—No entiendo por qué te molesta tanto, él es divertido—se acercó a Aaron para quitarle el trozo de manzana que tenía en la boca—. Te vas a venir atorando un día de estos—habló, aunque sabía que no lo escuchaba, siempre había tenido un sueño pesado.
.
Le quitó el pantalón a su hermana y luego procedió a quitarse el suyo propio, no sin antes lanzar una mirada insinuante a Zoé.
—¿Quieres hacerlo tú?—le preguntó.