Volvió a ponerse aun más , pero más roja.
Salieron de aquella tienda , en las que Meian compró varias copias de revistas que luego iba ajando sus hojas con las manos por el camino. No solo lo hacía porque odiaba su primer trabajo y esas sesiones fotográficas en las que le faltaba poco para salir desnuda , sino también porque necesitaba distraerse. No quería ni mirar a la cara a Gakupo , por más que este estuviera medio tapado , porque sino moriría tantas veces como las que resucitaría.
Al llegar a la empresa , ella continuó con aquella expresión indiferente , como acostumbraba a tener. No sabía comportarse de otra forma con los demás , aparte de tratar de disimular a la perfección ese corazón que parecía salirse del pecho.
Se le cayeron todas las revistas al suelo por andar distraída , pensando.