Limitación en las relaciones humanas: El corazón se da cuenta de la amargura del alma de uno, y en su regocijo no se entremete ningún extraño.
¿Puedo expresar siempre mis sentimientos más íntimos, sean de tristeza o de gozo a los demás y decirles exactamente por lo que estoy pasando? ¿Puedo siempre comprender a plenitud lo que otra persona siente? La respuesta a ambas preguntas es no.
Simplemente a veces no recozco algunos indicios y no tomo las medidas necesarias. Y aunque es consolador acudir a un amigo comprensivo para recibir apoyo emocional, tanto ellos como yo, estamos limitados en el consuelo que podemos ofrecer.