-Tal vez si llegan hasta allá puedan lograr volver a su mundo. Aunque también puede que no.- respondió.- Aunque yo si estaría de acuerdo en ayudarles.- suspiró. De pronto la lluvia dejó de caerles encima, ambos dirigiendo su mirada hacia arriba se encontraron con un rostro familiar.
-¿Rosette?- preguntaron ambos a coro.
-Hola Ozura, Gyokusho.- bajo del árbol, estaba completamente seca.
-Creo que ya tengo la cura para tu amigo.- le dijo a Ozura, la cual habia hablado antes con ella buscando ayuda para la cola de Gyokusho.
-¿Eh?