HOLA MUCHAS GRACIAS POR PONER COMENTARIOS Y DEJO EL SIGUIENTE CAPITULO!!!!GRACIAS POR LEER Y SIN MAS QUE DECIR LES DEJO EL CAP :) DISFRUTENCAP. 6 Yukatas! Houston tenemos un problema!
A veces tú enemigo…
El viernes paso rápido, demasiado rápido para el gusto de Sakura. Cuando el sábado, con un calido sol, un arrullador canto de aves, y un freso viento, dio la entrada a un inesperado y precioso día, Sakura ceñuda y somnolienta solo pudo decir una cosa al salir de su cama, y observar por su ventana, como el sol irritaba sus ojos, y se burlaba de su desgracia: -Sasuke. – Gruño.
La rutina de sus fines de semana, sin embargo no se vio perturbada, y eso le vino de maravilla, hasta casi olvidar que se bañaba, vestía, desayunaba, y arreglaba para encontrarse con Sasuke. Cosa que comprendió ya lista, ante su espejo y el reflejo de su rostro enmarcado por los mechones rosas salientes de su inmaculado gorro, su camisa verde pastel, los jeans ajustados y en mano sus zapatillas de salir.
Bien, aquí voy.
Suspiro, trago saliva, y se coloco sus zapatillas en su angosto pasillo.
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El día, en la calle empezaban a exprimirlo como una jugosa naranja. En una semana donde no hubo más que lluvias, frío, lluvias, y más frío, las personas parecieron salir de madrigueras, como si durante meses el sol no hubiese salido. Y aunque fue una semana la sensación era lo mismo.
Por el camino que tomaba Sakura todos los días de semana hacia el metro, los puestos de frutas, las señoras tomando el sol, y los niños jugando se agolparon como hormigas en un dulce. A cada persona, Sakura le asentía con una sonrisa, otras saludaba agitando enérgicamente su mano, dependiendo claro, del grado de contacto. Cada vez mas abajo en la avenida las cara conocidas se alejaban, y los niños sonriendo se iban reemplazando por otros cuyos rostros de adultos le causaban escalofríos, sin embargo sus pequeñas manos iban entrelazadas celosamente con las de sus padres. Sakura les miraba nostálgica, algunas miradas acechadoras con la envidia traspasando su cuerpo, y otras veces solo podía sonreír recordando los viejos buenos tiempos. Continuo caminando hacia la estacion.
Sakura rápidamente se sumergió en el mundo subterráneo que le llevaría más rápido a su calvario, con un increíble mal humor que ceñía su rostro y le hacia ver un poco mas mayor de lo que una chica querría. El metro llego 5 minutos después de que Sakura se empezara detallar fervientemente sus zapatos converses.
Uhm, les hace falta una limpieza urgente.
Con la gracia y el sigilo con que se caracterizan los japoneses el vagón se abarroto rápidamente de gente: pequeños hombrecitos con esmoquin. No era la hora pico ni dia de semana, pero no importaba que hora o día fuese, el metro de Tokio siempre, siempre iba a tener tráfico. Algo que a Sakura le venia como anillo a un dedo regordete. No tenia gracia con los pies, se movía con torpeza, y cuando por fin entro al vagón aliviada, trastabillo.
-¡Lo siento! – Exclamo avergonzada, con ese tono agudo que tanto le gustaban a los hombres japoneses pero que ella aborrecía. Entonces el 99,9 % de las personas del vagón estuvo de acuerdo en algo: gruñir molestamente.
Juro, juro que me iré a España.
Sakura giro sus ojos fastidiada, atrapada entre las personas, buscando un espacio cerca de la salida. Pero sus ojos, jades opacos se cruzaron con el incordiarte reloj digital.
- ¡Oh por Dios!- Exclamo. En un extremo del vagón le mandaron a callar. Sakura ignoro el hecho.
… Voy tarde.
Y aun le faltaban 5 estaciones.
-Joder…- Gruño Sakura. Contra el tiempo no hay cara que valga.
- ¡Por Dios niña, guarda silencio! – Ni contra los japoneses.
