—¿Ah, sí?—en un rápido movimiento se pegó a él, apretando su entrepierna—¿Te excita... o te sube el ego que una chica gima tu nombre?—apretó más.
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Soltó un gritito y alzó su pelvis, suspirando ante la sensación. Comenzó a frotarse de arriba a abajo, soltando suaves jadeos.
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Jadeó inclinándose hacia adelante, estaba un poco apretado, pero por el contrario, le gustaba.