que no es mi novio y punto! ¡Me tienen harta esos periodistas, estoy cansada de sonreírles como una niña buena, que se vayan a la mierda todos!

Naruto abrió los ojos como platos, no esperaba que una joven tan decente y educada como ella se veía diría unas cosas así.

—¡Jódete! – Volvió a hablar Hinata antes de colgar, entonces se dio la vuelta furiosa y su expresión se descolocó totalmente cuando vio al rubio parado junto a la puerta, mirándola aún sorprendido y con la grabadora en la mano -. T-tu… q-que… ¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Has grabado lo que dije?!

Naruto miró su mano; era cierto había grabado a la verdadera Hinata Hyûga, esa que no era un ángel como todos pensaban, pero si alguien lo sabía, para Hinata sería su fin ¿Qué quedaría de la dulce Hinata Hyûga?

Absolutamente nada.

—¡Tienes que dármelo! – Le exigió a Naruto, quien de pronto tuvo una extraña, pero muy buena idea, sólo que… jamás imaginó que a partir de este momento ya no podría alejarse de ella nunca más, pues inevitablemente, estaban entrelazados.

Continuara…

-------

Bueno ese ha sido el primer capítulo de este fic, espero que les haya gustado ^^

Aquí les dejo las traducciones:

Aishiteru = Te amo (esta adaptación pertenece a Emmanuel-kun, todos los derechos son de él)

[hide]Lamentándome, cuestionándome
A ninguna parte llegaré
Pero estoy aquí, extrañándote
Como una tonta más caí.

Son tantas dudas, que me comienzan a invadir
Cuando tu mirada está, perdiéndose en mí.
Nunca creí, ser yo la primera en actuar
Y decir que hallé en ti, al chico más especial.

Aún no entiendo el porqué, contigo me obsesioné
Solo sé que enloquecí
Porque desde que te vi, mi corazón, late a mil por ti.

Quiero sonreír, y gritar al fin
Que eres dueño de todo mi ser
Pero siempre estás, evadiéndome
Y eres terco porque sí, yo una débil porque sí
Y esto no funciona así, cuántas veces lo hemos conversado;
Yo te quiero, y estaré a tu lado
Mi intención, es darte amor y diversión ¡Yeah![/hide]

Sunset = Puesta de sol (esta adaptación me pertenece)

[hide]Esa puesta de sol - que tiñe mi corazón
Y que deforma lentamente mi sombra
Cuando - dijiste "este será el final"
Prometí - que no iba a llorar.

Duele cada vez al recordar - y me causa tanta tristeza
Sólo quiero - poder borrarlo de mi memoria
Y seguí - mirando el último atardecer
Mientras tú - de mi - te ibas por siempre.

Quisiera, regresar y contigo poder estar
Pero sé - que ahora - es muy tarde.

Sólo detén la puesta de sol
No quiero que te alejes de mí
Y perderte así
Como el cielo me envuelve
Esta soledad
Porque ya no te veré jamás
Sólo pido
Haz que el sol nunca se ponga.[/hide]






nanase Desconectado
« Respuesta #1 en: Febrero 16, 2011, 09:58 pm »

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Re: Pasión Por La Música - Capítulo 1 (NxH - GxM - SxS - SxT - NxT - SxI)
« Respuesta #1 en: Febrero 16, 2011, 09:58 pm »
yay... al fin lo leí todo Hinata  :o no puedo creer que ella sea así o.0.....

Quien la ve prepotente y todo -.-....

Y ese fin q le pusistes para continuar el fic me encanto *0*

Saludos!!!

Osaki Ivii Desconectado
« Respuesta #2 en: Febrero 19, 2011, 07:06 am »

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Re: Pasión Por La Música - Capítulo 1 (NxH - GxM - SxS - SxT - NxT - SxI)
« Respuesta #2 en: Febrero 19, 2011, 07:06 am »
Buenas...
Wow me facino este capitulo, quien diría que la inocente Hinata sería una demente hehehe.
Me pareció genial esta historia, deseo que pongas luego la continuación para saber mas sobre los otros personajes (dale más participación a Sakura, please)
Well... Good Luck Solong :P (LOL)

Himeko San
« Respuesta #3 en: Febrero 19, 2011, 12:46 pm »

Re: Pasión Por La Música - Capítulo 1 (NxH - GxM - SxS - SxT - NxT - SxI)
« Respuesta #3 en: Febrero 19, 2011, 12:46 pm »
me encanto :)
hace tiempo que  queria leer un fic de música ^^
Sai va a aparecer?
bueno, espero ansiosa el siguiente!
me agrada como escribes
nos leemos baai

Selene Desconectado
« Respuesta #4 en: Febrero 23, 2011, 07:04 am »

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Re: Pasión Por La Música - Capítulo 1 (NxH - GxM - SxS - SxT - NxT - SxI)
« Respuesta #4 en: Febrero 23, 2011, 07:04 am »
¡Hola!

Gracias por sus comentarios ^^

Aquí les dejo la primera parte del segundo capítulo, espero que les guste.

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Capitulo 2: Clases de música

Ella sólo lo miraba con el ceño fruncido, mientras que el rubio todavía no sabía como reaccionar ante esta sorpresiva situación. Tenía ganas de decirle un par de cosas, como que fingir no le quedaba a una chica como ella, se veía tan dulce ante todos pero en el fondo era todo lo opuesto; eso era precisamente lo que a Naruto no le había agradado de ella.

—¿Qué no me has oído? He dicho que me des esa grabadora en este instante – Volvió a exigir Hinata, olvidándose por completo de su manto de calidez, después de todo Naruto ya la había visto ¿Qué caso tenía fingir ante él? Además, si él llegaba a contar algo ella manipularía la situación como siempre para salir airosa, pero todo era distinto si él tenía una grabación con su voz.

—Yo… - Naruto la miró por unos segundos, mirando luego la grabadora en su mano. Aquella idea no quería desaparecer de su mente y la verdad, teniendo semejante oportunidad frente a sus narices ¿No sería un pecado dejarla pasar? Ya estaba harto de que su padre le cortara las alas, de que siempre impidiera que su sueño de ser un músico se viera truncado sólo porque él no quería permitirle seguir ese camino, porque Naruto debía ser lo que él quería, pero ya no más, ésta vez no se dejaría vencer tan fácilmente.

Hinata lo miró expectante un rato más, hasta que se cansó de verle poniendo esas expresiones de duda en su cara. No dejaba de golpear su pie contra el suelo, sintiendo como cada segundo pasaba a una velocidad increíblemente lenta, pero finalmente no pudo más.

—¡Ya basta, dejarás de mirarme así y me darás esa grabación de una vez por todas! – Exclamó.

—¿Y que sucedería si no lo hago? – Cuestionó Naruto con una sonrisa divertida. Hinata se calmó por un momento, mirándole con duda -. Venga, responde a mi pregunta ¿Qué pasaría si yo decido guardar esta grabación y se la enseño a los medios de prensa? ¿Crees que seguirás siendo una cantante popular todavía? Me pregunto que harían tus fans si descubren tu verdadera naturaleza.

Hinata estaba absorta ¿Qué pretendía obtener este sujeto de su persona?

—E-eso no es de tu incumbencia, sólo entrégamela y lárgate – Habló en un tono algo temeroso, después de todo se estaba asustando de aquella mirada que tenía el chico. Debía aceptar una cosa, aquellos ojos azules que se asemejaban al mismo cielo eran los más hermosos que había visto en su vida, pero aún así no dejaba de intimidarle esa sonrisa arrogante y el hecho de que él tuviera una grabación suya en su momento de furia.

—¿Qué te parece si hacemos un trato? Una especie de trueque – Ofreció el rubio aún sonriendo, con una expresión que casi decía “te tengo”. Hinata pareció confundida ¿Qué clase de trueque podría querer?

—¿De que estás hablando?

—Es simple – Naruto pareció más relajado, después de todo él tenía el control de la situación, así que Hinata decidió irse con cuidado -. Si estamos de acuerdo, el hecho de que yo muestre esta grabación a la prensa arruinaría tu carrera ¿No es verdad? – Hinata asintió con la cabeza, habiéndose arrepentido luego, porque sólo le había confirmado a aquel ojiazul que tenía todo el poder sobre ella en este instante -. Entonces, yo podría devolverte esta grabación y hacer como si esto nunca pasó…

—Eso es excelente ¡Ahora dámela! – Hinata se apresuró a acercarse a él, estirando su mano para alcanzar aquella grabadora y poder quitarle el pequeño casette, pero Naruto estiró sólo un poco su mano, haciéndole imposible tomarla, ya que era mucho más alto que ella.

—Eh, espera un poco que aún no he terminado – Rió Naruto divertido. Hinata se alejó de él y se cruzó de brazos, inflando las mejillas y luego soltando todo el aire de una vez, lo que hizo que su flequillo se levantara levemente -. Como iba diciendo, yo podría devolvértela, pero… esto tiene un precio.

—Genial ¿Qué es lo que quieres? ¿Una cita? ¿Un autógrafo? O ya sé ¿Quieres ir a uno de mis conciertos? – Hinata estaba dispuesta a ofrecerle de todo, no escatimaría con tal de recuperar aquella cinta delatora, aquella que podría destruirla para siempre y enterrar su carrera en el fondo del abismo.

—No me interesan ese tipo de cosas – Respondió Naruto frunciendo el ceño, pues era cierto, el estilo de Hinata no le gustaba para nada, él y su grupo eran metal alternativo así que el pop de Hinata no era algo que le agradara del todo -. Lo que yo quiero es otra cosa.

—¿Y que es lo que quieres? – Interrogó la cantante con el ceño fruncido, pues pensaba que no existía nadie en la vida que rechazara ese tipo de invitación de su parte, después de todo la gente la adoraba.

—Lo que quiero, es una cita con tu agente, quiero que conozca a mi grupo, quiero ser famoso, así como tú – Habló decidido el Uzumaki, notando por un momento la sorpresa que expresaban los ojos de Hinata, después de todo, aquella no era una petición muy normal que digamos.

—¿Qué dices? – Se atrevió a cuestionar ella aún sorprendida.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Las clases acababan de terminar y todos salían del salón tomando sus bolsos y mochilas. Gaara tomó su mochila y su guitarra –él también tenía una- caminando con ellas hacia la entrada. Se había puesto sus audífonos, así que la música que oía estaba en extremo fuerte, por lo que no iba poniendo atención a nada más a su camino. Salió al pasillo y enseguida las personas comenzaron a aglomerarse para ver salir a Hinata, por lo que decidió alejarse del gentío de inmediato, y sin querer chocó su hombro contra una chica, tirándole su bolso y casi todo lo que traía dentro, pues ella estaba buscando algo en él y estaba abierto.

—Ay cielos – Se quejó ella. Gaara no solía ser amable con las personas, pero la pobre chica estaba tirada ahí recogiendo todo en medio de tanto alboroto, no podía dejarla así.

—Disculpa, no fue mi intención – Se agachó para ayudarla, quitándose los audífonos de los oídos.

Ella no le había mirado, pues se encontraba recogiendo sus cosas, pero al oírlo disculparse no pudo evitar dirigir sus ojos negros hacia él, sonrojándose completamente con el solo hecho de notar de quien se trataba.

—G-Gaara-kun – Susurró despacio, pero igualmente fue oída por él, quien se extrañó un poco.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Ah… yo… - Que tonta había sido ¿Para que había abierto la boca? -. Siempre tan idiota Matsuri ¿Y ahora que le digo? – Pensaba nerviosa y totalmente sonrojada, después de todo él se podía dar cuenta de sus sentimientos y eso era lo que menos quería, sabía que Gaara jamás se fijaría en una chica tan poca cosa como ella, él era demasiado genial, alguien que sólo existía para ser admirado, para ser deseado pero jamás alcanzado, jamás obtenido por nadie como ella -. L-lo que pasa es que somos compañeros de salón… p-por eso.

—Claro – Gaara la recordó en ese momento, la había visto un par de veces en el salón pero jamás le había tomado la mayor importancia, después de todo la chica no llamaba demasiado la atención, no hablaba con nadie y siempre estaba sola, aunque él debía admitir que esos ojos que tenía le parecían bastante bonitos.

La siguió ayudando a recoger todo, hasta que de pronto tomó un cuadernillo que tenía escritas varias partituras para tocar en piano, por lo que el chico se les quedó viendo con detenimiento, ya que eran bastante complicadas, sólo alguien que de verdad supiera de música las entendería.

—¿Tocas el piano? – Preguntó de pura curiosidad. Matsuri se dio cuenta de que Gaara había agarrado su cuaderno de partituras, por lo que se sonrojó aún más de lo que estaba –si es que era posible- y se lo arrancó prácticamente de las manos.

—E-eso es sólo algo que hago por hobbie, no soy realmente buena – Dijo tomando todas sus cosas con rapidez, para después salir corriendo avergonzada. No quería que nadie supiera de su amor por la música, al fin y al cabo todos no harían más que burlarse, sólo para eso ella servía, para que se rieran de ella.

—Que chica más rara – Susurró Gaara para sí, observando el camino que ella había tomado por unos segundos. Luego se volvió a poner los audífonos y siguió su camino, ignorando a todos los que estaban locos por ver a Hinata, pues seguro eso sería de todos los días.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Caminaba silencioso hasta donde lo esperaba el chofer de su familia. Muchas veces había pedido a su padre un auto para movilizarse por sí mismo, pero Fugaku había sido categórico al momento de rechazar su petición. Era el padre más difícil que le podía haber tocado, encima de estarlo siempre criticando hasta por el más mínimo defecto, estaba totalmente en contra de su sueño, lo único que lo movía era la avaricia, el querer tener más, por eso sólo quería que sus dos hijos fuesen parte de su empresa y se encargaba de impedirle a Sasuke como fuera que se dedicara a la música, no se lo permitía ni como pasatiempo.

Sin embargo Sasuke jamás había estado dispuesto a dejar que su padre decidiera su futuro y así lo tuviera que contradecir toda la vida, no se dejaría manipular.

Se llevó su bolso al hombro ya que sin querer se cayó, pero entonces un sonido llamó su atención, algo como un grito.