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10: 10 am. Mismo día.
5 estaciones, y 15 minutos después:
El problema no fue el metro. No. Ni los gruñidos molestos de las personas a su lado, ni el gas que se había echado el gordo futuro candidato para el sumo. No. Al parecer todo era una especie de contra en su día - ¿Tenia que ver Sasuke en todo esto? – no sabia que, pero desde que puso un pie en la calle toda Tokio se había confabulado para hacerle llegar tarde, de mal humor y para llenar el vaso, ¡No encontrar la bendita casa donde tenia que hacer el bendito curso!.
¡Bendito mi culo!.
- Estoy a punto de llorar de frustración. – Susurro, observando como el papel arrugado de la invitación se iba convirtiendo en la descarga de su rabia. Camino unos 30 pasos hasta que se detuvo, entre una mezcla de confusión y alivio.
Aparte de ser un distrito algo apartado, totalmente comercial por donde se mirase: Abarrotado de rascacielos, avenidas cruzadas con otras, chicas haciendo propagandas vestidas de mucamas, enfermeras, colegialas, cerdos empresarios, y demás. Pudo una pequeña casita al fondo entre dos rascacielos, llamar su atención. Sakura cruzo la calle que les separba y la detallo aun mejor.
Una casita de dos plantas de estilo occidental, con un patio lleno de gnomos y duendes, con un caminito hasta el porche, y una linda fuente con dos gnomos besándose. Sakura alzo sus cejas y un escalofrío recorrió su columna vertebral. Saco el sobre de su bolso y observo en la punta inferior de este: un gnomo sonriente.
¿Aquí es?…
Quiso pasar y llamar a la puerta, pero…
Aquí es…
Su cuerpo no reaccionaba.
¡Aquí es!.
Estupefacta ya no ante la idea de pasar el día con Sasuke, sino, ¡Que encontrar detrás de esa puerta blanca!.
Pero fue demasiado tarde cuando cayó en si.
-¡Oh!, ¿Tu debes ser Sakura-chan?- una mujer le dio la bienvenida, y el susto de su vida. Una gritona mujer, que salto detrás de la puerta a su cuello. Sakura quiso gritar, llorar y tuvo la sensación de que el desayuno saldría de su boca con la misma intensidad que tenia de salir corriendo. La mujer se aparto y tomo sus mejillas con fuerza. Sakura la detallo lo más que pudo. Pero ella no fue la única…
-Cabello rosado, frente grande, ojos verdes…- Tenia unos ojos de color chocolate grandes y rasgados, una piel blanca, pero no tanto como la de un japonés. Tenía unos grandes pechos que se marcaban bajo una ceñida camisa oscura bajo una maya. Su cabello era oscuro con un extraño corte. - ¡No te debes acordar de mi Sakura-chan, tu madre y yo fuimos grandes amigas!. Vivimos un tiempo en Barcelona.- Hablaba rápido, pero Sakura pudo entenderle. O solo la mención de su madre.
-¿Conoció a mi madre?- Pregunto apartándose sutilmente de la mujer con aroma a cigarro. ¿A dónde le había mandado Sarutobi?, o peor, ¿Con que loca?.
- Si, si. Fuimos grandes amigas, pero tu padre…- El rostro de la mujer se opaco. Como toda cosa se opacaba con la mención de su padre. - ¡En fin!, Soy Anko, y te estábamos esperando.- La mujer se presento, tomando a Sakura se las manos. Tenia una extraña calidez de dulzura y locura que rápidamente se gano el corazón de Sakura. Prudentemente claro.
- ¿Esperando?- Sakura ladeo su cabeza, confundida y aturdida.
-¡Si!, Querida: el curso, yo lo voy a dictar…- Contesto la mujer, sonriente de nuevo, y con un brillo que Sakura no pudo identificar en sus ojos, pero se acercaba al orgullo. Anko se giro, y saco un cigarro de su chaqueta color champaña, Sakura la siguió, dispuesta a entrar.
-¿A dónde crees que vas sin tu pareja?.- Le detuvo Anko.
