Hola gentee! bueno aki traigo el ultimo capitulo del fic, se k el final es un poco raro pero no os preocupeis k va a haber epilogo y todo erminara mejor, espero tenerlo terminado para esta semana o sino para la semana k viene, muchas gracias por haber leido mi fic durante estos dos años y gracias tambien por los comentarios, sin mas os dejo k leais, nos vemos^^
Capítulo 41.
Itachi guardaba silencio mientras observaba a Sasuke leer los papeles hecho un manojo de nervios. Poco después de haber hablado con él llamó a Yoko, que también estaba allí leyendo, y ahora los tres estaban reunidos en el jardín de la residencia Uchiha, por ser un lugar en el que nunca encontrarían a Fugaku.
-Esto es…-murmuró Yoko-pero si esto es cierto, tu madre…
Itachi asintió sin apartar la mirada de su hermano, los ojos de Sasuke estaban rojos, parecía desquiciado, pero él no era nadie para juzgarlo, su novia estaba secuestrada con su madre, y ahora estaba averiguando que todo lo que había creído de esta tras su partida era una mentira. Cuando terminó de leer los informes del banco y la carta que Mikoto le había dejado se lo devolvió todo. Todo su cuerpo temblaba.
-Yo…-intentó hablar pero no consiguió decir nada.
Sasuke se agarró al borde de la mesa, veía a Itachi mirándolo con preocupación, no era para menos, si la mitad de las emociones se reflejaban en su, por costumbre, inexpresiva cara era para asustar a cualquiera que lo conociese bien. Su madre era inocente, no tenía culpa de nada, de absolutamente nada. Se había mostrado reacio desde el principio pero al ver las copias de las cuentas de su abuelo materno, de su madre y de las transferencias que intentó hacer Fugaku sin éxito y luego por último lo de las contraseñas y la carta a Itachi entendió todo a la perfección, y también por qué se habían llevado a Sakura.
Si él y la peli rosa llegaban a formalizar su relación Mikoto le entregaría la contraseña correspondiente a su parte de la herencia y el tendría carta blanca para manejar ese dinero.
-Es culpa mía-susurró.
Itachi lo miró con los ojos abiertos de par en par.
-¿Cómo dices?-preguntó, incrédulo ante lo que acababa de oír.
-Yo tenía que haber dado el nombre del lugar del secuestro y decir que tenían a mi madre y… no lo hice porque le guardaba rencor, yo podía haber terminado con esto diciéndole todo a la policía y así no se habrían llevado tampoco a Sakura…
-¿Tú eres tonto?-esta vez la que habló fue Yoko-esto no es culpa de nadie, además parte de la responsabilidad es mía porque fui yo quien le dijo a Michael que viniese a Japón.
Pero Sasuke ya no la escuchaba, su mente trabajaba en busca de una solución, él no podía abandonar a Sakura, y ahora tampoco a su madre, tenía que hacer algo. Volvió a recuperar su frialdad de siempre y miró a Itachi directamente a los ojos.
-Haruka está convencida de que no he dicho nada a la policía así que imagino que no habrá cambiado de guarida.
Su hermano negó con la cabeza.
-Es una trampa, sabe que irás allí y esta vez te matará.
-Y si yo no voy, matará a Sakura, estás muy equivocado si piensas que me voy a quedar de brazos cruzados.
Los dos hermanos se midieron uno a otro con la mirada.
-Al menos acepta que debemos llamar a la policía.
-Por mí, haz lo que quieras pero si sus sirenas espantan a Haruka y algo llega a pasar yo…
Yoko se levantó y se paró en medio de los dos.
-Haremos esto-dijo-vamos los tres y una vez lleguemos al lugar llamaremos a la policía, según has dicho es un lugar bastante apartado y en lo que tarden en llegar podremos solucionar nuestros problemas familiares.
Sasuke quería ir solo, corrían peligro si iban todos, pero al mirar a su hermano y a su recién descubierta prima se dio cuenta de que nada de lo que él hiciese iba a impedir que ellos dos lo siguieran. Suspiró en señal de rendición.
-Hmp.
-Debemos darnos prisa-dijo Itachi.
Cuando Sakura abrió los ojos se encontró con una total e inmensa oscuridad, confundida y dolorida empezó a recordar lo sucedido y comenzó a removerse, estaba atada, quiso gritar, pero la mordaza de la boca le impedía emitir cualquier tipo de sonido.
-Gracias a Dios que estás viva-dijo una voz a su lado.
