Esta es la segunda parte de Leia.
El link de la primera parte: http://www.imperionippon.com/foro/index.php/topic,3540.0.htmlTarde en hacerlo, porque nunca me convencía como quedaba. Creo que esta vez me quedo mas decente.(?)Reon.
“Por siempre sostendré tu corazón con mis manos.”
Un hombre de unos 27 años, pasaba un pincel, ya desgastado, por el lienzo; dibujando líneas sin sentido. Tenía la mirada perdida, y la boca un poco abierta. Parpadeo varias veces, y luego suspiro; tiro el lienzo al suelo y lloro arrodillándose en el suelo. Oculto sus ojos con ambas manos, sin dejar de llorar frenéticamente. El cuarto estaba lleno de lienzos con pinturas sin sentido, había un enorme cuadro frente a él, con el dibujo de una mujer hermosa que tenía una sonrisa tranquila dibujada en su rostro.
Él dejo de llorar, y se acercó arrastrando sus rodillas; coloco suavemente sus manos sobre aquel enorme lienzo y se mordió el labio inferior. Se levantó del suelo, para quedar cara a cara con el rostro de aquella mujer en el lienzo. El murmuro algo inaudible para cualquiera mientras que acariciaba los labios de ella sobre el lienzo.
“Quería estar por siempre a tu lado.”
Él se recostó en una cama, la cual tenía las sabanas desordenadas y un poco manchadas de pintura. Del bolsillo de su pantalón saco una pequeña cajita de color negro, la abrió con cuidado y dentro de ella había un hermoso anillo. La volvió a cerrar y apretó la cajita mientras volvía a llorar.
“¿Cómo puedo volver a sentir tu calidez?”
Su vida estaba decayendo, poco a poco entraba en la locura y se sumía a un mar de ilusiones. Suspiraba mientras intentaba limpiarse las lágrimas que mojaban sus mejillas pálidas. Sus ojos estaban adornados con feas ojeras. Una mujer se sentó alado de su cama, produciendo un sonido de los resortes de la cama. Él ni la miro, solo siguió allí acostado como si no hubiese sucedido nada. Ella bufo molesta. Siempre era igual: venía a visitarlo, y él ni le miraba. En un arranque de ira le dijo “¡Ella murió!” Él dio un leve respingo, y le miro con odio. Respondió con la una voz aún más furiosa: “¡Solo murió para ti! ¡Ella sigue viva en mi corazón!” Aquella mujer rubia de lentes, se levantó dejando a aquel hombre solo, pero antes de irse le dijo: “Deberías superarlo, Reon.”
“Todos te olvidaron, pero yo te recuerdo perfectamente. Porque tú, aun eres mía.”
Reon se sentó en la cama, mirando el suelo fijamente. Una calidez lo inundo, como si unos brazos le rodearan. El abrió los ojos, quedándose quieto; disfrutaba de aquella calidez tan confortante… tan conocida. “Leia, ¿eres tú?” Aquella calidez, tomo cuerpo haciendo sentir a Reon aún más cierto. “¿Por qué lo has hecho?” En la voz de ella se podía notar la tristeza clavada en cada palabra. “Porque te amaba…” El no lloraba, solo sonreía mientras ahora observaba su muñeca… como la sangre brotaba de esta, y caía al suelo sin compasión.
“Estaremos juntos por siempre.”
La mujer de cabellos rosados se aferró al cuerpo de él, se echó para atrás sin soltarlo… sacando el alma de su prometido de aquel cuerpo. “No quería que esto sucediese así, pero… yo no puedo descansar si tú no eres feliz.” Él se soltó y le miró fijamente con sorpresa. “¿¡Siempre has estado a mi lado!?” Ella asintió con la cabeza. Le miro directo a los ojos “¿Eres feliz?” Reon dudo en responder, nunca pudo mentirle; aunque las pesadillas, de la muerte de su prometida, eran cada vez más constantes. Ya no lo soportaba, él quería acabar con eso. “No del todo.” Respondió después de un largo silencio. “Entonces nos quedaremos así por siempre.”
“Solo quería estar contigo por siempre.”