—¡Auch! – Se quejó con dolor, pues había caído al suelo tropezándose con una piedra. Sakura estaba espiando a Sasuke a escondidas, pero cuando vio que se detuvo pensó que se iba a dar la vuelta, así que trató de huir y fue cuando la dichosa piedra se atravesó en su camino.

Sasuke caminó hasta llegar atrás de unos enormes contenedores de basura y pudo ver a una chica de cabellera rosada, la cual se quejaba en el suelo ya que al parecer se había lastimado un tobillo.

—¿Sakura? – Cuestionó arqueando una ceja. La mencionada lo volteó a ver con el rostro sonrojado, tal vez él se había dado cuenta de que lo estaba espiando y se moría de la vergüenza. Estaba enamorada de Sasuke Uchiha desde que era una niña, desde siempre, pero ese joven jamás le había hecho caso.

—S-Sasuke-kun… y-yo… - Bajó la mirada con vergüenza, quería que se la tragara la tierra, pero entonces se sorprendió cuando sintió como el azabache la tomaba por la cintura, haciendo que se pusiera de pie -. ¿Qué haces?

—Te ayudo a ponerte de pie, claro está – Respondió él tan serio como siempre. Sakura no entendía que lo había vuelto así, cuando Sasuke era un niño solía ser mucho más alegre, siempre hablando de lo grandioso que era su hermano mayor y que quería ser como él, pero entonces un día cambió drásticamente, dejó de sonreír y se volvió un amargado.

—Gracias, Sasuke-kun.

—¿Qué estabas haciendo tirada aquí? – Preguntó ayudándola a caminar. Al dar un paso Sakura sintió un intenso dolor en su pie, por lo que su caminar era muy lento, si no fuera por Sasuke probablemente no se podría mover. Sakura no sabía que responderle, pero estaba claro que decirle que lo espiaba no era una opción.

—Es que yo… bueno, estaba buscando a Kakashi-sensei… - Mintió lo mejor que pudo. Sasuke la miró con cierta duda y confusión mezcladas, ya que Sakura no era de las que se llevaban mucho con ese profesor porque siendo una de las chicas más inteligentes del salón nunca dejaba trabajos pendientes ni nada parecido.

—¿Para que querías tú a Kakashi-sensei? – Volvió a interrogar el Uchiha, no era que fuera muy curioso, pero de pronto quería enterarse de algunas cosas.

—Ah… yo… - Sakura se sentía acorralada ¿Qué mentira podía inventar ahora para zafarse? Porque nada parecía lo suficientemente bueno. Miró hacia una pared del estacionamiento de la escuela y la luz vino a su mente como un foco encendido; se trataba de un anuncio del club de música -. Es por el club de música, pienso inscribirme este año y… quería consultar algunas cosas con Kakashi-sensei, eso es todo.

—¿Tú? Pero si todos los años has dicho que eso no te interesa, creí que estarías en el club de modelaje como todos los años con Ino – Sasuke sabía cómo era Sakura, desde pequeños siempre había sido una chica superficial, la música nunca había sido de su interés, era extraño que ahora le tomara importancia a eso.

—B-bueno, nunca es tarde para cambiar de opinión – Aseguró la nerviosa joven, más que nada por seguir así abrazada al chico de sus sueños, pero ahora que lo pensaba bien ¡En que lío se había metido! Ella de música no tenía ni la más mínima idea, con suerte había aprendido a tocar la flauta dulce, y si no se inscribía ahora en el club de música entonces Sasuke la descubriría y no podía permitirlo, no tenía otra opción.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Naruto caminaba hacia su casa cargando su guitarra en la espalda. Estaba sonriendo, las cosas con Hinata Hyûga habían salido mejor de lo que pensó, porque ella había aceptado el trato sin vacilar, de verdad debía ser muy importante para ella mantener su fachada de niña buena, había tenido una suerte increíble para grabarla en ese momento.

Pero ahora que lo pensaba, el motivo que le había impulsado a hacerlo había sido por esa canción, por esa hermosa voz capaz de hipnotizar a cualquiera. Debía aceptar que Hinata tenía una voz preciosa, como pocas veces había oído, que haberla escuchado en vivo había sido cautivador, pero esa actitud de niña arrogante le quitaba todo lo bueno que tenía.

—Ja, niña presumida, pero de que me va a servir estar cerca de ella, me va a servir, ya quiero ver las caras de Sasuke y Gaara cuando se los diga – Se dijo emocionado.

Cuando llegó a su casa subió rápidamente a su habitación, quería practicar algunos acordes ya que finalmente en la tarde no había podido, por aquel extraño encuentro que tuvo con la cantante de pop.

Se sentía un tonto, no dejaba de pensar en ella, en lo arrogante pero a la vez linda que era ¿Qué le estaba pasando?

—¡Ya basta! – Se regañó a sí mismo, pues debía concentrarse en su música, no debía tener cabeza para otra cosa. Comenzó a pasar sus dedos suavemente por las cuerdas de la guitarra, cuando estaba solo le gustaba crear tonadas lentas, melodiosas, no acostumbraba a tocar siempre la misma música.

Estaba muy concentrado, con los ojos cerrados, pensando de nuevo en esa dulce sonrisa que había sido capaz de hipnotizar a todos los chicos de su escuela. Pensaba nuevamente en Hinata…

—¡Naruto! – La voz de su padre lo sacó de sus pensamientos, haciendo que dejara de tocar para darse cuenta de que estaba parado en la puerta de su cuarto, mirándole con rabia.

Naruto frunció el ceño al darse cuenta de que su padre nuevamente le miraba de esa manera, como si lo que estaba haciendo fuese algo realmente malo, como si tocar su guitarra encerrado en su habitación fuese alguna clase de pecado.

—¿Sucede algo padre? – Preguntó sin inmutarse, pero tratando de no provocarle.

Aquel hombre alto, rubio y de ojos azules era tan parecido a él, ver a Minato Namikaze era como estar viendo a Naruto en el futuro, por eso todos pensaban que tenían una excelente relación de padre e hijo, pero estaban equivocados, porque Naruto no soportaba que su padre tratara de hacerle desistir de su sueño, y Minato, él odiaba que Naruto fuese tan obstinado y no hiciera caso a sus peticiones.

—Claro que sucede algo ¿Qué no piensas detener ese escándalo? – Casi gruñó el rubio mayor. Naruto simplemente guardó su guitarra dentro del estuche, dejándola a un lado de su cama, para después mirar a su padre sin ninguna expresión.

—¿Estás contento ahora? – Cuestionó sentándose en la cama. Minato sólo le miró y cerró la puerta de golpe, mientras que Naruto se dejaba caer de espaldas.

No dejaría que su padre le quitara la felicidad que sentía en este momento, no dejaría que esta vez se entrometiera, gracias a Hinata lo tendría todo, estaba seguro.

—Hinata… - Y sin darse cuenta ese nombre volvió a escapar de sus labios en forma de suspiro. Aquella hermosa joven, sería su boleto a la fama.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Como siempre las afueras de su casa estaban atiborradas de periodistas y fotógrafos que querían hacerle una entrevista, seguramente relacionada con su cambio de escuela o como se estaba llevando con sus nuevos compañeros, pero la verdad no estaba de humor, después de lo que había sucedido con ese Naruto no tenía ganas de ver a nadie, más porque si no cumplía sus exigencias se vería expuesta ante todos quienes la consideraban el ángel de la música.

Que sujeto más idiota, lo odio… ¿Cómo se ha atrevido a chantajearme de esa manera? Pero… aunque se salga con la suya y le presente a mi agente, no ganará nada, él no es bueno seguramente, se irán con la cola entre las piernas – Eso pensaba la joven estrella, que estaba segura de que aunque Naruto le obligara a ser presentado ante quien la dirigía, no sería capaz de cumplir sus expectativas.

Le pidió a su primo Neji que le ayudara a disipar a los periodistas junto a los demás guardaespaldas y finalmente entró a su casa dando un enorme suspiro, aunque en realidad de casa no tenía mucho, más bien era una mansión.

—Será mejor que descanses Hinata-sama, has tenido un día muy pesado – Le sugirió Neji mientras se quitaba su saco negro y los lentes de sol. Hinata sonrió y asintió con la cabeza, no debía sentirse enojada por causa de ese Naruto.

—Como digas Neji nii-san – Respondió la ojiperla, para luego darle la espalda y caminar hacia su cuarto.

Neji soltó un suspiro y se dejó caer sentado sobre una silla. Ser el guardaespaldas principal de su prima Hinata era muy agotador, siempre tenía que estarla cuidando de los fans y de los periodistas, no era nada fácil tener que estarle quitando gente de encima todo el santo día, a veces necesitaba un descanso pero no era capaz de dejar sola a Hinata, no se perdonaría si le sucediera algo.

De todas formas, a veces se sentía muy solo, tal vez necesitaba una distracción de aquella vida llena de ajetreos y exigencias ¿Pero que clase de distracción?

Mientras tanto, Hinata había subido a su habitación. Era un cuarto que tenía de todo, televisión de plasma, muebles hermosos y nuevos, un closet del tamaño de otra habitación, lleno de todo tipo de ropa. Su cama era grande y cómoda y tenía un montón de animales de felpa encima.

Se lanzó sobre la cama abrazando un pequeño zorro de color rojizo, bastante gracioso. Ese era su animal favorito, se lo había regalado un niño hace mucho tiempo atrás, le conoció en un concierto musical al que asistió con su madre y ese pequeño le obsequió muy amablemente el zorrito.

—Naruto… - Susurró sin darse cuenta, soltando un suspiro, pero entonces notó lo que le había pasado y se sentó enojada -. ¿Q-que demonios he dicho? – Se preguntó molesta.

Se volvió a recostar sobre la cama boca abajo, cubriendo su rostro con una almohada, no tenía por que estar pensando en ese idiota que trataba de chantajearla, no tenía por que.

-------------


Bueno, hasta aquí se los dejo por ahora, espero que les haya gustado y nos leemos pronto ^^

¡Bye!

nanase Desconectado
« Respuesta #5 en: Febrero 23, 2011, 07:44 am »

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AWWW... vaya enredo en el q se metio sakura XD.... y Naruto omg....

Buena conti *0*

Saludos!!!

kiwikiishh Desconectado
« Respuesta #6 en: Febrero 24, 2011, 10:20 pm »

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*o* te kedo divino el capi
jajajaja sakura tendra ke aprender a tocar si o si xDD
y todo por ser abrazada por sasuke jejeje
y ke le paso apra dejar de ser niño feliz a amargado u__u
jejejeje bueno imagino ke despues lo descubrire jejejeje
espero la conti okkk y se ve ke el fic es de lo mejor ke pueda existir musica y amor <3
Fatal nacimiento de amor habra sido...

        

                   Si tengo que amar a mi peor enemigo...

Osaki Ivii Desconectado
« Respuesta #7 en: Febrero 25, 2011, 12:59 pm »

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Ohayo...
Genial capitulo, escribes de maravilla ^_^
Naruto y Hinata se enamorarán ¿? Sería super, del odio al amor...
Sakura en problemas ¿? Ojalá salga todo bien, y se integre al grupo :P
Gaara y Matsuri, amo esa pareja *-*
Bueno, espero la conti...
Sayonara  :D

Selene Desconectado
« Respuesta #8 en: Marzo 02, 2011, 05:35 pm »

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¡Hola!

Gracias por sus coments ^^

Aquí la segunda parte del capítulo.

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Una chica se encontraba en medio de la ciudad mirando para todos lados completamente desorientada. Su cabello era castaño y estaba tomado en dos chonguitos. Sus ojos eran color chocolate y su piel era clara. Usaba una especie de traje chino, una blusa de color rosado claro y unos pantalones bombachos de color blanco. En su mano llevaba una maleta de color café mientras que en la otra tenía un papel blanco, que al parecer tenía apuntada una dirección.

—Cielos… esto no puede ser – Se decía la joven volteando a cada lugar, pero sólo veía gente desconocida -. Creo que… estoy perdida… ¡Demonios! – Exclamó enfadada consigo misma.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Gaara había llegado a casa después de haber ido a comprar algunas cosas de comer, pues su hermana mayor se las había encargado. Se dirigió a la enorme cocina y dejó un par de bolsas sobre la mesa, después de todo las empleadas se encargarían de ordenar aquello.

Se disponía a irse a su habitación para practicar un poco la nueva canción, cuando por la puerta de la cocina se apareció una joven alta, de cabello rubio tomado en cuatro coletas y unos hermosos ojos azules, la cual lo miraba con una sonrisa. Gaara frunció el ceño, sabía perfectamente que significaba esa sonrisa; Temari le diría algo que no le gustaba.

—Antes de que digas nada, no me interesa – Aseguró el pelirrojo cortando el impulso de hablar de su hermana mayor, la cual hizo cara de berrinche, pues odiaba quedarse con las palabras en la boca.

—Gaara, no seas así de pesado, cada día te pareces más a papá.

Ante el comentario el ceño del menor se frunció aún más, odiaba cuando lo comparaban con su padre, simplemente no lo soportaba, porque aquel sujeto ni siquiera podía llamarse de esa manera, cuando siempre lo había despreciado… siempre le había tratado mal y le había culpado por la muerte de su madre.

—No me compares con ese hombre – Soltó enojado. Temari suspiró, había olvidado lo mucho que a Gaara le enfadaba que le dijeran que se parecía a su padre.

—Perdona, pero vamos, déjame hablar, te diré algo que te puede convenir – Afirmó la chica con expresión de cómplice. Se sentó en una silla de las que estaban alrededor de la mesa de la cocina y tomó una manzana, le dio una mordida y miró a su hermano menor con gracia -. Gaara, desde mañana asistiré a la escuela como asistente y consejera, así que deberías estar contento, me verás todos los días.

—Además de hacerlo en la casa ¿Tendré que verte en la escuela también? Vaya – Se quejó el chico de orbes aguamarina. Tomó una manzana también y le dio una mordida, caminando luego a su habitación, mientras que Temari lo miraba ofendida.

—¡Gaara, que mal hermano eres! – Vociferó la chica, pero el pelirrojo simplemente la ignoró, solía hacerlo siempre que Temari se ponía fastidiosa. La rubia apoyó su rostro contra la mesa, aún se sentía ofendida, pero no iba a dejar que el mal humor de su hermano le echara a perder este momento, quería dar su mejor esfuerzo en aquel trabajo de medio tiempo.

