-Yo también...- tomo una de sus manos, y la llevo a su panza para que sintiera a lo que estaba segura seria su hija.
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Le regaló otra sonrisa para que se tranquilizara.
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El pobre conductor estaba arto de oírlo, pero no decía nada, solo daba respuestas vagas.
Haru iba haciendo algo con su celular.