Su voz lo volvía loco, apretó con más fuerza mientras mordía, apartó la mano y la coló bajo ella para soltar el sujetador.
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- Ajá... Apresurate... Yo debería poder verme lindo también - su voz sonó ahogada, estaba boca abajo.
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Volvió a reír, se levantó de la cama y fue a buscar algo en un gabeta, tardó un poco en sacar una bufanda negra, se acercó a él - A cuatro en el piso, ahora - ordenó.
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Asintió obediente y fue caminando hasta allí, escuchando sus palmas descalzas en el suelo, qué le pediría?.