Ozura se quedó recargada en la casa, cerca de una ventana, Gyo la acompañaba. -Ah... no sé que hacer.- exclamó suspirando, ellos sin ayuda de un dragón no podrían, pero también tenía que ir por el unicornio. Se llevó las manos a la cabeza alborotándose el cabello. -¿Qué hago?...-
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-Hum... bueno yo soy bueno con las armas, especialmente con las dagas.- exclamó Yitán -Y... soy más rápido que otros de mis compañeros.-