Temari tenía ya veinte años y estaba en su segundo año de universidad, estudiando nada más y nada menos que sicología, según ella porque en el futuro trataría los problemas mentales del antisocial de su hermano, pero en realidad era porque la carrera le gustaba bastante.

Gaara por su parte se encerró en su habitación, prefería oír su ruidosa música que los gritos estridentes de su hermana mayor, menos mal que Kankuro –su otro hermano- aún no llegaba, porque entonces no tendría paz y eso, era lo que más necesitaba, mucha paz.

—A ver – Dijo tomando su guitarra, una preciosa guitarra eléctrica de color rojo fuego, con algunos toques en blanco, perfecta según él. Se sentó en la cama y posó su mano izquierda sobre las cuerdas, haciendo un acorde con sus dedos, mientras que con la derecha comenzaba a crear la melodía.

Música, eso era lo único que le movía en la vida, su único camino, su único futuro.

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Ella llegó a casa a inmediatamente corrió hacia la pequeña sala. Su casa no era la gran cosa, era apenas suficiente para que ella y su madre vivieran a gusto, no tenían mucho, no eran millonarias como la mayoría de la gente que asistía a su escuela, ella era una chica humilde, de una familia esforzada. Su padre se había ido de la casa pero constantemente les mandaba dinero para poder sobrevivir, mientras que su madre trabajaba absolutamente todo el día para poder mantenerla, ella decía que mientras viviera su princesa no necesitaba sacrificarse, mientras ella estuviera no la dejaría trabajar, por eso Matsuri pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa, después de salir de la escuela –en donde tampoco hablaba con nadie- se quedaba largas horas practicando en el piano que antes era de su abuela fallecida.

Dejó su bolso sobre el piso, sentándose con calma en la pequeña silla frente al piano. Destapó las teclas, tocando una por una sin que estas emitieran ningún sonido, pues tan solo pasaba sus manos con delicadeza sobre ellas, hasta que pronto comenzó a presionarlas.

El sonido se oía débil, como el ahogado grito que lanza una persona que no puede ser escuchada, cuando intentas liberarte de una pesadilla que no te deja despertar.

—Que tonta soy… - Se dijo bajando la mirada. No podía dejar de pensar en él, siempre pensaba en él.

Lo había conocido haces dos años, cuando entró a la escuela. Desde la primera vez que lo vio le pareció un príncipe de los cuentos de hadas, de esos que sólo se fijan en la hermosa princesa, pero ella no era una princesa, no era más que una niña común y corriente sin nada en especial.

—Gaara-sama… - Suspiró sintiendo los fuertes latidos de su corazón.

Era su primer día de clases en la preparatoria y se encontraba bastante nerviosa, no conocía a nadie, además para ella era muy difícil hacer amigos, siempre lo había sido por el hecho de ser demasiado tímida con la gente.

Tenía sólo quince años. Su cabello caía liso sobre su espalda hasta casi tocar su cintura, mientras que su mirada delataba a una jovencita llena de amabilidad y ternura. Caminaba por el pasillo buscando su salón, pero estaba algo perdida.

—D-donde quedará este número – Se preguntaba mirando un papel. Iba tan distraída que sin querer chocó con una persona, pero sin verle la cara -. Ah… l-lo siento – Se disculpó apenada.

—¿Lo sientes? Niña estúpida, mira lo que has hecho – Se escuchó una voz masculina bastante grave. La jovencita levantó su vista para observar que sin querer había manchado la camisa blanca de un chico mayor que ella, con lo que al parecer era un refresco -. Eres una idiota, ahora me pagarás por esto.

—Y-yo… no tengo dinero, por favor perdóneme – Se disculpó una vez más, pero aquel tipo no quiso entender de buena manera.

—¡Te dije que me lo pagues! – Lanzó un grito histérico, asustando a la castaña. Ella cerró sus ojos, dando un salto, mientras aquel chico se atrevía a levantar la mano dispuesto a golpearla si era necesario, la obligaría a pagarle como fuera, pero entonces, la mano de alguien detuvo su golpe.

Matsuri abrió sus ojos y vio la espalda de alguien, de otro chico. Su cabello rojizo llamó enseguida su atención, era un cabello muy hermoso.

—Déjala en paz ¿No te das cuenta de que es sólo una chica nueva y asustada? – Dijo aquel chico con una voz tan profunda que logró hacer temblar el cuerpo de la joven.

—¿Quién rayos eres tú, mocoso? Vete si no quieres que te termine golpeando también – Amenazó el bravucón, pero una sola mirada del pelirrojo bastó para congelarle la sangre.

—Es mejor para ti no saberlo – Respondió con aquella voz amenazante y esa mirada capaz de infundir miedo a quien fuera. Al parecer el chico le había reconocido, porque comenzó a temblar como si estuviese frente a un monstruo.

—T-tú, eres Gaara… - Susurró antes de salir corriendo del lugar. El tal Gaara se dio la vuelta y en ese instante ella pudo apreciar su rostro, pero en particular el hermoso color aguamarina de sus ojos. En un segundo ya había quedado hipnotizada.

—Tú, deberías tener más cuidado si no quieres que algo así te vuelva a pasar – Fue todo lo que dijo antes de abandonar el lugar, dejando a la joven aún paralizada, viéndola con verdadera admiración y deslumbramiento, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillando como si hubiese encontrado un tesoro valioso.


—Gaara…

Sin darse cuenta sus dedos estaban tocando una melancólica melodía por sí mismos, mientras pensaba en él siempre le sucedía aquello, pues sabía que sería inútil amarlo como lo amaba, Gaara jamás le haría caso, ni siquiera recordaba aquel primer día.

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La radio estaba encendida con todo el volumen, mientras él trataba de conciliar el sueño, cosa que le resultaba imposible. Tenía muchísimo sueño, todo el tiempo lo tenía, pero se ponía de malas cuando no podía dormir.

—Es suficiente – Se dijo enfadado. Salió de su habitación y bajó las escaleras, caminó hacia la sala y bajó el volumen hasta cero, observando a sus padres que dejaron de bailar felices de la vida al ver que su hijo les había cortado la inspiración -. Ustedes, par de problemáticos dejen de hacer tanto ruido.

—Shikamaru, no nos hables de esa forma que somos tus padres – Lo regañó la mujer de cabello castaño oscuro y ojos negros, que aún no soltaba las manos de su esposo Shikaku Nara. Él carraspeó un poco, tal vez algo avergonzado y se separó de su mujer mirando a su hijo con cierta flojera.

—Shikamaru, en lugar de dormir deberías hacer algo, no sé ¿Qué te parece si practicas un poco con ese bajo que te regalamos para navidad? – Dijo Shikaku, mientras que Shikamaru sólo bostezaba con pereza.

—No quiero, es muy problemático – Respondió dándose la vuelta para volver a su cuarto. Shikaku iba a subir el volumen del radio, pero Shikamaru se detuvo a la mitad del camino, sin darse la vuelta -. No lo vuelvas a subir viejo, déjame dormir.

—Rayos ¿Cómo hace eso? – Se preguntó el hombre, -casi igual a su hijo- mientras miraba a su esposa con intriga. Ella sólo hizo un gesto de no saber y después suspiró resignada -. Yoshino, si Shikamaru no nos deja oír música ¿Te parece si vamos a cenar los dos solos fuera?

—Shikaku, por fin haces algo romántico – Le respondió su esposa con estrellitas en sus ojos.

Shikamaru cerró la puerta de su cuarto, se dirigió a la cama para seguir durmiendo y miró de reojo el bajo que estaba justo al lado de su ordenador. Lo tenía desde hace unos dos años atrás, al principio le encantaba tocarlo, pero había perdido el interés a medida que aprendía más, tal vez porque nunca encontró a alguien que pudiera acoplarse con el sonido que él producía, era demasiado problemático estar buscando incentivos para tocar.

—Hum… el club de música, hace tiempo que lo he estado pensando – Se dijo mirando al techo, el cual estaba pintado como un cielo lleno de nubes blancas, pues de ver las nubes no se cansaba.

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Había llegado el gran día, Kakashi se encontraba dentro del salón de música esperando a que llegasen los chicos que se inscribirían. Había varios clubs disponibles en la escuela, entre ellos teatro, danza, periodismo, modelaje, deportes y, un montón de cosas sin sentido, pero el club más solicitado era siempre el de música.

—Vamos a ver, cuantos llegarán este año – Se preguntó el profesor de cabellera plateada, que tenía una libreta y un lápiz en mano.

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—¡¿Cómo que te inscribirás en el club de música?! – Gritó histérica la rubia. Sakura se cubrió los oídos para salvaguardar la salud de sus tímpanos.

Ambas jóvenes entraban a la escuela aquella mañana. Cuando Sakura soltó la bomba inmediatamente Ino gritó llena de sorpresa, pues no podía creer que su mejor amiga le estuviese haciendo esto, ellas estaban juntas en todo y ahora Sakura la abandonaba.

—Ino, no te pongas así, lo que pasa es que tengo deseos de cambiar de aire por una vez, es el último año, quiero hacer algo diferente, vamos – Decía Sakura sonriendo, aunque sabía bien que estaba mintiendo, pues se sentía prácticamente obligada a asistir a aquel club.

—No te lo puedo creer – Ino soltó un suspiro. No pensó jamás que Sakura desearía hacer algo distinto, sobre todo si se trataba del club de música, ellas no tenían aptitudes en ese ámbito, pero aún así no se pensaba quedar sola, si Sakura se iba a ese club, entonces ella también -. Perfecto, si tú vas yo voy.

—¿Qué? Ino ¿Estás segura? – Interrogaba la peli rosa, pues no pensó que Ino también se interesaría por ese dichoso club.

Sin embargo ya estaban decididas, ambas se inscribirían, así que se encaminaron hacia el salón.

Desde afuera del salón de música, Matsuri observaba como varios alumnos ingresaban cargando sus instrumentos musicales. Ella estaba nerviosa, quería entrar, pero sentía que nuevamente los nervios la traicionarían y volvería a hacer el ridículo, sin tan solo tuviera más fuerza de voluntad.

—G-Gaara-sama… - Susurró observando como aquel pelirrojo entraba junto a sus dos amigos. Sus mejillas se sonrojaron como siempre le pasaba cada vez que lo veía, porque siempre sólo lo podía ver desde lejos.

—Matsuri-chan – Escuchó una dulce voz detrás de ella. Se espantó y dio un salto algo asustada, usualmente nadie le hablaba en la escuela, pero entonces se quedó con la boca abierta al darse cuenta de quien se trataba, era nada más y nada menos que la famosa estrella que ahora se sentaba a su lado, Hinata Hyûga.

—H-Hinata-san ¿Sucede algo? – Preguntó avergonzada, después de todo estaba frente a aquella importante personalidad y no podía creer que le hubiese hablado y que recordara su nombre.

Hinata miró hacia la entrada del club, que ya comenzaba a cerrarse al parecer.

—Estás pensando entrar al club de música ¿Verdad? – Preguntó sonriente la Hyûga. Le agradaba demasiado Matsuri, era una chica tan tímida y dulce que le recordaba a ella misma antes de convertirse en una cantante famosa, ella era igual y a veces, aún conservaba esa forma de ser, pero no la mostraba ante nadie -. Oye ¿Por qué no entramos juntas?

—Y-yo… - Matsuri bajó la mirada, ella no estaba segura de eso, pero la misma Hinata Hyûga se lo estaba pidiendo ¿Cómo podría decirle que no? Además, Gaara también estaba ahí. Tal vez era hora de enfrentar aquel miedo, de dejar de temerle a las miradas de la gente, quizás ya era tempo de brillar -. Está, está bien, Hinata-san.

—¡Que bien! – Exclamó la Hyûga tomándola del brazo para jalarla hacia la entrada. De inmediato ambas se volvieron el centro de atracción de todos los presentes, una por ser una famosa estrella y la otra por ser su amiga.

Por un momento Matsuri se sintió tensa, alguien la miraba fijamente y la hacía sentir nerviosa. Al observar hacia aquel lugar pudo ver que eran los ojos aguamarina que tanto deseaba que la mirasen, ahí estaba Gaara, observándola.

Es ella otra vez, así que vino – Pensó el pelirrojo, que sin darse cuenta delineó una pequeña sonrisa, para luego desviar la mirada, pero Matsuri pudo notarlo, pudo ver como por unos segundos él parecía sonreír al observarla.

Por su parte, Hinata sólo podía ver a cierto rubio que tenía su guitarra sobre las piernas. Él no la dejaba de mirar, parecía como si ella fuese lo más interesante del mundo, pero no la veía con deslumbramiento, sino con una especie de complicidad. Ella sabía lo que estaba pensando.

Aún así sus ojos le parecían los más hermosos que había visto; azul cielo, le parecía que detrás de ellos se escondía alguna clase de dolor.

Ambas jóvenes tomaron asiento y dejaron de llamar la atención cuando se escuchó como alguien carraspeaba. Se trataba de Kakashi, que se había parado en el frente, encima de una especie de tarima, con un micrófono en mano.

—A todos los que se encuentran aquí, les doy la bienvenida a nuestro club de música, espero que puedan mostrar todos sus talentos, y que este año sea uno muy bueno para todos nosotros – Habló Kakashi sonriendo, o al menos eso parecía ser debajo de su mascarilla.

Algunas chicas murmuraban cosas entre sí, como lo guapo que les resultaba aquel profesor, mientras que, Naruto nuevamente se quedaba viendo a Hinata Hyûga.

Brillaré, brillaré como tú lo haces, todos me admirarán, a mí y a mis amigos, seremos estrellas igual que tú – Pensaba con seguridad, sonriendo alegremente sin percatarse, mientras que Hinata, había sentido un extraño vuelco en su pecho al ver esa sonrisa, le recordaba a la de alguien ¿Pero a quien?

—¡Bien chicos, es hora de inscribir sus nombres! – Exclamó Kakashi, oyendo como todos celebraban contentos.

El club de música al fin había comenzado.

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Y aquí acaba el capítulo, espero les haya gustado y nos leemos pronto.

¡Bye!

nanase Desconectado
« Respuesta #9 en: Marzo 02, 2011, 08:53 pm »

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AWWWW.... No puedo creedrlo x3... Gaara la salvo a ella omg!!! Q emoción x3....

