Se aferró a las ropas de él y comenzó a llorar.
— ¿Por qué me hiciste eso? Si yo te amaba… Casi las matas.
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En eso un chico se acercó a Rin. Era guapo y fornido, nada que ver a Kanade, delgado, fibroso y alto.
—Hola linda. Tu cara me suena ¿Te he visto en algún lado?