Sakura sintió como si un piano de cola cayera en su lomo, desde un piso alto, muy alto.
Que no se refiera a él, no, a él no.
- Si, Sanosuke. – Dijo Anko mientras se llevaba el cigarro a la boca y aspiraba fuertemente.
- Sasuke. – Le corrigió Sakura autómata.
-¿Ves como es tu pareja?.- La mujer sonrío guiñandole el ojo mientras soplaba el mortal humo. Sakura sintió deseos de ahorcarla, ¿O fue el irritante olor a nicotina?. – No puedes entrar hasta que llegue él. El protocolo dice que deben llegar juntos. –
-¿Cómo se yo, que no esta adentro?- Pregunto Sakura, desconfiada mientras alzaba la vista por encima del hombro de Anko. Buscando a Sasuke.
-¿Quién?-
-Sasuke. –
-¡Ah tu pareja!. Querida, ahí dentro solo hay números pares. –
Sakura respiro hondo. Muy hondo.
-Espéralo aquí. –
Y el vaso se desbordo. ¿¡Esperar a Sasuke!?.
Pero Anko, ya estaba dentro de su extraña casa.
- Doble joder. –
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10:45 am. Mismo día.
¿Le sucedió algo a Sasuke?.
Sakura cerró su Móvil después de ver la hora y lo devolvió al bolsillo de sus jeans. Había pasado media hora esperando a Sasuke. 30 minutos suficientes para que los gnomos del jardín le empezasen a acosarla con la mirada, mientras ella inocente los observaba desconfiada. Nunca le había gustado las estatuas, y menos si son miniatura. Mianuturas, y muchas.
Suspiro mientras tomaba asiento en las escaleras del porche, oculto su cabeza entre las piernas. – Ah… ¡Con estas ganas que tengo de orinar!- ¡¿Dónde estaba Sasuke?!
-¿Y Que te lo impide? ahí esta esa horrible fuente.- Finalmente, y aunque lamentable su espera había acabado, con el mas vergonzoso de los finales. Sakura alzo cabeza con pesar y se encontró con la insípida mirada de Sasuke observándola con superioridad. Ni la vergüenza tiño las mejillas de Sakura, estaba demasiado molesta como para eso.
- ¿Dónde estabas?- soltó Sakura con desprecio, levantándose rápidamente del escalón.
- No es tu problema. Además este horrible lugar es difícil de ubicar. – Contesto Sasuke, mirando con desprecio la extraña casita, propia de un cuento de hadas... Malas - ¿Por qué no estas adentro?-
-Porque me parece encantador este jardín repleto de gnomos.- Contesto Sakura con un acido sarcasmo mientras se giraba hacia la puerta donde media hora antes había salido Anko-san.
- Claro, es tu estilo. Cabello rosado y gnomos. Atraeras a todos los psicóticos de Tokio. – Respondió Sasuke, y aunque Sakura no pudo verlo, tenía la certeza de que sonreía con aquella mueca horrible en sus labios. Ya se encargaría ella de borrársela de un buen golpe. Hizo un esfuerzo sobre humano ahorrándose otro posible comentario que extendiera aquella sin sentido conversación que le impedía usar el baño, que con urgencias necesitaba.
Pero al parecer Sasuke quería verle retorciéndose ante la necesidad de vaciar su vejiga.
-Espera. – Gruño Sasuke, su voz sonó tan grave que pareció eructar. Sakura dejo caer su mano en el pomo. Rodó sus ojos, y apretó su vejiga, su boca se convirtió en una línea recta. - ¿Estabas preocupada… por mí?-
A Sakura muchas veces cuando su madre aromatizaba la casa con velas, le gustaba jugar con ellas y las formas que tomaba la cera al derretirse. Claro hasta que a los 6 años, quemo las cortinas de la sala y por ende sus deditos pequeños, dejándole unas yemas un tanto más rugosas que las demás, tenía claro que su huella digital aparte de ser irrepetible, era única. Pero, apostaba en ese momento que su rostro se asemejaba a una forma grotesca y divertida de la cera derretida. Porque, era verdad.