Además XD ese sentimiento de Hinata hacia Naruto OMG! es de lo mejor xD...  No me imagino a Ino y a Sakura en el club de música XD. Q divertido x3....

Saludos!!!

Selene Desconectado
« Respuesta #10 en: Marzo 19, 2011, 08:55 pm »

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¡Hola!

Perdón por la demora!!!

Enseguida les dejo la parte 1 del capi 3 ^^

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Canciones:

Hinata - Usutsuki (no sé quien la canta pero es de School Days)
Ino y Sakura - Amor a medias de Ha-Ash
Gaara y el grupo: I Will Not Bow de Breaking Benjamins.
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A veces el amor llega de formas muy estúpidas y poco convencionales, pero es de aquella manera que se transforma en algo mágico y que dura para siempre.

Capítulo 3: Cantar es mi pasión

Hoy era el segundo día del tan esperado club de música, la mayoría lo había estado esperando todo el día, rogando por que las clases acabasen pronto para poder asistir a su lugar favorito, mientras que otro resto de alumnos estaban asustados; hoy demostrarían sus habilidades.

Naruto y su grupo estaban felices, iban a demostrar lo que sabían hacer, como transformaban los sonidos que salían de sus instrumentos en música, en la música que a ellos les gustaba.

Shikamaru estaba casi tirado sobre uno de los asientos, mientras que sus pies descansaban sobre el otro y un algo ofuscado Kiba trataba de moverlo, pues quería ocupar el asiento junto a su novia Ino.

—Vamos Shikamaru, mueve tus sucias pezuñas para que mi Kiba se pueda sentar – Le reclamó la joven rubia frunciendo el ceño. El Nara la miró y soltó un hondo suspiro, quitándose del lugar para que éste fuera ocupado por Kiba, que sonrió complacido al ver que su novia le conseguía un lugar así de fácil. Ino siempre había sido una chica mandona, pero él la manejaba a su antojo, siempre que le pedía algo Ino lo hacía sin chistar, eso era porque lo quería de verdad.

—Eres una problemática mujer, pero ahí tienes tu asiento – Le dijo Shikamaru entornando los ojos, aunque ahora se sintiera menos cómodo. Ino sólo le sacó la lengua y luego le hizo un desprecio, haciendo que su larga coleta de caballo se moviera como una bandera ondeando al viento, entonces sin querer golpeó a alguien con ella.

Se dio la vuelta, fijando sus ojos azules en un chico pálido, de cabello negro azabache y ojos del mismo color, que al parecer no se había ni inmutado por el golpe pues ni siquiera la miró, aunque ella habría querido disculparse, pero él sólo siguió de largo para sentarse atrás de ellos.

Ese es el nuevo, vaya que es raro ni siquiera le molestó que lo golpeara… - Pensó extrañada, pero al final decidió no darle importancia al asunto, problema de él era si la había ignorado, así se ahorraba las disculpas.

Kiba rodeó con su brazo el cuello de Ino, atrayéndola hacia su persona y haciendo que se saliera de sus pensamientos. La rubia lo quedó mirando algo sonrojada y entonces el chico la besó. Shikamaru les miró con fastidio, esos dos ya se parecían a sus padres estando tan melosos y pegados como con cola.

Que par de problemáticos… mejor me hubiera ido al club de Shôji – Pensó con molestia, desviando la mirada y cerrando los ojos, por lo que al instante cayó dormido.

La habitación se quedó en silencio al observar como entraba la estrella que brillaba más que ninguna otra, la dulce y angelical joven que los embobaba a todos, a cada uno de los chicos de esa escuela aún si estos tenían novia, como cierto castaño que luego de separar sus labios de los de su amada se quedó perdido observando a la Hyûga.

Hinata no se sentía intimidada por más que la mirasen, ella estaba acostumbrada a las miradas de la gente, pero no era así con la personita que estaba escondida detrás de ella, su tímida nueva amiga; Matsuri.

—Matsuri-chan ¿Qué haces ahí escondida? – Preguntó la ojiperla sonriendo graciosamente y haciéndose a un lado para dejar ver a su acompañante, la cual se sonrojó al notar que algunos chicos la miraban, porque todos tenían envidia de la cercanía que tenía con la linda Hinata, a nadie más se había acercado tanto.

—E-es que… no me gusta que me miren, Hinata-san todos están viéndome por estar a tu lado – Al oírla la sonrisa de Hinata desapareció, siendo reemplazada por una expresión de tristeza, porque siempre le sucedían esas cosas, o las personas querían estar desesperadamente a su lado, o no se le querían acercar.

—Si no te gusta estar conmigo está bien, me sentaré sola.

—¡N-no! – Negó rápidamente la castaña, se había dado cuenta de que cometió una imprudencia con ese comentario y tenía que arreglarlo —. Hinata-san, tu presencia es muy agradable para mí, es un honor que entre todas las personas que hay en esta escuela tú te hayas acercado a mí, no quiero que pienses que me molestas… soy feliz de… tener tu amistad – La chica sonrió, haciendo que la sonrisa regresara a los labios de la Hyûga.

De verdad ella le había llamado amiga. Se sentía tan bien tener una amiga, una persona en quien poder confiar, a alguien a la que podía contarle lo que fuera. Su amiga.

—Entiendo, será mejor que vayamos a sentarnos Matsuri-chan, y por favor deja de llamare Hinata-san ¿De acuerdo?

—D-de acuerdo, Hinata-chan – Respondió Matsuri, luego de lo cual ambas se fueron a sentar en la primera fila, ya que tenían motivos para querer estar ahí; ambas tenían que ver de cerca a cierta persona, aunque fuesen dos diferentes.

Hinata fijó sus ojos en ese rubio otra vez. Como le fastidiaba su presencia, pero hoy por fin vería que tan bueno era. No olvidaba que él aún poseía esa grabación que podría acabarla, tenía que recordar no desafiarlo al punto de hacer que él quisiese vengarse, porque entonces lo terminaría pagando muy caro y eso no sería nada bueno.

—Ay Dios ¿Qué hago aquí? – Se preguntaba Sakura en voz baja, mirando para todos lados y sintiéndose como un bicho raro. Verdaderamente no había sido buena idea, ella no sabía un pelo sobre música, con suerte y cantaba en la ducha ¿Sería que haría el ridículo de su vida?

Miró a su mejor amiga Ino, la cual se veía asustada como ella, pero no se podían quedar así y hacer el papelón de sus vidas. Aunque ninguna hubiese cantado nunca, algo les tenía que salir en este momento.

Su vista se posó entonces en aquel joven que había sido la razón por la que ella estaba aquí; Uchiha Sasuke, alguien que nunca la voltearía a ver como ella quería, porque para él sólo la música existía. A pesar de ser tan popular y de tener a media escuela detrás de su sombra, Sasuke jamás había tenido novia, ni siquiera le habían conocido a alguna “amiga especial”, tal como su amigo Gaara era un chico muy reservado y frío ante todas las personas, aunque el otro día se había comportado muy amable con ella y eso le hacía tener ciertas esperanzas, que se desvanecían cada vez que lo observaba y él ignoraba su existencia como si no le importase en lo más mínimo.

Sasuke-kun… nunca se va a fijar en mí, nunca va a quererme como yo lo quiero – Eran sus tristes pensamientos.

Pero ella no sabía, no conocía que había otra persona que sentía lo mismo que ella, que al igual que ella desfallecía por un amor no correspondido, por su amor. Naruto no podía dejar de quererla, por más que lo había intentado, por más que se decía a sí mismo que Sakura estaba enamorada de Sasuke, su corazón era terco así como él, por eso la seguía amando en silencio, doliéndole cada vez que ella perdía sus ojos en el Uchiha. Se sentía herido, él la amaba y le entristecía que ella perdiera su tiempo con una persona que jamás la podría hacer feliz, porque Sasuke nunca le correspondería, ese frío corazón no era capaz de sentir amor, no como el que sentía él.

Pero entonces sus ojos azules regresaron hacia ella, la persona que lo haría brillar como una estrella en el firmamento. Hinata era una joven preciosa, si no fuera por esa doble faceta tal vez… ¿En que pensaba? Él sólo tenía ojos para Sakura, para nadie más.

Hinata no es nada, ella no es nadie importante en mi vida, a parte de hacer mi sueño realidad… Hinata Hyûga nunca será nada más – Pensaba muy seguro de sí mismo, pero que equivocado estaba en ese momento, porque no sabía que muy pronto ella sería algo muy importante y valioso para él, algo que jamás podría abandonar.

—¡Alumnos, buenas tardes a todos! – Saludó un muy animado profesor Kakashi, que para variar había llegado diez minutos tarde y para la mayoría de ellos aquellos minutos se hicieron eternos. El peli plata se paró en frente de todos, hablando a través de un micrófono que había en el centro de la tarima —. Bien, como sabrán el día de hoy vamos a mostrar lo que sabemos hacer, así que quiero ver ¿Quién se ofrece?

Nadie parecía querer ser el primero, tal vez los nervios eran demasiado fuertes, por lo que ella no tuvo más opción que ofrecerse. Hinata Hyûga se puso elegantemente de pie, dispuesta a ser la primera en demostrar la potencia y dulzura de su voz.

—Yo lo haré, Kakashi-sensei – Dijo caminando hacia el centro de la tarima, luego de haber subido un pequeño escalón. Tomó el micrófono entre sus manos mientras que Kakashi presionaba un botón en una especie de equipo reproductor de música. Se alejó y una de las canciones de Hinata comenzó a sonar, pero era sólo su pista.

Al reconocerla varias personas –en especial las chicas- se emocionaron, pues era claramente una de las favoritas de todos, una canción que hablaba sobre ella misma, sobre ser una persona débil, que se había dejado pisotear por las mentiras de quien amaba. “Usotsuki” era el nombre de aquella hermosa y envolvente canción.

Kimi no koto wo omou sono tabi
umaku ikigate kinai
hontou no jibun wo kakushite
nani ga hoshii n darou

Las chicas coreaban la canción de Hinata, mientras que los hombres sólo se deleitaban con su hermosa voz y su sonrisa, que a pesar de todo era un tanto nostálgica.

ichiban no nikaisha nante
egao miseru kara
hitotsu mata uso ga koboreta
kimi ga suki nano ni...

Hinata cerró sus ojos, recordando las muchas veces que cuando era una niña se dejaba pisotear por cualquier persona, cuando era una niña débil que sólo podía esconderse detrás de las faldas de su madre. Pero todo eso había cambiado, ahora ella era una estrella, que brillaba en lo más alto del cielo y estaba dispuesta a todo por no caer jamás de ahí, incluso si tenía que aceptar los chantajes de un chico engreído.

kono koe ga kareru made
kotoba ni shitai ienai mama
osaeteta kodou e to namida afureteku
itoshisa ga tsuyogari ni kowatte shimau
kizuite...
semai sora no shita de watashi ha
kimi wo mitsumete iru

La música siguió sonando y Hinata continuó demostrando por que se había vuelto tan famosa. Quizás para gente como Naruto y su grupo su música podía carecer de sentido, pero para ella era perfecta, porque cada canción la representaba, hablaba sobre algún aspecto de ella, por eso las amaba.

—Muy bien Hinata – Le felicitó Kakashi, que al igual que todos los ahí presentes estaba sorprendido por su hermosa voz y por el sentimiento que ella ponía al cantar, incluso Naruto debió admitir que ella era muy buena, demasiado buena para su gusto.

De un momento a otro todos comenzaron a aplaudir, demostrando así que de verdad apreciaban el talento de aquella chica, haciéndola sentir valiosa, como se sentía en cada uno de sus conciertos, porque los aplausos le hacían entender que estaba haciendo las cosas bien.

—Gracias – La ojiperla hizo una leve reverencia y después de eso regresó a su asiento, siendo felicitada también por su nueva amiga, que estaba verdaderamente orgullosa de ser tan cercana a alguien como Hinata. Matsuri sabía que ni en un millón de años sería tan buena como ella, porque siendo así como era no llegaría a ninguna parte, si le temía a las miradas no podría dedicarse a la música.

Tengo que admitir que tiene una hermosa voz, y que cuando canta se ve realmente… ¿Tierna? Bah, no sé cual sea la palabra pero me da igual – Pensaba Naruto cruzándose de brazos y desviando la mirada, no sabía por que pero de pronto se sentía algo molesto, como si alguien hubiese hecho algo para incomodarle.

—Naruto ¿Por qué tienes esa cara de atropellado? – Le preguntó Sasuke al oído, pero el rubio decidió no contestar.

Mientras la hora avanzaba los distintos alumnos que Kakashi mencionaba en su lista salían adelante a hacer de las suyas. Kiba demostró que era todo un as con la guitarra eléctrica y no cantaba nada mal, a la vez que Shikamaru enseñó sus dotes para el bajo, cosa que dejó a más de alguno boquiabierto, porque el Nara jamás había demostrado tener algún interés musical y que tocara así era realmente impresionante, sobre todo para Sasuke, quien venía tocar el mismo instrumento.

—Bueno… - Después de un rato de oír a varios de los chicos y chicas, Kakashi llegó hasta un nombre interesante, una de las alumnas que menos estaban interesadas en materias como esta, lo sabía porque ella lo vociferaba en el salón de clases. Le sorprendió también ver a su mejor amiga, pero sonriendo decidió llamarlas a las dos —. Sakura, Ino, pero que sorpresa me dan al estar aquí.

El cuerpo de las dos féminas se tensó al instante mismo de haber oído sus nombres ¿Ahora que iban a hacer?

—¿Por qué no pasan adelante y nos hacen una demostración? – Ofreció el peli plata señalando hacia el pequeño escenario. Todas las miradas se posaron en aquellas dos nerviosas jovencitas, que no sabían que inventar para salvarse de esto, de verdad que no querían hacer el ridículo.

—Eh… y-yo… - Comenzó a decir Sakura, sintiendo que en cualquier momento podría desmayarse, su cara estaba más roja que nunca y lo peor de todo era que ¡Sasuke la estaba mirando!

Podría haber soportado que cualquier otro la mirara de esa forma, pero si Sasuke se llegaba a burlar de ella… si él lo hacía entonces moriría.

