Sakura llegó a la cosa enojada. No era de ponerse seria , pero siempre se le endurecía los músculos donde estaba la ceja derecha cuando estaba enfadada.
-Llegué - Alzó la voz - Papá , ¿Tu también fuiste un patán de joven?
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-Porque cuando más lo necesité , nunca estuvo. Cuando quería escuchar que tan bien hacía las cosas , no estaba ahí para decírmelas. Y antes de abandonarme , me golpeó. Terminé en un hospital. Ahora se da la gran vida con su nueva mujer e hijos. Por eso lo odio.