Totalmente molesta , Meian se dirigió así como estaba a la empresa.
Al apenas llegar , la recepcionista le preguntó si tenía alguna cita. Esta , malhumorada por completo , le dijo que no y pasó como pancha por su casa sin dar siquiera una mínima explicación ; porque , sencillamente , no le importaba. Ella no debía darle explicaciones a nadie.
Se encerró en una sala vacía con instrumentos y empezó a tocar la batería como si fuera el último momento que podría disfrutar en su vida antes de ir al infierno.
No se dio cuenta que cerró mal la puerta y esta se encontraba entreabierta , causando que se escuchara todo el lío.