Mine

[Misha-Chan]

Sintió el apretón y gimió, él aun no estaba...
Solo le costó un par de estocadas más para regarse... Una vez más, la apretó y mandó la cabeza hacia atrás.

...

- Adivina el mío - ordenó, luego carraspeó mientras seguía mirándolo - Te gusta algún deporte? - se había encontrado interesada en conocerlo más.

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—A-Ah... Caliente—suspiró mientras lo sentía regarse en su interior. Escondió el rostro en su cuello y le dio un mordisquito.

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Parecía hablar sin orden de pensamiento alguno, Ro sonrió.

—No sé... ¿Rosa?—tanteó y luego asintió a su pregunta—. Solía practicar salto con pértiga en secundaria.

[Misha-Chan]

Gimió, estaba tan... Agotado, tumbada aun en ella y sin querer salirse, alargó una mano hacia su rostro, tocó sus labios y les dio un pellizquito.

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- No, odio el rosa - chasqueó la lengua - Me gusta el rojo - abrió la boca asombrada - Y es divertido?... A mi me gusta el fútbol, el uniforme del equipo que me gusta es rojo... No es genial? -

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Lo miró con los ojos entornados, respirando agitada. Sacó un poco la lengua y acarició su dedo con ella.

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La miró un poco enternecido, parecía una niña.

—¿Juegas bien?

[Misha-Chan]

No tenía alientos para poder hablar, agarró su lengua con dos de sus dedos y la jaló pasito.

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- Si!... Algún día jugaremos, lo verás - sonrió encantada, se inclinó un poco hacia él - Pero para eso... Tendrás que quererme mucho -

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Estiró el cuello para poder tomar sus dedos entre sus dientes, mirándolo retadora.

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Sonrió y se estiró un poco para darle un piquito, volviendo a su posición original, sonrojado.

—Eres muy linda.

[Misha-Chan]

Se dejó, con una sonrisa cansada. - Vicky - dijo, con las fuerzas que había retomado.

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Algo había pasado por su cabeza que la hizo cambiar la sonrisa por una expresión de decepción, se inclinó para besarle la nariz - Ro... No quiero azotarte... Jamás! -

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Metió uno de sus dedos a su boca, atrapándolo por completo, sacándolo luego muy despacio, mojado, sin despegar los ojos de los suyos.

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La miró, un poco desconcertado.

—¿Por... qué?

[Misha-Chan]

Alejó su dedo de la boca de ella, le picó la nariz embarrando con saliva - Niña... Mala -

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- Porque... Porque duele! - exclamó, cerró los ojos y respiró buscando calmarse - No quiero hacerte tanto daño... Aunque te guste yo... Yo no podría -

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Arrugó la nariz y le sacó la lengua. Luego estiró los labios pidiéndole un beso.

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Bajó la cabeza, él también se sentía un poco decepcionado.

—¿Ni siquiera porque yo te lo pida?—hizo un puchero.

[Misha-Chan]

Se alzó para alcanzar sus labios, siendo en esa ocasión menos intenso. Se levantó despacio de encima de ella, saliendo por fin - Quieres... Salir un rato? - preguntó, el podía estar cansado... Pero sabía que ella seguiría activa, estaba bien gastar de su energía.

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Suspiró resignada... Ella en verdad habría preferido no hacerlo - Está... Bien - tuvo inmensas ganas de preguntarle por qué le gustaba sentir dolor, no entendía de alguna forma.
 

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Sonró y asintió varias veces, animada.

—Voy al baño—se incorporó y al intentar salir de la cama se percató de un pequeño detalle que la pasión la había hecho olvidar por completo—. Oh—observó sys muñecas tpdavía apresadas, lanzándole luego una mirada divertida.

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Sonrió y la abrazó en un impulso, estrechándola contra su pecho. Le encantaba sentirla pequeña entre sus brazos.

—Siento ser un pervertido—murmuró contra su pelo.

[Misha-Chan]

Soltó una carcajada y se levantó - Que bien... De todas formas yo también tenía que ir al baño - la jaló - Casi pareciera que vivimos en el baño -

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- Yo también soy una pervertida - dijo, haciendo un mohín - De lo contrario no estarías aquí -

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Soltó una carcajada pero cuando cayó realmente en cuenta de sus palabras lo miró con una ceja alzada.

—¿De verdad irás a mirarme haciendo..?—no terminó la frase e hizo un mohín.

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—Estoy aquí porque tú me querías entregar a tu hermano—replicó, aunque sonreía, sin ninguna clase de rencor—. Pero bueno... Supongo que estamos a mano.

[Misha-Chan]

- No - se burló de ella y la obligó a tirarse al suelo con él para buscar la llave bajo la cama.

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- Pero tú no me has hecho nada malo... Yo ta iba a usar de señuelo para que dejara de... - no completó la oración, rodó sobre él, soltándose para acostarse a su lado.

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Se puso de rodillas y esperó a que él se asomara bajo la cama en busca de la llave. Se estremeció, el suelo estaba helado.

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—Pero... gracias a mi fuiste azotada—se mordió el labio—. Y te obligó a que miraras cuando Haru y yo...—evitó su mirada.

[Misha-Chan]

Sonrió triunfante al alcanzarla, se levantó antes de tiempo y se golpeó la cabeza con la cama - Mierda... - se quejó.

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- Shh! - se estremeció y suspiró - Ro... Haru es solo tú amiga, verdad?... Sólo yo te gusto... Verdad? -

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Soltó una risita.

—Ese ha de haber sido un castigo divino—dijo en tono burlón. Luego posó una mano sobre su espalda.

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Asintió.

—Ella siempre ha sido como una hermanita para mi—por eso haberle hecho eso había sido tan... malo.

[Misha-Chan]

- Los castigos divinos duelen - hizo un puchero mientras se acariciaba la cabeza, soltó las esposas y sonrió - Listo, puedes ir... Intenta no tardar... Me haré en los pantalo... - miró hacia abajo, su amigo seguía afuera. Su pálido rostro enrojeció y lo guardo una vez más.

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- Si Haru no disfruta del dolor... Por qué se habrá metido en esto? - suspiró, se sentía culpable también por lo ocurrido - Y... Tengo que pedirte disculpas... Yo también le hice eso -

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Mientras se acariciaba la muñeca, contenta de ser libre de nuevo, soltó otra risita, enternecida por su sonrojo. Se puso de pie.

—Es increíble que te sientas avergonzado por algo así—puso sus manos sobre su cintura—. Yo debería ser la que debería estar así—hizo referencia a su cuerpo desnudo y dándose media vuelta caminó altiva hasta el cuarto de baño.

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Sacudió la cabeza.

—No tengo que disculparte en nada, después de todo... Yo fui quien le hizo lo peor—su rostro mostró una mueca amarga; luego se mostró pensativo—: No tengo idea de por qué ella se prestó para algo así... Me sorprendí mucho al verla ahí.