Meian solo lo miró con una tristeza inimaginable.
—No— Respondió segurísima de lo que decía — Gakupo… Yo en verdad agradezco que aun me ames, pero yo no puedo hacer lo mismo por ti. Me hiciste mucho daño cuando estábamos casados y eso hizo que perdiera toda la confianza en ti. No te imaginas todas las veces que he llorado por tus tratos, por tu ignorancia hacia mí… haciéndome sentir tan poco amada, querida, valorada, deseada e incluso bonita. Incluso culpable. Y aunque estuvieras a mi lado en la misma cama, no fuiste capaz de secar mis lágrimas y tomarme en cuenta como tu esposa o la madre de tus hijos, por lo menos. Y yo mientras tanto deseaba que me volvieras a amar como cuando éramos novios o los primeros dos años de casados. Con la misma intensidad. Pero luego me di cuenta que incluso no era usada por ti ni para tener sexo - Dio vuelta la cara - Solo me hiciste sentir insegura. Una porquería. Y eso es algo que no estoy dispuesta a olvidar.