- ¡Oh!, ¡Sakura-chan!, parece que llego Sanosuke. – Sakura casi escupe su corazón del susto al ver a Anko salir con su peculiar aumento de decibeles. ¡Oh como deseaba tener una cámara fotográfica y captar el rostro de Sasuke, para las futuras generaciones!. Cuando se dio cuenta, la mujer revoloteaba al lado de un molesto, oh, pero muy molesto Sasuke Uchiha.
-¡Sanosuke-kun!, que guapo eres. – Exclamaba Anko. Sakura reprimió la carcajada, hecho que hizo que su rostro se tornara de un rojo intenso, muy intenso. ¡Se orinaría ahí mismo!.
- Es… Sasuke.- Corrigió el susodicho, de pronto indefenso, ante las coqueterías de una mujer. Loca mujer.
-¿Sasuke?, ¡Ah!, pero si Sanosuke es mas lindo. – Anko Hizo un puchero, gesto inmaduro para sus posibles 38 años. – Pero, porque no pasan de una buena vez, ya hemos perdido mucho tiempo, Sakura-chan y… Sasuke-kun. –
Sakura río, mientras entraban al Genkan del lugar quitándose los zapatos. Sasuke hizo lo mismo. A continuación, Anko los escolto del Genkan, hasta el Ima: un lugar demasiado grande para la diminuta fachada de la casa al exterior. Demasiado grande y muy japonés.
Blanco, esa fue la primera palabra que cruzo la mente de Sakura: un puro, y armonioso blanco: al mejor estilo japonés; paredes corredizas de papel con aves volando sobre riscos y mar, los tatamis brillantes de limpio y pequeños cojines de un blanco impecable que despertó la envidia en sus ojos…
-¿Yukatas?- Escucho a Sasuke, a unos pasos a su derecha. Anko estaba peligrosamente cerca de él. Sakura sonrió, el rostro de Sasuke no tenia precio. Pero se percato de que Anko, desde que había dado la bienvenida a Sasuke, tenía un yukata blanco, y en sus brazos descansaban dos más. – Yo. No. Me. Voy. A. Poner. Un. Yukata. – Gruño Sasuke, ajándose de la mirada lasciva de Anko recorriendo su cuerpo.
-Anko-san…¿Yukatas, para que?- Intervino educadamente Sakura. Sasuke se sitúo dos pasos detrás de ella.
Anko sonrío. – Pues, armonía. El blanco significa armonía, y eso es fundamental en las parejas: si se tienen confianza, verdad y armonía, se tiene todo - ¿Acaso no era obvio?. Leyó Sakura en sus ojos color chocolate.
-Bien, por mi no hay problema. – Sakura se encogió de hombros recibiendo el yukata, suave y blanco, lo froto contra su mejilla.
-Sakura, Estas enferma verdad. – Dijo Sasuke, girándola hacia si, sus cejas se alzaron al igual que su tono de voz.
-No. – Contesto autómata y molesta Sakura, mirando fijamente a Sasuke. Tenía los labios blancos.
-¡Pero es que no te lo he preguntado! – Exclamo Sasuke, sus ojos de un color azabache brillaban con inocencia, ¿Acaso tenia miedo?, ¿Acaso esperaba que lo apoyara?.
Sakura entrecerró los ojos con suspicacia y luego sonrió con suficiencia. – Anko-san, me voy a cambiar al baño. – los labios de Sasuke formaron una ligera: o. y Sakura leyó en sus ojos la palabra Traidora.
- No. – Ambos giraron hacia Anko, ceñudos: confundidos. La mujer sonrío, como si se tratase lo más normal del mundo, Sakura humedeció sus labios…
Oh no…ESO no.
- Se cambiaran aquí. Y así entraremos al curso de una buena vez. – Dijo Anko, tomando asiento en los tatamis.
Sakura y Sasuke se observaron, por unos segundos, luego giraron hacia Anko.
- Pero es que Sakura si tiene que ir al baño, y que se cambie de una vez. – Dijo Sasuke, señalando a Sakura que había quedado atrás mientras se acercaba prudentemente a Anko.