—Bien Sakura, vamos – De pronto sintió como Ino la tomaba de la mano, decidida, llevándola al centro de la tarima y tomando entre sus manos el micrófono, cosa que la descolocó porque no se dio ni cuenta en que momento la música había comenzado a sonar.

Por su lado Ino ya estaba segura de esto, de vez en cuando ella y Sakura iban al karaoke y aunque nunca habían sido de lo más afinadas tampoco era que fuesen malas. Sabía que su miga estaba nerviosa, pero al darle una mirada confiada Sakura supo lo que debía hacer, no dejarse vencer.

Ino fue la primera en ponerse en el centro y tomar la actitud de una verdadera idol, demostrando así su estilo y valentía, mientras la música sonaba.

Aunque busque ya no hay
Ni un motivo para estar
A tu lado y en soledad

Luego fue el turno de Sakura, la rubia –que para sorpresa de todos no lo hacía nada mal- apenas terminó su estrofa le entregó el micrófono a su amiga, la cual comenzó a cantar muy despacio, su voz casi no se oía aunque tenía el micrófono encendido.

Te regalo los por que
De un amor que sólo fue
Como una oración hecha sin fe

Fue el turno de Ino una vez más, así que acercándose a Sakura logró tomar el micrófono. Comenzando a bailar por todo el escenario como toda una profesional y dejando incluso a Sakura sorprendida, pues no sabía que Ino se moviera tan bien, además de cantar muy bonito.

Definitivamente Ino le estaba dando una paliza y eso no lo podía permitir.

Yo te di, lo mejor de mí
Y a cambio sólo recibí, nada de ti.
La mitad de una mentira no es la verdad
No pretendas
Digas lo que digas ahora sé que no
Amor a medias no es amor

Sakura tomó el micrófono, sacando toda su voz para terminar el coro, ella también tenía que poder, así como lo había hecho Ino.

La mitad de una promesa no es algo real
¿Por qué te engañas?
Tus palabras no me atraparán, ya no
Amor a medias no es amor.
Amor a medias no es amor…
Ohh…

Terminaron de cantar y los aplausos no se hicieron esperar, ese par sabían como salir airosas de situaciones difíciles. Chocaron sus manos y regresaron a sus asientos.

—Bien, debo decir que lo hacen bastante bien – Les felicitó Kakashi con una sonrisa, o al menos era lo que se podía distinguir a través de su máscara. Volvió su vista a la lista y notó el nombre de cierto rubio hiper-activo al cual aún no había visto en acción, aunque sí lo había hecho otras veces y debía admitir que Naruto era increíblemente bueno con la guitarra —. Naruto, Sasuke y Gaara, creo que al fin les ha llegado su turno.

Los tres mencionados se pusieron de pie al instante, mientras que Hinata les miraba con atención. Naruto fue el más escandaloso, corrió como si su vida dependiera de ello, mientras que sus dos amigos sólo caminaron tranquilamente, sin poner atención a las miradas de algunas de sus fans que siempre estaban presentes a donde quiera que fuesen.

Gaara y Naruto se pusieron sus guitarras y Sasuke acomodó su bajo, sin embargo antes de comenzar el rubio tuvo que quejarse.

—Oye Sasuke-teme ¿Y como vamos a tocar sin el baterista? – Aunque su reclamo tenía toda la razón del mundo, no sonaría bien sin la betería, era fundamental y le daría la potencia a su interpretación.

—No lo sé dobe, supongo que lo tendremos que hacer así nada más – Le respondió el azabache, que también estaba algo ofuscado por ese hecho tan importante.

—Bueno, debe haber alguien aquí que sepa tocar la batería y les pueda seguir el ritmo ¿No es así? – Habló Kakashi, mirando a todos sus alumnos, que sólo se observaban entre sí, negando con la cabeza o con expresiones de confusión, hasta que uno de ellos se puso de pie. Era el chico nuevo.

—Yo puedo hacerlo sin problemas – Aseguró. Kakashi le miró, ciertamente se veía misterioso y algo reservado, pero él sabía que las personas de ese tipo eran especialmente buenas sorprendiendo a los demás y, de verdad quería ver como le sorprendía este chico.

—De acuerdo, tú eres… ¿Sai no es así? – El mencionado asintió con la cabeza, por lo que Kakashi miró a los chicos y luego volvió su vista hacia él —. Bien, pasa adelante y ayuda a tus compañeros.

Sai sólo asintió, pasando al lado de Ino para salir hacia el frente. La rubia le quedó mirando con detenimiento, verdaderamente era un chico apuesto, pero muy serio para su gusto, ella prefería a los hombres más sociables, como su novio Kiba, quien se llevaba bien con todo el mundo.

Sai sólo se limitó a tomar asiento en su lugar, sin prestar atención a nada más que a los tres chicos que tenía en frente.

—¿Estás seguro de que puedes seguirnos? – Le preguntó Sasuke algo dudoso, pero Sai simplemente asintió con la cabeza.

El Uchiha suspiró y tomó su instrumento. Le hizo un gesto a Naruto para partir y el rubio comenzó a emitir el potente sonido, al mismo tiempo que lo hacía Sasuke. A los pocos segundos Sai les siguió con la batería, primero dando leves golpes hasta que de un momento a otro la música comenzó a sonar más fuerte, cuando Gaara incorporó la segunda guitarra.

De un momento a otro los cuatro parecían estar completamente de acuerdo. Y entonces la voz del pelirrojo comenzó a sonar, dejando a todos impresionados por su profundidad.

Now the dark begins to rise
Save your breath, it's far from over
Leave the lost and dead behind
Now's your chance to run for cover.

Hinata no podía creer que ellos fuesen tan buenos y Matsuri, ella estaba embelesada viendo cantar a Gaara. Ahora que se le estaba viendo de frente, dándose cuenta del increíble talento que él poseía tanto en la guitarra como en su voz, no podía hacer otra cosa más que enamorarse más de él, mucho más si eso era posible.

I don't wanna change the world
I just wanna leave it colder
Light the fuse and burn it up
Take the path that leads to nowhere.

La letra de esa canción Sasuke la había escrito especialmente como una especia de revelación contra quienes les impedían hacer su sueño realidad, porque como ahí decía, no se dejarían vencer.

All is lost again
But I'm not giving in.

La Hyûga mientras oía, solo podía poner sus ojos sobre Naruto, observando como sus dedos se movían con rapidez y maestría, como si fuese todo un experto. Tal vez no era lo que ella pensó, él de verdad amaba la música, lo podía notar en la sonrisa que adornaba sus labios, por esa razón le había pedido aquello, porque Naruto deseaba

ser famoso con todas sus fuerzas, aunque no estaba segura aún, tenía que admitirlo; él era bueno.

I will not bow
I will not break
I will shut the world away
I will not fall
I will not fade
I will take your breath away.
Fail…

Los demás no hacían más que disfrutar de la canción y de la increíble voz del pelirrojo, que en verdad les había sorprendido, observando la sincronía perfecta que había entre todos ellos.

Watch the end through dying eyes
Now the dark is taking over
Show me where forever dies
Take the fall and run to Heaven.
All is lost again
But I'm not giving in.

I will not bow
I will not break
I will shut the world away
I will not fall
I will not fade
I will take your breath away.

And I'll survive, paranoid
I have lost the will to change
And I'm not proud, cold-blooded fate
I will shut the world away.

En ese momento vino el solo de guitarra de Naruto, quien se paró delante moviendo sus dedos sobre las cuerdas hasta que éstos casi no se viesen, mientras su sonrisa se acrecentaba aún más al estar haciendo algo que en verdad disfrutaba con todas sus fuerzas.

I will not bow
I will not break
I will shut the world away
I will not fall
I will not fade
I will take your breath away.

And I'll survive; paranoid
I have lost the will to change
And I'm not proud, cold-blooded fate
I will shut the world away.

Al terminar de tocar, todos los demás estaban en silencio, sorprendidos. Querían aplaudir y decirles que eran geniales, pero nadie se atrevía a hablar.

-----------

Traducciones:

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

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nanase Desconectado
« Respuesta #11 en: Marzo 21, 2011, 03:42 pm »

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AWWW esa escena fue espectacular cuando canto gaara x3....me imagino como todos le prestaron atencion a ellos AWWWW..... me los como xD!

Sabes linda no sabia q escribias asi eres grandiosa *0*... quiero leer más x3

Saludos!!!!

SemmieSasunahi Desconectado
« Respuesta #12 en: Junio 17, 2011, 12:42 pm »

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Fluoradolescent. Desconectado
« Respuesta #13 en: Junio 24, 2011, 09:31 am »

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Hola, hola...
Bueno, acabo de leer los tres capítulos, y tengo que decir que ¡me encantaron!
Hacía mucho que no leía un fic que fuese tan interesante, en serio.
Me inspiras a seguir escribiendo (que yo casi no lo hago ya D:)
Tienes una muy buena narrativa, la ortografía y gramática están cuidadas y la trama va excelente,
de verdad, adoro cómo llevas la historia.
Espero poder leer más muy pronto,
nos leemos! :D



Would it be okay if I take your breath away?

Selene Desconectado
« Respuesta #14 en: Agosto 10, 2011, 11:24 am »

  • I love Gaara-sama
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Neji estaba en la gran mansión Hyûga, como hoy Hinata estaría en la escuela hasta tarde tenía un tiempo libre, ya que la había dejado encargada de los otros guardaespaldas. El joven ahora sólo se dedicaba a revisar unos itinerarios que le había enviado el manager de su prima, porque a pesar de tener tiempo libre sólo se dedicaba a trabajar, no existía otro pasatiempo en su aburrida vida.

Sí, Neji Hyûga estaba aburrido ¿Pero que más podía hacer? Él era sólo un miembro de la rama secundaria de su familia, la famosa y prestigiosa familia Hyûga, quienes respetaban sus tradiciones más que nada en el mundo.

—Bueno, creo que está en orden, el próximo fin de semana Hinata tendrá una agenda muy ocupada – Se decía a sí mismo. Por un momento dejó aquella hoja de papel de lado y se quedó mirando el reloj de la pared como si esperara por algo, aunque no era nada en realidad, sólo que estaba tan absurdamente aburrido que pensaba que algo o alguien vendría de un momento a otro, pero no, nada inusual pasaba nunca en su vida ¿Por qué algo así iba a suceder?

—¡Por favor ayúdenme! – Escuchó de pronto una voz femenina. Arqueó una ceja algo confuso ¿Acaso alguna de las empleadas estaba gritando afuera?

—¿Qué será ese escándalo? – Se preguntó un tanto molesto, pues si su tío Hiashi llegaba y se daba cuenta de ello armaría un gran alboroto. Salió hacia el patio indignado, cuando de pronto notó a una jovencita de cabello castaño, tomado en dos chonguitos y vestida con ropas chinas, corría delante de los dos perros guardianes, siendo perseguida por ellos.

Una gotita recorrió la sien de Neji ¿Quién demonios era ella y por que huía de sus perros guardianes?

—Neji-sama – Una de las empleadas más antiguas de la casa se apareció de improvisto, se veía un poco cansada pues al parecer había corrido, traía consigo la manguera del jardín dispuesta a mojar a los perros para que cesaran de perseguir a la chica.

—¿Qué sucede aquí, anciana Chiyo? – Exigió saber el joven de ojos perla, apuntando hacia la muchacha, sin poder evitar reparar en lo hermosa que era, pero ese no era el punto —. ¿Quién es ella?

—Esa jovencita es la nueva empleada que contrató Hiashi-sama, llegó desde China y debería haber estado aquí ayer pero creo que tuvo algún problema, aunque eso no es lo importante Neji-sama, si no hacemos algo será mordida – Explicó la anciana. El Hyûga tomó en sus manos la manguera y la apuntó hacia los perros, sin embargo antes de decir que dieran el agua volvió a fijarse en la chica, vaya que era linda.

Sin más, el genio Hyûga dio la orden de que abrieran la llave de la manguera, dirigiendo el chorro a los dos perros, que al sentir el frío líquido corrieron asustados, aunque el chorro fue tan fuerte que a Neji se le salió de control, terminando por empapar completa a la pobre castaña.

—¡Dios, pero que hombre más bruto! – Se quejó la muchacha de ojos chocolate, causando que una venita se marcara en la sien del castaño ¿Cómo se atrevía a ofenderlo de esa manera?

—Bruta será otra, que se ha acobardado por dos perros inofensivos – Dijo con calma, cerrando sus ojos y soltando la manguera que comenzó a mojar el pasto del patio, hasta que el agua fue cortada.

—¡Inofensivos mis calzones! – Exclamó Tenten Ama, que estaba realmente agotada por todo lo que había vivido. Primero nada más llegar a Konoha se perdía como una tonta y ahora un idiota la empapaba llegando por fin al lugar al que debía ir, sin contar con que había sido perseguida por dos feroces perros.

Neji estaba sorprendido, ella rea muy extraña, era la primera persona que lo trataba así sin importarle si quiera quien era él, o es que esa chica era muy tonta o no lo conocía para nada. Bueno, antes Chiyo dijo que venía de China, tal vez era por eso. Y sinceramente, no había conocido a una persona más graciosa en toda su vida, irreverente y graciosa.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Todos comenzaron a aplaudir después de haber oído a los chicos, incluso Hinata tuvo que unirse al resto, porque ciertamente la habían sorprendido, no esperaba que fuesen buenos en realidad.

Cuando ellos bajaron del escenario, Naruto pasó junto a Hinata y sin que nadie se diera cuenta, se acercó a su oído.

—Ya lo sabes, Hinata, tenemos que hablar más tarde en la azotea de la escuela – Se alejó un poco y le sonrió sínicamente, causándole molestia a la chica porque él era un descarado, pero cuando le susurró, cuando le dijo esas palabas tan suavemente, de alguna manera la hizo temblar como nadie lo había hecho.

Se sintió un poco tonta, pero no había sido su culpa, los chicos no solían acercársele de esa manera, aún era una inexperta en ese campo y pensaba que siempre lo sería, porque nunca había conocido a una persona que no la viera sólo como una cantante, como a un personaje famoso, sólo Naruto era la excepción, y también su amiga Matsuri.

Pero ella odiaba a Naruto.

