Hizo una mueca, sintiéndose un poco culpable.
—No me pareció tonto. Y bueno… creo que todos los seres humanos somos malos de alguna manera —terminó de limpiar la herida. Pese a todo, parecía ser un corte limpio, no totalmente, pero ahora que la sangre había sido limpiada, la herida ni siquiera era tan grande.
Se levantó para botar los algodones en la papelera y se volvió a él con las manos en la cintura.
—Probemos algo —dudó un poco en si sería buena idea. Suspiró —: Si te digo que la persona que me llamó era mi amante, ¿eso cómo te hace sentir? —se mordió la lengua, esperaba no estar cometiendo un error.