Percibió que alguien se arrastraba hacia ella y cuando sus ojos se hubieron acostumbrado a la oscuridad la reconoció, era Mikoto. La pelinegra también estaba atada pero al contrario que ella no llevaba mordaza pero lo que asustó a Sakura fue ver su cara de llena de cardenales, señal de que le habían propinado una buena paliza.
-Mmmm-intentó hablar.
-No te preocupes-dijo Mikoto-sé que estás asustada pero te prometo que no te harán nada, el problema es conmigo a ti no te harán nada te lo prometo.
Pero las palabras de Mikoto sonaron sin convicción. La puerta se abrió y por ella aparecieron Michael y Haruka. El rubio sonreía mientras se acercaba a ella, Sakura no se arredró, estaba muerta de miedo pero le podía más la ira que en ese momento sentía hacia ese sujeto, él se agachó y le sacó la mordaza. La peli rosa le escupió en la cara.
-Eres un asqueroso, tendría que haber dejado que Sasuke te matase, mejor aún, yo misma te mataré.
Haruka se echó a reír.
-No te falta valor querida-dijo-pro me temo que tú no podrás hacer nada, si alguien va a morir aquí seréis tú y mi hermana como no me digáis lo que quiero saber.
Los ojos verdes de Sakura reflejaban toda la confusión que sentía en esos momentos.
-Ella no sabe nada Haruka-intervino Mikoto-ya te he dicho que ni siquiera mis hijos saben nada…
-¡Mientes!-exclamó-¡siempre lo has hecho y sigues haciéndolo! Pero ya hablaréis cuando veáis vuestra vida peligrar.
Posteriormente se giró hacia Michael.
-Te quedarás aquí con ellas y vigilarás que no hagan nada, yo tengo que llamar a Fugaku para que venga aquí.
Acto seguido se marchó.
La cara del rubio volvió a mostrar esa asquerosa sonrisa de nuevo.
-Me apena tanto esto, Sakura-dijo sentándose junto a ella-todo podía haber salido bien pero tú no has querido, has preferido a Sasuke…
-Mil veces mejor que tú cerdo, nunca estaría contigo, me das asco.
La sonrisa de Michael se transformó en una mueca re rabia y la agarró fuerte del cuello.
-¡Ese es tu problema! ¡No quieres ver las cosas! ¡Tú eres para mí, puta!
Sakura se removió y empezó a gritar cuando sintió la boca de él sobre la suya y una de sus manos estrujando sus senos. Mikoto le gritó toda serie de insultos e intento ayudarla a librarse de él pero no pudo hacer mucho estando atada.
La puerta se abrió de golpe.
-¿Qué demonios está pasando?-preguntó Haruka a voz en grito, luego se quedó parada al ver lo que había estado haciendo Michael-¿qué coño crees que haces?
Se acercó a él y le cruzó la cara de una bofetada.
-¿Qué crees que estás haciendo?-su voz sonaba cadavérica, lejana.
Después de haber huido de su casa, uno de los que creía ‘’amigo suyo’’ le ofreció a vivir con él, desde ese momento la había violado todas esas noches hasta que ella acabó con su vida.
-A ti no te importa-contestó él.
-Si vuelvo a ver qué haces algo parecido te abro en canal, procura no enfadarme hijo de puta porque no durarías ni un segundo contra mí, he matado a mucha gente, a mucha, ¿entendido?
Michael asintió, horrorizado.
Sasuke se bajó del coche como una centella, en seguida divisó la furgoneta roja escondida en las sombras, en el mismo lugar donde él la vio al abandonar aquel lugar. Estaban allí, notó como la sangre le corría como fuego por las venas, solo rezaba porque nada le hubiese pasado ni a Sakura ni a su madre porque entonces nadie salvaría ni a su padre, ni a su tía, ni a ese rubio estúpido de una muerta terrorífica.
Escuchó los pasos de Yoko detrás de él, Itachi se había retrasado un poco para llamar a la policía. Habían intentado convencer a Yoko que se quedara en el coche mientras ellos entraba y que llamase a la policía, más bien para mantenerla lejos del peligro, pero ella había contestado que si alguno de ellos intentaba dejarla atrás convertiría el coche de Itachi en hierrajos y ella misma entraría en el edificio aunque tuviese que tirar todas las puerta que se le cruzasen en el camino así que al final la dejaron ir.
-Tendría que estar muerta de miedo-la escuchó decir-pero solo estoy nerviosa, voy a conocer a mi madre asesina y puede que muera y solo estoy nerviosa, es de locos.
Él en cambio estaba tranquilo, no tenía ni miedo ni nervios, lo único que sentía era la claridad mental que le otorgaba la furia, nada ni nadie lograría evitar lo que tenía pensado hacer.