—Bueno, he de admitir que estoy sorprendido, para ser la primera vez que tocaban juntos los cuatro ha salido increíble, Sai, se nota que sabes como tocar la batería – Dijo Kakashi al joven pelinegro, que sólo asintió de cabeza regresando a su asiento —. Por su parte, Naruto y Sasuke son realmente geniales ¿La letra es tuya Sasuke? – El azabache asintió y luego Kakashi volteó a ver a Gaara —. Y qué decir del vocalista, perfecto Gaara.

Cada vez que alguien lo halagaba se sentía genial, cuando le decían que su voz era increíble, que su forma de cantar les deslumbraba. Eso deseaba, cantar… ser una estrella famosa y ser reconocido por todos, que cada persona que lo viera supiera quien era y le tuviera respeto; ese era su sueño.

—Pero bueno, todavía me falta alguien ¿Verdad, pequeña Matsuri?

La castaña dio un salto al oírse nombrada de los labios del profesor. Le miró incrédula; era cierto, había estado tan concentrada viendo las presentaciones de los demás –sobre todo en la de Gaara- que se olvidó por completo que ella también estaba ahí, que ella también debía presentarse.

—E… etto… y-yo… - La castaña bajó la mirada, estaba completamente sonrojada y no sabía que decir, definitivamente no era capaz de hacerlo, tenía demasiado miedo de fallar, sobre todo después de la increíble presentación de Gaara y sus amigos.

Notó de pronto que alguien la miraba fijamente, mucho más profundamente de lo que lo hacían el resto de las personas ahí presentes. Levantó su vista y pudo darse cuenta de que se trataba de Gaara, que parecía más bien dispuesto a decirle algo, tal vez que deseaba verla, pero no estaba segura.

—Vamos ¿Qué sucede? – Le preguntó Kakashi, no era la primera vez que veía a una persona así, muchas veces el miedo podía más que los deseos de ser admirados por las personas.

—Matsuri-chan, tú puedes hacerlo – Le animó Hinata con una sonrisa. Nuevamente se veía reflejada en ella, eran tan parecidas. Recordó su primera presentación en público, era muy pequeña y se trataba de una reunión familiar, en donde terminó por salir corriendo y llorando a esconderse en los brazos de su madre, porque cuando era una niña lo único que podía hacer era eso, huir a los brazos de su mamá.

Matsuri asintió con la cabeza al oír los alientos que le daba Hinata, así que terminó por ir hacia adelante, pero no subió al escenario, sino que más bien se situó abajo, en donde estaba el piano. Hasta ahora nadie se había acercado a aquel instrumento, por lo que Kakashi puso una expresión de interés, quería ver que tan buena era con el piano aquella tímida jovencita.

Se sentó en silencio, destapando las teclas blancas. Tomó un poco de aire y finalmente comenzó. Tocó dos teclas, siguió tocando por unos cuantos segundos más, pero todavía ninguna melodía se podía distinguir, no lo estaba haciendo correctamente.

Todos la observaban, todos esperaban demasiado de ella.

No puedo hacerlo… no… si todos me miran de esa manera… si todos están esperando tanto de mí yo… no puedo… ¡No puedo! – De un momento a otro alejó sus manos del piano. Hinata notó que lágrimas salían de sus ojos porque al parecer estaba demasiado asustada, entonces como una tabla de salvación, el timbre que avisaba el término de las clases comenzó a sonar y todos hicieron ruido al sentirse felices de irse por fin a sus casas.

—Bueno chicos, nos vemos mañana – Les despidió Kakashi con una sonrisa, porque también había notado lo sucedido con Matsuri y la quería ayudar un poco.

—Matsuri-chan – La llamó Hinata acercándose a ella mientras todos salían del salón de música, pero la castaña no le oía, estaba como paralizada, el miedo la tenía frustrada, el fracaso.

Sus ojos se fijaron en él nuevamente, justo antes de que saliera del salón, y pudo verlo, su mirada… él estaba decepcionado, ella lo había decepcionado.

—Matsuri-chan ¿Estás bien? – Insistió Hinata, sentándose junto a la castaña, la cual sólo asintió con la cabeza y sonrió levemente, porque no podía preocuparla.

Kakashi se acercó a las dos chicas cuando ya nadie más quedaba en ese lugar, apoyando una de sus manos sobre el hombro de Matsuri, que aún se veía un poco afligida por lo sucedido.

—Tranquila, es normal tener miedo pero debes ser capaz de superarlo si realmente quieres estar aquí – Y sin más el profesor también abandonó el aula.

—¿Quieres que te deje a solas? – Preguntó Hinata, viendo como su amiga asentía con la cabeza. La ojiperla no dijo más, ella había vivido lo mismo y sabía lo que se sentía, así que simplemente abandonó la sala imitando a todos los demás, dejando a Matsuri a solas.

—¿Por qué he sido la única cobarde? – Se preguntó la castaña, apretando sus puños con rabia.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Los chicos iban por el pasillo de la escuela dispuestos a marcharse cada uno a su casa. Naruto abrazó por el cuello a su prima mientras estaba iba de la mano con su novio Kiba y junto a Sakura.

—Ino ¿Cuándo saldremos a bailar todos juntos como la otra vez? – Preguntaba el rubio entusiasmado, ya que tenía muchas ganas de mover el esqueleto, estaba contento por algo en especial.

—No sé, además la última vez invitaste a los amargados de Sasuke y Gaara, y ellos se quedaron sentados todo el tiempo – Contestó la rubia —. No es nada divertido ¿Sabes? Todas las chicas que los invitaban a bailar terminaban rechazadas.

—¡Pero esta vez no será así! ¡¿Verdad Gaara y Sasuke?! – Llamó a sus dos amigos. El pelirrojo sólo le ignoró y el azabache alzó una mano como diciendo que sí, sólo para dejarlo tranquilo —. ¿Ves? Ellos se portarán bien.

—Bueno… ya veremos cuando, tal vez el viernes – Comentó Ino soltando un suspiro, para después mirar de reojo a Sakura, quien no quitaba sus ojos de Sasuke. Esto era el colmo ¿Cuándo se cansaría su amiga de estar tras un imposible? Lo mejor era hacerle ver de una vez lo que tenía en frente —. Es más, Naruto ¿Por qué no vas tú con Sakura? Así pueden divertirse juntos.

—¿Cómo? – Cuestionaron ambos jóvenes a la vez. Naruto estaba algo sonrojado y sorprendido, pero lo entendió todo al ver como su prima le guiñaba un ojo.

Miró entonces hacia su costado y vio pasar a Hinata, quien sin si quiera dirigirle una mirada se encaminó hacia la azotea de la escuela. El rubio recordó entonces que la había citado en ese lugar, por lo que debía presentarse cuanto antes.

—Bueno, luego hablamos sobre esto ¡Tengo que irme! – Y sin más se fue corriendo detrás de la Hyûga, mientras sus amigos le veían desconcertados.

—Ese Naruto… - Susurró Kiba desinteresadamente, notando como su novia ahora le abrazaba cálidamente. No le molestaba aquello, pero no entendía por que a veces estar con Ino no era suficiente, no sentía esa increíble pasión que se debe sentir hacia el ser amado, hacia ese que te enloquece, Ino sólo le gustaba, pero nada más al parecer y eso en cierta forma lo agobiaba.

—Oh demonios – Masculló de pronto Gaara, quien buscaba desesperadamente algo en su mochila, pero no estaba por ninguna parte —. Seguro que la dejé en el salón de música, iré por ella.

—¿Qué se te perdió? – Le preguntó Sasuke con curiosidad, observando que su amigo siempre tan serio estaba un poco afligido.

—La uñeta de mi guitarra, la olvidé así que iré por ella – Fue toda la respuesta que dio el pelirrojo. Sasuke sabía de la importancia que tenía esa uñeta para Gaara, la había conseguido en uno de los conciertos de su banda favorita y tanto a ese pequeño objeto como a su guitarra los cuidaba más que a su vida.

—Oh bueno – El azabache resolvió simplemente seguir su camino.

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Hinata había subido hasta la azotea de la escuela y ahora estaba viendo hacia abajo a través de la rejilla de alambre, apoyando sus pequeñas y blancas manos, mientras el viento acariciaba suavemente su cabello.

—Cuando estás así de verdad pareces un ángel, lástima que no sea del todo cierto – Escuchó una voz que le hizo fruncir el ceño. Se volteó y le miró ahí, tan sonriente y engreído ¿Quién pensaba que era? No importaba mucho, porque en este momento era la persona que la podía destruir.

—¿Eso ha sido un halago o una ofensa? – Interrogó, provocando una sonrisa en el joven Namikaze, cosa que la hizo bajar la mirada, sin entender por que de pronto se sintió nerviosa y se había sonrojado.

—Tómalo como un simple comentario, pero en fin, no estamos aquí para eso ¿Verdad? – Hinata desvió la mirada, ciertamente esa sonrisa contagiosa que ponía Naruto era muy molesta.

—¿Qué es lo que quieres de mí?

Naruto le miró atentamente, pero esta vez no parecía arrogante ni nada por el estilo, al contrario, se veía mucho más él, sonriente, alegre.

—Sólo quería felicitarte, de verdad cantas muy bien, y claro, quiero oír tu respuesta.

La cantante estuvo varios segundos en silencio, pensando en la respuesta que iba a dar ahora, pero por más que lo meditaba no llegaba a ninguna conclusión diferente a la que tenía desde que les vio tocar con toda esa energía. Realmente no había forma de negarse y ella lo sabía, no podría decirle a Naruto que no por más que lo deseara.

—De acuerdo – Accedió al fin, soltando un hondo suspiro, sin percatarse de la sonrisa aún más brillante que aparecía en los labios del rubio —. Pero debes prometerme que cuando conozcas a mi agente, me devolverás esa grabación.

—Te lo prometo, no soy ningún aprovechado ¿Sabes? Sin embargo… necesitaba una oportunidad… - Naruto bajó la mirada con cierta melancolía, cosa que Hinata notó y le llamó bastante la atención —. Perdóname por eso, pero es la única forma que tengo para salir a la luz, porque… no eso es algo que no te incumbe – Terminó, haciendo una expresión de berrinche.

Hinata se enfadó por eso ¿Por qué primero parecía querer hablarle y luego se echaba para atrás? No pudo más que cruzarse de brazos y hacerle un desprecio, se sintió ofendida.

—Bien, como sea entonces te hablaré mañana después del almuerzo en este mismo lugar, te diré como me fue ¿De acuerdo? Pero no esperes que ella quiera recibirte así de fácil, aunque yo se lo pida.

—¿Ella? ¿Tu agente es mujer?

—Pues claro ¿Qué esperabas? – Hinata respondió algo altanera lo último, para abandonar finalmente la escena, dejando a Naruto solo y muy emocionado, porque a fin de cuentas había conseguido su cometido, conocería a la manager de Hinata y si tenían suerte, tal vez sería el principio de su carrera como músicos.

Hinata había corrido escaleras abajo. Se sentía molesta, estaba muy enojada, porque no entendía que demonios le había sucedido ahí ¿Por qué cuando ese torpe le sonreía se sonrojaba instantáneamente? ¿Por qué su corazón estaba tan agitado?

—Que tonta… eso es porque… lo odio – Se explicó a sí misma, convencida de que esa era la única respuesta, que lo que sentía hacia ese chico jamás cambiaría.

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Pequeñas y saladas lágrimas rodaban por sus mejillas, porque se sentía impotente, ahí aún sentaba frente a ese piano, lamentándose por haberse dejado vencer por su miedo una vez más. Había sido cobarde, había hecho el ridículo en frente de todos sus compañeros, en especial en frente de él.

¿Por qué debía ser así?

¿Acaso no había una manera de cambiar?

—¿Por qué sigo siendo tan cobarde? – Se preguntó mientras se secaba las lágrimas. Miró el piano una vez más con tristeza; ya no había nadie ahí que la pudiera oír, nadie que la criticara, ahora estaba sola y no sentía vergüenza, por eso comenzó a tocar.

La melodía era suave y lenta, ya no presionaba sólo por presionar como hace un momento, ésta vez se escuchaba claramente la música que emitía el piano. Sus dedos se movían despacio, mientras cerraba sus ojos y las lágrimas seguían cayendo.

Quería olvidarse de su miedo por unos segundos, quería demostrarse a sí misma que podía hacerlo, que podía no sólo tocar el piano, sino que realizar lo que en verdad amaba; cantar.

Está mal, tenerte siempre junto a mí
Un error, me hace dar todo lo que soy.

Justo en ese momento Gaara se apareció por la puerta del salón ya que venía por su uñeta, sin embargo se quedó hipnotizado al oír aquella melodía, pero más que nada por esa dulce voz. Se acercó un poco más y observó sorprendido a aquella tímida castaña que hace un rato no se había atrevido a tocar en frente de ellos.

Fue real, resbalé y en tus brazos
Caí.

Y entonces, cuando ella iba a continuar con la segunda parte de la letra, él se le adelantó, conocía esa canción porque su hermana siempre la oía en el radio, y no sabía por que en ese instante tenía tantos deseos de acompañar a esa chica.

Me venció, no hay nada que pueda hacer
Y está bien, si significa estar junto a ti.

Al oírlo cantar Matsuri lo miró asombrada, pero sin dejar de tocar el piano ni por un instante.

Es Gaara… pero esto no puede ser… seguramente sólo estoy soñando – Pensó aún sorprendida, sin sospechar que no se trataba de ningún sueño, por lo que sin más cantó junto a él.


Abrázame, y nunca, nunca
Me dejes ir.
.
Dar mi vida, no bastará, bastará
Para siempre, no bastará, bastará
Yo me rindo, y moriré, moriré
Si no estás junto a mí


El pelirrojo había terminado sentado junto a la castaña mientras ésta terminaba de tocar el piano, pensado aún que seguía soñando como una niña, pero entonces, cuando sintió como una de las manos de él se posaba sobre la suya delicadamente, se dio cuenta de que todo eso había sido real, nada fue un sueño.

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—¿Dónde podrá estar ese mocoso malcriado? – Se preguntaba cierta rubia de cuatro coletas, quien buscaba por todas partes a su hermano menor, pues había prometido a su padre que irían juntos a casa.

Hoy Temari había comenzado a trabajar en la escuela como consejera, pero su querido hermano había estado huyendo de ella toda la tarde, seguro no quería presentarla con sus amigos, no era más que un egoísta.

