En eso entró de repente Gakuko , abriendo las puertas del comedor de par a par.
-¡Gakupo! No me avisaste que habías encontrado a mis... - Cuando las vio dormir así , se le llenaron los ojos de lágrimas y se agachó a la altura en que estaban las niñas. Les acarició la cabecita con dulzura - Son tan preciosas.
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-Ahórrate tu hipocrecía - Lo dejó pasar.