— ¡No quiero que nos vuelvas a gritar! Y obligar a hacer cosas que no queremos… ni tampoco yo quiero — Apoyó la cabeza en su hombro — Quiero ser tu princesita.
Cuando ella tenía tres años, era la princesa novia de papá. Incluso le preguntaba si se iba a casar con ella en un futuro.
Un psicólogo les había dicho que tenía el complejo de electra. Era normal, solo debía pasar unos cuantos años para que poco a poco fuera desapareciendo. Después de todo, el primer amor de una niña era la imagen de su padre y la conducta de este influía mucho en el concepto de los hombres que tendría en un futuro.
Debía tratarla con amor, darle su lugar como hija y evitar que ocupara el de su esposa.
Aunque ahora Sheryl sentía vacío el lugar de la madre… probablemente estaba alterada y quería acaparar toda la atención nuevamente.
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“Eres un poco predecible… a veces”