- Eso es porque tu también eres una pervertida... Más pervertida que yo, Ama - ronroneó al sentir su mordida, se estremeció y volvió a tomarla por el rostro, le besó la nariz.
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- Para nada - negó con una sonrisa - Está muy bien, ya lo dejaste a él completamente, así que estás al 100% para mi -
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- Me... Alegra - suspiró y tomó el jabón, se giró y fue a él para frotarle el pecho - Ahora... Tomaremos una siesta juntos, si? -
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Se acercó más, tenía una expresión de duda en el rostro, mirandolo, no estaba tan segura... Es que... La ponía tan nerviosa.