—Uy, pero ese condenado me las va a pagar, porque no pienso regresar a casa sola para que después papá me regañe por su culpa, claro que no – Estaba tan distraída apretando sus puños con rabia, que no notó que un alumno caminaba hacia ella. Él, muy distraído oyendo música en su mp3, ni siquiera se había fijado que la rubia venía delante de él, por tanto –y sin poder evitarlo- chocaron de frente.

Ambos cayeron a suelo en direcciones contrarias debido al fuerte golpe, sintiendo también mucho dolor.

—Auch, pero que problemática ¿Qué no ves por donde caminas? – Reclamó el Nara enfadado, fijándose inmediatamente en si su bajo había sufrido algún daño, pero todo parecía en orden.

—¿Quién demonios eres tú? ¿Y como te atreves a decirme eso? – Se quejaba Temari, sobándose la cabeza que le había quedado adolorida.

En ese momento ambos se miraron el uno al otro, quedándose perdidos por varios segundos, ella en esos ojos negros y esa mirada de pereza y él, en esos hermosos ojos azules y su mirada decidida, aunque tampoco dejó de mirar lo bien dotada que estaba esa mujer.

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¡Dios mío, no lo he imaginado, él de verdad está aquí! – Se exaltó Matsuri al sentir la calidez de la mano de Gaara sobre la suya, por lo que rápidamente la apartó, de forma algo brusca y torpe.

El pelirrojo por su parte notó lo que acababa de hacer y no se explicaba ¿Por qué demonios había tomado su mano de esa manera? ¿En que estaba pensando cuando lo hizo?

—Perdona… - Se disculpó, poniéndose de pie inmediatamente y dando unos cuantos pasos hacia los asientos, debía buscar lo que lo había traído aquí en primer lugar.

—N-no hay problema… - Susurró la castaña débilmente. Ya no sentía deseos de llorar, más bien estaba muy nerviosa y sonrojada, no podía creer que Gaara acababa de oírla cantar y además de todo, había cantado junto a ella.

El pelirrojo finalmente halló su preciado objeto, el cual guardó enseguida seguro de que no lo volvería a perder, entonces se volteó hacia la chica que parecía perdida en sus pensamientos, finalmente decidiéndose a hablarle.

—Oye… no entiendo por que no pudiste cantar y tocar frente a todos, lo haces muy bien.

Matsuri lo miró con sorpresa ¿Gaara acababa de adularla? Esto era demasiado para ella, definitivamente no podía ser real.

—¿Tú… tú crees eso? – Preguntó bajando la mirada, sin atreverse a verlo a los ojos porque sabía que si lo hacía se perdería en ellos. Sus mejillas estaban sonrojadas, lo que le daba un aspecto bastante dulce, siempre que Gaara la miraba ella estaba sonrojada, era algo graciosa.

—Claro que sí – Respondió sinceramente, sin embargo se sintió un poco incómodo, esta situación era muy extraña ¿Qué hacía él hablando con esa chica rara en medio del salón de música y completamente solos? Y además… ¿Por qué carajo cantó con ella? —. Bueno yo… me voy… - Avisó, para salir de ahí de una vez por todas.

Se sentía extraño, demasiado extraño.

—Gaara… Gaara ha cantado conmigo… - Se dijo llevándose una de sus manos a su pecho. Sentía que su corazón latía mucho más rápido de lo normal, porque era la primera vez que algo así le sucedía, era la primera vez que cantaba frente a una persona además de sí misma, y esa persona había sido su amado Gaara.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Shikamaru frunció el ceño, esa mujer era demasiado autoritaria ¿De donde habría salido?

—No te importa quien soy yo, ¿más bien tú quien rayos eres y que haces aquí? ¿No será que eres periodista y andas buscando a Hinata?

—¿Hinata? – Se preguntó la rubia algo confundida, hasta que se percató de lo que él le había dicho —. ¡¿Qué te pasa tarado?! ¡Yo no soy ninguna periodista, yo trabajo aquí!

—Oh… ¿En serio? – Cuestionó el Nara algo desconcertado, mientras se ponía de pie perezosamente. Le extendió su mano a la chica para ayudarla, pero ella la apartó haciendo ahínco en que no necesitaba su ayuda, por lo que se incorporó sin más y completamente sola. Shikamaru ahora la observó mejor, vaya que era linda y no cualquier mujer le causaba esa impresión, debido a que no estaba muy interesado en las chicas porque pensaba que si tenía una novia sólo haría su vida más problemática —. De todos modos ¿Quién eres?

—Ya te lo dije, trabajo aquí, mi nombre es Temari y soy la nueva consejera escolar – El chico se quedó algo impresionado ¿Una consejera tan joven y bonita? Seguro que tendría algunos problemas con los pervertidos incorregibles de sus compañeros.

—Ya veo… - Volvió a extender su mano, tratando de ser cortés, ya que ella era mayor era lo menos que podía hacer —. Soy Shikamaru Nara, es un gusto Temari-san.

—¿Eh? – La rubia frunció el ceño mientras le estrechaba la mano, no le gustaba para nada haber sido llamada así, se sentía como una anciana, pero justo cuando iba a replicar se apareció su hermano menor, así que soltó de inmediato la mano de Shikamaru —. Oh Gaara, por fin te encuentro.

—Vámonos Temari – Fue todo lo que dijo el frío muchacho, pasando de largo tanto a su hermana como a su compañero de clases. Todavía estaba perturbado por eso tan insólito que le había sucedido, él no solía acercarse a ninguna mujer de esa manera ¿Entonces por que lo hizo?

Y su hermana simplemente decidió seguirle sin chistar, ya habría tiempo para hablar de nuevo con este tal Shikamaru.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

—Mañana hablaré con él nuevamente… - Se dijo Hinata, dejándose caer de espalda sobre su cómoda cama. Cerró sus ojos y trató de no pensar en esa imagen, pero la sonrisa de Naruto, aquella sincera y alegre, no quería borrarse de sus recuerdos.

A pesar de lo molesto que era, de que la estaba chantajeando, realmente no podía odiarlo como quería, le parecía que ambos eran muy parecidos en cierto punto, porque ambos amaban la música y deseaban ser alguien.

Al final decidió quedarse dormida, lo mejor que ahora podía hacer era descansar y pensar en que mañana sería un nuevo día, un día mucho mejor.

Continuara…

Avance:

Todo parece ir bien para Naruto y su grupo, ya que Hinata le notifica que han conseguido la entrevista. Matsuri decide vencer su miedo, y alentada por unas palabras de Gaara por fin muestra ante sus compañeros su verdadero talento. Ino invita a todo su grupo a una fiesta en donde muchas cosas pueden suceder. Un acercamiento se produce entre Naruto y Hinata guiado por una melodía en común. Y alguien más hará de las suyas en la clase de música, demostrando que también posee un gran talento.

Próximo capítulo: Los sueños pueden cumplirse.

SemmieSasunahi Desconectado
« Respuesta #15 en: Agosto 11, 2011, 05:54 pm »

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me encaantooooooooooooooooo!! suupeer!! aaah gaara canto con matsuri he estado esperando qe matsuri tocara el piano y cantaraa! aaaa!! espero la conti con ansias pense que ya no la subirias u.u porque la habia estado esperando desde hace muchoo! qe bueno que la subiste! me encantooo! espero con asias la contii! :3
~Semmie Productions!~

Fluoradolescent. Desconectado
« Respuesta #16 en: Agosto 19, 2011, 09:00 pm »

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Buen capítulo,
desafortunadamente, ha tardado mucho D:
pero lo bueno es que ya he podido leerlo, al fin!
(créeme que me pasaba por la sección de FanFics sólo con el fin de ver si habías actualizado!)
me ha gustado mucho, buena ortografía y gramática, como siempre,
amo la forma en que llevas la trama,
sigue así y deléitanos con el próximo capítulo muy pronto! :3
Nos leemos~



Would it be okay if I take your breath away?

Selene Desconectado
« Respuesta #17 en: Diciembre 17, 2011, 10:10 pm »

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Porque todos buscamos algo en la vida, ese algo que nos dará la felicidad, nuestro sueño…

Capitulo 4: Los sueños pueden cumplirse

—¿Eh? ¿Quieres que entreviste a unos amigos tuyos? – Preguntó la mujer de larga cabellera negra y ojos marrones, la cual miró algo confusa a su representada, es decir a la dulce Hinata Hyûga, quien le sonreía alegremente y asentía con la cabeza.

—Así es, Kurenai-san, por favor necesito tu ayuda – Por supuesto y para no meterse en problemas, Hinata omitió que estaba siendo chantajeada por el chico rubio, así que inventó que quería darles una mano a sus “nuevos amigos” de la escuela, cosa bastante difícil de creer para Kurenai, quien sabía que Hinata no era de hacer muchos amigos, pues la conocía desde que era una niña y siempre había sido muy antisocial.

—Está bien, diles que el domingo que viene tengo un tiempo libre, que los atenderé aquí en la oficina – Accedió la mujer de cabello azabache, dando un pequeño suspiro al ver la mirada de felicidad que ponía Hinata.

La conocía a la perfección, sabía que Hinata fingía ser dulce y angelical para agradarle a las demás personas, pero en el fondo escondía una gran tristeza porque jamás podría ser verdaderamente ella misma, siempre debía ser tierna y gentil, cuando deseaba decir lo que en verdad pensaba. Y sin embargo ella era así en realidad, desde niña había sido dulce y buena, sólo que los golpes que la vida le había dado le habían enseñado que siendo sumisa no llegaría a ninguna parte.

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Ahí estaba ella, acababa de salir del baño con un cambio de ropa y el cabello suelto y húmedo, ya que después de que el joven de la casa la empapara con la manguera del jardín, la pobre se había tropezado y caído al barro, quedando aún peor que al principio, y le tomó bastante asearse totalmente.

—Uy, pero todo ha sido culpa de ese idiota, no me lo puedo creer ¡Que rabia! – Exclamó enojada, tirando la toalla con la que se secaba el cabello, la cual salió volando.

—Pero que puntería – Se escuchó una voz masculina justo detrás de ella, la cual la tomó por sorpresa, así que se dio la vuelta apresurada y notó que la toalla que acababa de tirar estaba sobre la cabeza de alguien, más específicamente del sujeto que la había empapado.

Neji se quitó la toalla de la cabeza con cara de pocos amigos, sabía que había sido un accidente pero eso no quitaba el hecho de que estuviera molesto, aunque después de lo que él le hizo era obvio que se quisiera vengar.

—Dígame una cosa, señorita… - La miró de pies a cabeza, confirmando que no estuvo equivocado sobre su primera impresión de ella, era de verdad muy linda, más aún con el cabello suelto —. ¿Qué hace usted aquí exactamente?

—Mire, señor – Tenten lo miró de forma algo despectiva, por lo que Neji frunció el ceño —. Yo no tengo nada que decirle, a mí me contrató el señor Hiashi-san, así que usted no tiene nada que ver en esto.

—Óigame… - Neji estaba a punto de reclamar ¿Quién se creía que era esa chica para hablarle así? Sin embargo antes de poder abrir siquiera la boca, vio como su tío Hiashi se acercaba a ellos.

—Veo que por fin ha llegado señorita, la estaba esperando ayer – Dijo el serio hombre, notando de reojo como su sobrino no le quitaba la vista de encima a esa muchacha, aunque parecía estar enojado había algo más en sus ojos, algo que le pareció muy interesante en alguien como Neji.

—Señor Hiashi, por favor perdone mi demora pero ayer tuve un inconveniente – Se disculpó Tenten con el Hyûga, mientras Neji arqueaba una ceja al no comprender la situación.

—Bien, acompáñeme a mi despacho, necesito hablar con usted.

Tenten asintió y le siguió, mientras Neji aún seguía preguntándose qué podría hacer una chica como ella empleada en su casa.

—Usted debió ser más discreta, me contaron del escándalo que armó en el jardín con mi sobrino Neji y los perros – Dijo algo enojado Hiashi, como si estuviera regañando a la chica, la cual sólo bajó la mirada.

—Perdone Hiashi-san – Se disculpó apenada Tenten, haciendo una leve reverencia —. Sé que este favor que está haciendo por mí es muy grande y yo no debería causarle problemas, pero fue todo un accidente.

—Aunque todavía no entiendo por qué usted prefiere mantenerse como una empleada de esta casa, cuando podría ser una huésped como cualquiera – Dijo Hiashi, quien trataba con mucho respeto a esa chica, porque ella no era lo que aparentaba ser cuando entró en esa casa.

—Porque así será más fácil para mí buscarla, si ella sabe que estoy aquí probablemente huya de nuevo, y no quiero… hasta encontrarla no quiero que se vaya… - Fue su respuesta, mientras sonreía nostálgicamente al hablar de esa persona, alguien muy importante para ella.

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Ya había llegado un nuevo día y Naruto estaba sentado sobre el suelo de la azotea de la escuela en espera de cierta chica que le traería una gran noticia. Miraba hacia el cielo, pensando en si podría llegar tan alto como para tocar las estrellas que brillaban por la noche.

—De verdad quiero alcanzarlas… de verdad quiero ser igual que ella… - Sonrió recordando algo que verdaderamente le había hecho feliz, algo que no supo hasta hace muy poco tiempo, la razón por la que su padre odiaba la música, porque creía que todo eso había sido responsable de la muerte de su madre, pero aún así Naruto era feliz sabiendo que su madre tenía un hermoso sueño que pudo hacer realidad, aún cuando eso la llevó a su muerte.

Hinata ingresó a la azotea y observó al rubio mirando al cielo, concentrado en sus pensamientos. Tenía su guitarra en mano, pero no estaba tocando nada con ella.

—N-Naruto… - Lo llamó algo apenada, no entendía por qué verle de esa manera le provocaba ese nudo en su garganta, ese vértigo en el estomago y esos latidos tan fuertes en su corazón.

El mencionado se dio la vuelta, mostrando una sonrisa que hizo sonrojar a la Hyûga, que no se esperaba un recibimiento tan cálido de parte del que se suponía que era su enemigo a muerte.

—Oh, por fin llegaste, dime ¿Cómo te ha ido?