- Que se cambie primero, no quiero que ensucie mi baño. Además si se cambian más rápido, la vejiga de Sakura no se reventara. – Anko sonrío. ¡Oh, Sakura le borraría esa sonrisa de un solo golpe! si: 1. No fuese antiguamente amiga de su madre, 2. La instructora del curso, 3. La única persona capaz de sacar de sus cabales totalmente a Sasuke Uchiha. 4. Una vil manipuladora.
- Estoy esperando. - Y sus ojos de color chocolate brillaron… malévolamente.
- ¡Esta bien!- Sakura fue la primera en caer; frustrada y reventada. Se desabrocho el jean rápidamente y se saco la camisa.
- Sasuke, no la puedes dejar hacer el ridículo…- Dijo Anko.
-Claro que si…- Respondió él, sin girarse a ver si quiera la ropa interior de Sakura. Cosa que agradecía ella mientras se sacaba el jean.
- ¿Acaso ni un vistazo, Sasuke-kun?- Pregunto Anko.
Sakura chillo, ante el descaro de la mujer. ¡Sin contar que el jean no bajaba de sus caderas!.
-No. No tengo nada que ver…- Contesto Sasuke, mas serio que nunca.
-¿Estas seguro?. Sakura tienes un lindo abdomen. Niña, casi te envidio. Oh y parece que tiene problemas con el jeans…¿Sasuke, por que no le ayudas?- Oh Sasuke, no le ayudaría, no. Sakura rezaba mentamente.
- Espera Anko-san… Se esta pasando un poco…- Las gotas de sudor perlaban las mejillas rojas de Sakura: una mezcla de vergüenza e ira… y ganas de ir al baño.
-… Podrás hacer pis…- Dijo Anko, sin quitar la vista de Sasuke. Estaba retándolo. –…¿Sasuke, acaso no vas ayudar a Sakura?- Oh, Anko era mas persistente que una mosca e igual de mala que una avispa.
Entonces, lo imposible se volvió posible, y en un parpadeo, como casi siempre sucede: Sasuke se saco la camisa, y se desabrocho el jean, se giro rápidamente y sin mirar a los ojos a Sakura, sus manos en un atrevido y brusco movimiento bajaron el jean. Luego, el sin darle chance a Sakura de salir de su estupefacción, bajo el suyo.
Y era, sin duda…
No me había dado cuenta pero… Sasuke, esta madurando.
¡Y vaya que estaba madurando!. Buscando privacidad, aunque sea minima, ambos se giraron. Aquello no podía estar pasando. ¡Aquello no podía ser más vergonzoso!
- … Sakura, querida, el sostén, ¿nunca te has puesto un Yukata?.- La sonrisa felina de Anko, y su mirada se había centrado en Sakura. En una roja, muy, muy, roja Sakura.
¡Santísima madre de Dios!
Aun la imagen de Sasuke y su pecho atlético, sus abdominales bien formados y su espalda musculosa atenazaban su mente.
Piensa en el gordito repulsivo que fue, piensa… piensa…Piensa en cuando el 75% de su dedo índice vivía en su nariz.
- Sasuke, me sorprende lo buena persona que puedes ser. – Dijo Anko. Observando a Sakura, mientras terminaba con su obi. – Sakura-chan el baño, esta subiendo aquellas escaleras, al fondo. -
…Puede ser tu mejor amigo.
ANDREA LUNA GRACIAS POR LEER Y CLARO PASAME EL LINK!!! Y VISITO TU FIC ;)
OTRA COSA YO NO SOY AUTORA DE LA HISTORIA ME ENCANTARIA PERO NO LO SOY QUIERO ACLARARLO SI TENGO FICS ORIGINALES AQUI PERO ESTE NO LO ES ;)
INCOGNITA HE TRAIDO EL NUEVO CAPI Y EL SIGUIENTE ESTA MUCHO MEJOR!!!
GREENIE BIENVENIDA Y LO DEJO Y ESPERO LO SIFRUTES EL SIGUIENTE ESTARA MEJOR SALUDOSS!!!!
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