Se giro para verla acostada - Hey... Se supone que solo el ganador tenía derecho a masaje - hizo un puchero y puso una mano en la espalda de ella, sobre la suave tela del sueter - solo quieres que me aproveche de ti - rió.
Annice sonrió - Si, si, la decoraré después - se sentó en una esquina de la cama - Si, al parecer será muy cómoda -