Hinata bajó la mirada, estaba nerviosa otra vez por la presencia de ese chico, era la primera vez que algo así le sucedía ¿Qué demonios tenía Naruto Namikaze que los demás no?

—Bien, Kurenai-san dice que el domingo puede atenderles, deberán ir al estudio pero como no creo que sepan donde es yo les llevaré.

—¡¿De verdad?! – Exclamó emocionado el ojiazul, olvidando todo por un momento y dándole un tremendo y apretado abrazo de agradecimiento a Hinata, quien se quedó desconcertada, no podía recordar cuando fue la última vez que alguien le había abrazado de esa manera. Naruto se dio cuenta entonces de lo que había hecho y se alejó algo apenado, rascándose la nuca y medio sonrojado —. Perdona, estaba demasiado feliz.

—Está… está bien – Hinata también se había sonrojado, pero prefirió dejar las cosas así y simplemente irse corriendo, no quería, no le gustaba que su corazón estuviera así de agitado, era muy molesto —. Baka ¿Qué es lo que hace conmigo?

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Las clases comenzaban ya y la mayoría de los chicos no tenía ganas de asistir, pues odiaban las matemáticas, además Kakashi-sensei se tardaba una eternidad en llegar, así que estaban aprovechando de hacer vida social en este lapso de tiempo.

—Oigan, Gaara, Sasuke – Llamó Naruto a sus amigos, se sentía muy emocionado por haber conseguido la entrevista con la mánager de Hinata, a pesar de no estar muy orgulloso de sus métodos.

Los dos nombrados le miraron con curiosidad, ya que Naruto se veía muy emocionado por contar eso que tenía en la punta de la lengua.

—¿Qué pasa dobe? – Sasuke fue el primero en hablar, ya que Gaara permanecía totalmente serio e inexpresivo como estaba habitualmente, de los tres él era el menos comunicativo, porque Sasuke al menos se tomaba la molestia de hablar un poco más, pero Gaara era muy callado la mayoría del tiempo.

—No saben la noticia que les tengo, he conseguido una entrevista en un estudio de música el domingo, con una mánager muy reconocida.

Los ojos de Gaara se abrieron como platos, mientras Sasuke un poco más y saltaba del asiento de la pura impresión que se llevó, Naruto lo había soltado todo muy de golpe y ahora todos le estaban mirando intrigados debido a esa reacción.

Sasuke volvió a sentarse algo avergonzado, haciéndose el que nada pasó.

—¿Cómo hiciste eso Naruto? – Cuestionó aún con sorpresa, pensando en que lo más seguro era que fuese una broma de su amigo, después de todo él era así.

—Es cierto, a menos que sea una broma de mal gusto – Acotó Gaara, también sorprendido aunque no lo demostrara.

—Eso es un secreto, sólo les puedo decir que no es ninguna broma, es la cosa más en serio que he dicho en mi vida, se los aseguro.

Los dos jóvenes se miraron entre sí con emoción, tal vez esta era la oportunidad que tanto habían esperado y si era así no la desaprovecharían por nada del mundo.

Los puños del pelirrojo se apretaron de felicidad con la sola idea de hacerse famoso, porque podría por fin demostrar ante todos que su sueño no estaba equivocado, que el camino que eligió era el correcto. Entonces, sin saber por qué, dirigió una fugaz mirada hacia la jovencita con la que había cantado ayer, dándose cuenta de que ella no le quitaba la vista de encima, pero cuando se dio cuenta de que él la estaba viendo se volteó a otro lado totalmente sonrojada.

¿Por qué ella siempre me evita? ¿Será que le caigo mal o algo así? – Pensaba con el ceño fruncido, porque todas las chicas que estaban enamoradas de él se le lanzaban como moscas, era ilógico que una persona que hacía todo lo contrario sintiera algo así por su persona… ¿Y en todo caso que le importaba a él?

Naruto por su parte miró sonriente a la persona que había hecho posible esto, Hinata estaba concentrada en su libro de estudio, pero se distrajo cuando un papelito arrugado cayó sobre su escritorio. Lo tomó con curiosidad y lo estiró para poder leerlo.

Muchas gracias por todo Hinata, parece que de verdad sí eres un ángel después de todo. Te devolveré tu grabación inmediatamente después de la entrevista, no importa lo que resulte de ella

La Hyûga se volteó para mirar a la persona que le envió el papel, soltando sin querer una encantadora sonrisa que lo dejó algo embobado.

¿Q-qué…? ¿Por qué de pronto me siento tan nervioso? – Se preguntó bajando la mirada; la forma en que Hinata le sonrió no era fingida, sino una muy sincera y real, lo que logró desconcertarlo por un momento.

—¡Buenos días alumnos, perdonen el retraso! – Exclamó Kakashi entrando alegre y despreocupado como siempre, hasta que Sakura se puso de pie apuntándole con su dedo índice acusadoramente.

—¡Más bien debería decir buenas tardes!

Kakashi sólo se llevó una mano a su nuca en señal de arrepentimiento, mientras una gotita resbalaba por su sien.

—Bueno, es que no van a creer lo que me pasó…

—¡Mentira! – Exclamó la mayoría del salón, mientras Kakashi pensaba en que ya nadie le respetaba.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Después de la primera clase estaban todos en los patios y los pasillos. Sakura e Ino habían decidido ir a sus casilleros a guardar sus libros de matemáticas y sacar los de la clase siguiente, además aprovecharían de ver su itinerario para mañana.

—Y entonces Sakura ¿Irás el viernes por la noche? He encontrado un lugar genial, tiene karaoke y todo – Comentaba la rubia animadamente, pues tenía muchas ganas de pasarlo bien el fin de semana, ya estaba harta de estudiar tanto desde que las clases habían comenzado.

—No lo sé Ino ¿Para qué me armaste una cita con Naruto? – Cuestionó con el ceño fruncido la peli rosa, pues Naruto no era más que su amigo, no lo vería nunca como otra cosa.

—Vamos Sakura, deja de hacerte la tonta que sabes muy bien lo que Naruto siente por ti – Ino le miró severamente, porque no estaba de acuerdo en permitirle a Sakura seguir haciéndose la inocente con el tema, ella estaba al tanto de que Naruto la quería y no era justo que se portara tan indiferente.

—Es precisamente por eso Ino, no quiero que Naruto se haga ilusiones conmigo, yo nunca me voy a enamorar de él, porque a mí me gusta Sasuke-kun.

Ino simplemente suspiró, no entendía como Sakura podía seguir siendo tan terca con el tema de Sasuke, Sasuke jamás le iba a hacer caso y no sabía cómo lograr que su amiga lo aceptara de una vez.

—¿Sabes Sakura? A veces uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y mi primo es alguien que no merece tu desprecio – La rubia guardó sus libros algo enojada y se marchó, dejando a una triste Sakura parada en ese lugar, pero tal vez Ino tenía razón y ella estaba despreciado a la persona que quizás era la única que la amaría.

—Escúchala, ella tiene mucha razón – Aquella voz hizo que los ojos de la rosada se abriesen como platos, porque hace más de un año que no la escuchaba, desde que ella se había ido con sus padres a Osaka.

Se volteó y se encontró con la figura de una joven alta, de cabello rojizo y sonrisa confiada. Sus ojos eran de una tonalidad muy parecida a la de su cabello y usaba anteojos ya que su vista no era la mejor.

—N-no puede ser… - La expresión de Sakura no dejaba de ser de sorpresa, hasta que de pronto sonrió con extrema felicidad, arrojándose a los brazos de su segunda mejor amiga —. ¡Karin, volviste!

—¡N-no me abraces en público pelo de chicle! – Le regañó la pelirroja avergonzada, pero el insulto no pareció molestar a la chica, que estaba feliz de volver a verla.

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Shikamaru iba por el pasillo de la escuela hacia la cafetería, pues estaba ahí con Chouji, Kiba y el casi siempre ignorado Shino, hasta que le entraron ganas de ir al baño, así que ahora regresaba, pero algo le llamó la atención por el camino y eso fue que la rubia que había conocido la otra vez y que se presentó como la nueva consejera escolar estaba al parecer llegando.

Ella entró en una oficina sin siquiera prestarle atención al chico que no dejaba de mirarla.

—Pf, no es más que una problemática – Se dijo con el ceño fruncido, siguiendo el camino que antes había tomado e ignorando la presencia de esa hermosa chica que aunque no lo quisiera aceptar, le llamaba bastante la atención.

Llagó a la mesa de la cafetería, pero ahí sólo estaban Shino y Chouji.

—¿Y Kiba? – Preguntó mientras se sentaba despreocupadamente.

Chouji no paraba de comer papas fritas, así que fue Shino quien tuvo que responder.

—Dijo que tenía algo que hacer – Fueron todas sus palabras.

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Hinata y Matsuri salían juntas del baño de mujeres, sonriendo y charlando sobre tonterías. La verdad era que ninguna de las dos había tenido una amiga de verdad antes y se sentían muy bien pudiendo hablar tan naturalmente entre sí.

Algunas de las chicas de la escuela miraban con envidia a Matsuri, porque ella era la única que estaba cerca de su idol, nadie más tenía ese privilegio.

—Vaya, parece que las chicas de esta escuela antes me ignoraban y ahora me odian – Comentó la castaña con una sonrisa graciosa, no parecía ni triste ni enojada —. Aunque en realidad no me importa, porque soy tu amiga Hinata-chan.

—¡Así se habla! – Exclamó Hinata abrazándola.

En ese momento comenzó a sonar su celular y se dio cuenta de que era una llamada de su primo, así que decidió alejarse un poco de su amiga, la cual quedó sentada en uno de los peldaños de la escalera que iba al segundo piso.

De pronto escuchó un sonido que le llamó la atención, se trataba de alguien que estaba cantando, y no era cualquier persona.

Dead star shine
Light up the sky
I’m all out of breath
My walls are closing in

La chica llegó hasta la parte trasera del patio y vio a esa persona que tanto le gustaba, sentado contra la pared y sobre el verde césped, cantando con sus ojos cerrados y escribiendo luego algunas notas en un cuaderno, al parecer estaba escribiendo la canción que cantaba.

Él levantó la mirada y vio a la joven que lo admiraba en silencio. Ella estaba sonrojada y tenía una mano en su pecho, pues sus latidos estaban muy acelerados y estaba tratando de calmarlos.

—¿Qué haces parada ahí? – Habló de pronto el pelirrojo, haciéndola dar un pequeño salto.

—Oh… y-yo… escuché que alguien cantaba y… p-perdón si te molesto… me voy a ir ahora… - La castaña se dio la vuelta dispuesta a correr, pero la voz del chico le hizo detenerse.

—Espera – La llamó con su voz calmada, sin cambiar un segundo su expresión —. Dime ¿Escuchaste la letra de la canción?

—¿Eh? – Exclamó Matsuri algo confundida, pero terminó por asentir con la cabeza, notando de pronto que los ojos del chico mostraban una extraña ansiedad que jamás había visto antes.

—¿Cómo te ha parecido? Es primera vez que escribo una canción y no estaba seguro de lo que debía poner – Dijo Gaara bajando la mirada. Matsuri de alguna forma se sentía halagada, era la primera vez que veía una faceta diferente de Gaara, porque para ella era una persona totalmente perfecta, pero ahora se veía tan humano como todos los demás, se había dado cuenta de que él no era diferente del resto de las personas, sentía dudas e inquietudes como todos, y lejos de decepcionarla le hacía de alguna manera algo feliz.

—Oh… me ha gustado mucho… ¿Cuando la tengas completa podrías mostrármela otra vez? - Dijo sonriendo alegremente, inclinando un poco su cabeza sin disimular sus mejillas sonrojadas.

Gaara la quedó mirando fijamente, deslumbrado por el brillo que la presencia de ella parecía desprender.

Ella es… realmente, muy linda… - Pensó volviendo a desviar la mirada ¿Cómo había podido siquiera imaginar algo semejante? Pero no podía evitarlo, cada vez que la miraba se daba cuenta de ello, Matsuri no era igual que las demás chicas.

Después de eso la castaña se alejó corriendo del lugar, no podía creer que nuevamente había hablado con él de frente, a pesar de que en esta ocasión varios metros los separaban.

—Matsuri… - Susurró el pelirrojo, era la primera vez que decía su nombre pero ella no lo había escuchado.

*· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· - _ -·**· -

Hinata terminó la llamada con su primo y se volteó, notando que en frente de ella aparecía una hermosa flor blanca, que la tomó por sorpresa.

—¿Q-qué?

—Hola, Hinata-san – La saludó aquel chico castaño, sonriéndole de forma encantadora. Hinata estaba algo sorprendida ya que no cualquiera se atrevía a acercársele de esa manera —. Una flor para otra flor.

—¿Tú eres… Kiba no es así? – Preguntó la Hyûga algo confusa, pues no recordaba todos los nombres de sus compañeros, pero él había hecho una especial presentación con su guitarra, así que tampoco era tan fácil olvidarlo.

—Así es, que bien que recuerdes mi nombre porque por mi parte yo jamás podría olvidar el tuyo – Dijo Kiba, haciendo que una sonrisa apareciera en los labios de Hinata.

—Gracias – Fue todo lo que ella dijo, se sentía bien que un chico tan guapo la halagara, a pesar de que estaba acostumbrada a esas cosas por parte de toda la gente.

Sin embargo no sabía que acercándose a ese chico se metería en un gran problema.

Fluoradolescent. Desconectado
« Respuesta #18 en: Diciembre 18, 2011, 10:19 am »

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Increíble! :D
Me ha gustado mucho el capítulo, ha estado fantástico.
A estas alturas me figuro que ya sabes que me encanta cómo escribes,
eres fenomenal.
Espero seguir leyendo pronto
yyyy también espero ver algo de SasuSaku O////O
(fangirl avergonzada)
nos leemos!
Cambio y fuera~



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Marisela Dark Desconectado
« Respuesta #19 en: Diciembre 21, 2011, 08:35 pm »

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Holaaa hace unos dias que leei tu fic y dejame decirte que me facino desde el primer capitulo , escribes muy bien y dios los capitulos son largos asi que me gustan mas xD
ansio ver el siguiente capitulo que subas espero no te demores mucho ya que quiero saber que mas pasa .
saludos
Te quiero 



El tiempo cambia a las personas .........

 

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