No son más que pensamientos
Es inevitable; los cambios existen y siempre estarán presente en nuestra vida, deseemoslo o no. A veces esos cambios pueden llegar a ser buenos, desafortunadamente, tal como lo son buenos también lo pueden ser malos.
En mi caso, he tenido muchos cambios, quizá algunos han sido malos, pero intento verles el lado positivo para no llegar a la desesperación o en su defecto, no deprimirme. ¿Con qué resultado? Al final terminan por gustarme ese cambio, quizá me estoy mintiendo, pues he de admitir que últimamente he sacrificado mucho para adaptarme a ellos. Uno de esos sacrificios, por ejemplo, es el tiempo que antes dedicaba a ver anime como a escribir; ya no lo suelo hacer con frecuencia y aunque no quiera eso poco a poco va quedando en un tercer plano o hasta en un cuarto, desapareciendo poco a poco de mis “gustos” o “mis prioridades”.
¿Quién dijo que crecer es fácil? La responsabilidad va en incremento mientras cumplimos años. Ya no disfrutamos de cosas que hacíamos cuando jóvenes, cuando niños, pero eso no quita el hecho de que ahora disfrutamos de cosas que cuando niños o jóvenes era imposible disfrutar.
La vida en sí es un ganar y un perder.
¿Qué has sacrificado tú? ¿Qué has ganado?