Una mega aura negra salió de encima de la cabeza de Meian. Agarró del brazo con firmeza a Miku y la sacó de la sala casi tirándola contra la pared.
-Ahora esa es mi silla. Y la próxima que me vuelvas a tocar, te haré la vida un infierno hasta que quieras desear la menos dolorosa muerte posible - Su tono amenazante se desvaneció en menos de un segundo y la soltó, entrando a la sala de lo más campante. Se sentó en la silla de Miku como si nada, apoyó los pies arriba de la mesa, como era su costumbre - ¿Y bien? Estoy lista para negociar.
Miku se quedó apretando los dientes , afuera , impotente de no poder hacer nada porque estaba el jefe mirando y escuchando todo.