-Ya está hecho-dijo Itachi, después de unírseles a la carrera.
Ya estaban en la entrada, Sasuke no perdió tiempo y tiró la puerta de una patada. Nada, vacío, muy bien, él seguiría buscando por toda la noche si era necesario. Los otros dos le siguieron en silencio. Como poseído Sasuke iba tirando una y otra puerta, si era necesario derrumbaría todo para encontrar a Sakura. No le importaba nada de lo que había visto, estaba plenamente convencido de que Michael estaba metido en todo aquello y que el beso que había visto había sido obligado y solo por eso lo mataría, nadie, nadie iba a hacerle daño a su novia mientras él continuase caminando por el mundo.
Al final, tras minutos derrumbando puertas, los tres escucharon ruidos de voces al fondo, por fin estaban cerca.
-Sasuke…-quiso advertir Itachi al ver que su hermano se lanzaba como loco a por la última puerta.
La escena se hizo presente, Haruka estaba de pie, cerca de la puerta encarando a Michael que estaba agachado junto a Sakura tocándole un… La poca cordura que le quedaba a Sasuke se esfumó. Ni Haruka ni el rubio tuvieron tiempo a reponerse de la llegada cuando el pelinegro se lanzó sobre Michael.
-¡Hijo de puta, te mataré!
Sakura observaba todo entre confundida y aterrada, ¿qué hacía Sasuke allí? ¿Estaba loco o es que quería que lo matasen? Mikoto mostraba la misma expresión que ella.
Haruka no hizo nada por parar la tremenda paliza que le estaba dando Sasuke a su compinche, solo se limitó a sonreír.
-Vaya, vaya, Itachi Uchiha ha venido con su hermano y…
Haruka se quedó mirando con detenimiento a aquella chica, juraría que la conocía…
-Yoko Olsson, encantada de conocerte… mamá.
Los ojos de Haruka se abrieron de par en par.
-No puede ser…-murmuró mientras los recuerdos del pasado la abordaban.
La relación por dinero con aquel acaudalado Olsson, su embarazo y el posterior abandono de sus dos hijas gemelas.
-Debe ser chocante para ti encontrarte con una de tus hijas aquí precisamente ¿no?-siguió hablando Yoko-llevo toda mi vida queriendo conocerte mamá pero ahora que lo hago solo puedo esperar olvidarte lo más pronto posible, solo un monstruo como tú podía ser capaz de habernos abandonado a Yonehara y a mí.
La cara de sorpresa pronto se convirtió en desprecio.
-Yo no tengo ninguna hija.
El desprecio golpeó de lleno a Yoko, pero esta no se molestó, quien podía esperar aprecio de una asesina.
Pronto la atención volvió a centrarse en la paliza, Itachi acababa de abalanzarse sobre Sasuke para evitar que matase al rubio, que estaba casi muerto en un mar de sangre.
-¡Suéltame!-gritó el pelinegro como loco-¡voy a matarlo!
-¡No seas idiota!-le contestó-¡si lo haces irás a la cárcel y es él quién debe hacerlo, no tú!
-Por favor Sasuke-esta vez era la ojijade, quien entre sollozos suplicó-para ya por favor.
El ojinegro pareció recobrar un poco la cordura al mirarla los ojos, estaba viva, se soltó de Itachi y la envolvió entre sus brazos.
-¿Estás bien? ¿De verdad que estás bien?-preguntó desesperado.
-Si-contestó ella-no debiste venir, ahora estás en peligro.
-Eso Sasuke-dijo Haruka-fue muy estúpido venir hasta aquí.
Cuando Sasuke se dio la vuelta vio como esta apuntaba con una pistola a la cabeza de su madre. Mikoto, recién la veía en ese momento, estaba llena de morados de golpes y sus ojos mostraban una confusa mezcla de alegría de verlo y terror por lo que pudiese pasar.
-¿Qué le has hecho a mi madre?-preguntó Itachi furioso.
Haruka sonrió.
-De alguna manera tenía que hacerla hablar.
-Miserable…
-Quieto o le pego un tiro.
-Lo sabemos todo-continuó Itachi-todas las mentiras que habéis ideado contra mi madre y el engaño que mi padre nos hizo creer a Sasuke y a mí.
-¿Y eso cambia algo?
-Le he mandado todo a la policía, os pudriréis en la cárcel.
-¿Ah, sí?
Fugaku entró en la estancia en ese momento y los miró a todos.
-Tenías razón Fugaku al decir que acabarían enterándose de todo-dijo Haruka sin apartar la pistola de Mikoto.
