Mine

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Alzó los ojos al escucharlo y lo miró curiosa. Acercó su mano y picó con cuidado su mejilla.

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—Pero tienes dieciocho, ¿no? Eso decía tu ficha—de repente sintió un atisbo de pánico, ¿y si era mentira? ¿Si ella realmente era menor de edad?

[Misha-Chan]

Volvió a ronronear al sentir el tacto, se estremeció y se removió un poco.

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- Si, los cumplí el mes pasado - sonrió arrogante - Así que deberían dejarme entrar - hizo un mohín de nuevo

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Sus reacciones le parecían entretenidas. Deslizó un dedo por su mejilla bajando por su mandíbula y llegando a su cuello, rozándolo con las uñas.

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Rió suavemente.

—Seguro que cuando te vean conmigo te dejan pasar... Eso o me llaman pederastra—bromeó.

[Misha-Chan]

Le tomó la muñeca y abrió los ojos - Hum? - parpadeó confuso soltándola - Qué haces? -

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- Ya era hora!... No entiendo porque siguen creyendo que soy una niña - se relamió los labios para quitarse el chocolate - Soy bien grandecita... Tu lo sabes -

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Sobresaltada, no pudo evitar sonrojarse, avergonzada consigo misma.

—Nada—refunfuñó y se acurrucó volviendo la vista a la tele.

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—S-Sí—tartamudeó un poco. Cuando pensaba en todo lo que habían hecho, se ponía nervioso.

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[Misha-Chan]

Suspiró, la soltó y volvió a cerrar los ojos, sin molestarse en insistir.

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Rió sin poder evitarlo, era encantador - Me gusta que te avergüences - confesó, untó sus labios con helado y los estiro para pedir un beso.

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Recogió ambas manos y las acurrucó contra su pecho, sin importarle tener la de él tan cerca. Por cada minuto que pasaba sentía que el cuarto se hacía más pequeño.

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Juntó sus labios, saboréandolos con la lengua, la mano libre la tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo. Creía estar volviéndose adicto a ella.

[Misha-Chan]

- Tienes hambre? - preguntó de pronto, quizá era por eso que ella no podía o no quería dormir.

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Le dio un empujón, ruborizándose y sonriendo - Oh, Ro... En la calle no - bromeó mirándolo - Es vergonzoso -

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La pregunta la sorprendió, porque, ahora que lo pensaba, todo había comenzado porque él había dicho que la haría pasar hambre... Bueno, eso y que casi la asfixia. Asintió despacito, sin mirarlo.

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Parpadeó un par de veces incrédulo y luego se echó a reír. Ella solo buscaba vacilarle.

—Bueno, eso hacen los novios, ¿no?—se puso rojo de nuevo.

[Misha-Chan]

- Bueno, vamos a la cocina a preparar algo - sonrió y se dispuso a levantarse una vez más, estiró los brazos y bostezó.

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- De verdad? - sonrió con fingida ingenuidad, rió de nuevo - Es que siento que nos miran... Pero si es normal, supongo que está bien -

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Su brazo se vio alzado momentáneamente mientras él bostezaba. Vicky se  incorporó y se levantó de un salto de la cama.

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—B-Bueno... Es normal también que la gente mire—carraspeó—. Pero está bien—tomó nuevamente su mano y comenzó a caminar.

[Misha-Chan]

La jaló suave por las esposas para apresurarla. Caminó golpeando fuerte el piso con los pies descalzos.

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Apretó su mano - Puedes besarme de nuevo - dijo, lo miró traviesa - Somos novios después de todo -

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Apresuró el paso para caminar a su lado. Le lanzó una mirada curiosa.

—¿Estás enojado?

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Le echó una mirada de refilón, seguía tan rojo como un tomate.

—Ahora es a mi quien... Uh, le da vergüenza—confesó apenado.

[Misha-Chan]

Negó - Me gusta oír el sonido que producen mis pies descalzos - explicó, sonriendo al mirar al suelo.

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Estalló en carcajadas y tuvo que respirar hondo para poder relajarse, varios peatones la miraban - Y si hago esto de nuevo? - se embarró los labios de chocolate.

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Arqueó una ceja mirando también el suelo.

—Eres raro—comentó.

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Le echó otra mirada y se estremeció al observarla con los labios húmedos.

—T-Te diría que te gusta torturarme... Aunque no me quejo—sonrió y se acercó a ella.

[Misha-Chan]

- Eso crees? - rió, rascandose la nuca con la mano libre - Quizá lo soy... Pero lo bueno es que sé cocinar - entró a la cocina y se quedó mirando.

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- Te gusta que te torture - había dejado de caminar para mirarlo también, la persona que iba tras ella tuvo que parar para no chocar con ella. - Y si... Un conocido tuyo... Nos ve? -

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—No lo creo, lo sé. No es como si la gente normal tuviera chicas encerradas en su casa esposadas a su muñeca—se encogió de hombros y entró tras él.

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Se encogió de hombros.

—No estamos haciendo nada malo, ¿verdad? Somos solo dos novios comiendo helado—rozó sus labios.

[Misha-Chan]

- Uh... Es verdad, soy raro - siguió sonriendo, como si poco le importara - Te gusta la pasta? -

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Se quedó quieta, esperando a que él acortara la distancia - Pero... No les sorprenderá que tengas novia? - sonrió, mirando sus labios - O acostumbras andar con varias? -

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Asintió y se mantuvo a su lado, no es como si pudiera hacer otra cosa. Miró por la ventana, era una noche sin luna.

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Sacudió la cabeza.

—No es eso—hablaba contra sus labios—. Pero, ¿acaso crees que sería muy raro para un chico como yo tener novia?—puso una expresión triste.

[Misha-Chan]

Se inclinó para conseguir cada una de las cosas que necesitaba, todo estaba en la alacena. - Con Arroz? -

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- Es que... Más temprano dijiste que yo era tu segundo amor - murmuró, alzó la vista a sus ojos - Pero creo que mentías... Eres muy atractivo, un galan - se burló - Debiste tener un cabaret a tu disposición.