-Si bueno, la verdad no tengo tiempo ni ganas de ponerme con charlas familiares así que vamos directamente al asunto-se giró hacia Mikoto y sonrió-ahora hablarás o sino algo malo puede pasarles a tus hijos.
Sacó una pistola y apuntó directamente hacia donde se encontraban Itachi y Sasuke.
-No serás capaz-dijo Mikoto aterrada-son tus hijos.
Pero la mirada desquiciada de Fugaku sirvió para revelar que nada de eso podía importarle, estaba loco por conseguir la fortuna y Mikoto lo supo en ese instante, debía decirle lo que quería oír.
-Está bien.
-¿Es que estás loca, mamá?
Fue Itachi quien habló. El corazón de Mikoto se aceleró al escuchar aquella palabra y más dicha con tanto cariño.
-Si se lo dices entonces nos matará de todas formas-continuó el pelinegro-y si hemos de morir lo haremos sin darle lo que él quiere.
-Si así lo quieres…-Fugaku levantó la pistola, apuntando directamente al pecho de Itachi pero nunca llegó a disparar.
Yoko había recogido un tubo del suelo y aprovechando que nadie le prestaba atención se acercó por la espalda a Fugaku y le asestó un fuerte golpe en la cabeza, dejándolo inconsciente.
-Ya está bien de tanta chaladura-dijo.
Haruka observó desesperada como sus cómplices estaban inconscientes y ella sola.
-Baja la pistola Haruka-dijo Itachi-la policía está de camino.
-¡Nunca!
Sasuke mientras desataba lo más rápido que podía a Sakura y a Mikoto, debía ponerlas a salvo lo más rápido posible.
Se hoyó un disparo e Itachi cayó al suelo agarrándose una sangrante rodilla, se había acercado un poco más a su tía y esta se había defendido disparándole, y ahora volvió a apuntarle al pecho dispuesta a disparar.
-¡No!-gritó Mikoto mientras se interponía entre ella y su hijo.
El arma disparó, acertándole a Mikoto de lleno en el corazón. Murió al instante.
Se hizo un momento de silencio en la sala, en el que nadie se movió ni dijo nada.
-Te dije que acabaría muriendo puta.
Sakura vio horrorizada como Sasuke se lanzaba sobre su tía dando un grito horrible, los dos cayeron al suelo y empezaron a forcejear.
-¡Sasuke!-gritó la peli rosa.
Tenía que hacer algo, debía hacer algo para ayudar a su novio. Entonces lo vio, cerca de la congelada Yoko, el cuerpo de Fugaku y en su mano una pistola. No lo pensó dos veces, echó a correr hacia el cuerpo y le arrebató la pistola. Lo siguiente que pasó fue tan rápido que apenas dos segundos después se encontró sujetando un arma humeante y a Haruka muerta sobre el cuerpo de Sasuke, quién la miraba confundido. La pistola le resbaló de las manos y ella cayó de rodillas al suelo.
Ninguno de los cuatro reaccionó hasta que minutos después se oyeron las sirenas de los coches y los policías se hicieron cargo de la situación. Poco después llegó una ambulancia que se hizo cargo del estado de Itachi y de los dos detenidos, Michael y Fugaku. Nadie pudo hacer nada por Mikoto y Haruka, las dos habían fallecido.
Sakura buscó a Sasuke en medio de todo aquel revuelo, Yoko se había ido con Itachi en la ambulancia, pero de su novio no había ni rastro. Lo encontró poco después, alejado de los policías y sentado en el suelo, mirando a ninguna parte. Se sentó a su lado en silencio, no sabía que decir.
-Está muerta-dijo él-por… mi culpa.
-No digas tonterías Sasuke-dijo haciendo esfuerzos para no llorar-la culpa fue de Haruka, fue ella quien disparó.
-Yo tenía que haber avisado a la policía, decirles que mi madre también estaba aquí.
Sakura lo abrazó, le gustaría tanto quitarle ese gran sufrimiento pero sabía que nada de lo que ella hiciese podría quitarle ese horrible sentimiento, solo podía tratar de ayudarlo a superarlo poco a poco.
-Todo ha terminado-dijo-ella podrá descansar en paz porque sabe que sus hijos están a salvo, que nadie más podrá hacerles daño.
Sasuke la miró, no lloraba, su rostro ni siquiera mostraba pena, pero ella sabía lo que se escondía allí dentro, estaba bloqueando sus sentimientos. Sakura estrechó su abrazo. Ahora solo era cuestión de seguir, y está vez nada ni nadie podría separarlos.