Hola~
Si, una semanita... Tengo mal al cerebro .w.
Además de que el cap ha sido algo rebuscado xD
Lo llamaría a los primeros capítulos... "el arco de la tranquilidad" lol
Agradezco vuestra paciencia, amor y... comentarios .D~
Aquí:
cαριтυℓσ ιιι
Se encontró con un desconocido, recostado en una de las camas. Al parecer éste no había notado la presencia del David mismo, el cabello largo… La piel blanca y mantenía los ojos cerrados… ¿Quién era ese muchacho?.
Dio algunos golpes a la madera de la puerta con los nudillos, esperando a que su compañero lo escuchara y prestara atención, abrió uno de los ojos y lo miró… Con fastidio.
-Tenías que tocar antes de entrar – dijo, con su fría voz, a David se le puso la piel de gallina.
- Ha sido mi error… No sabía si ya estabas y como tenía la llave… -
El pelilargo bufó, demostrando su poco interés a lo que le decía el moreno. – Y bien… ¿Cuál es tu nombre? –
-¡Bennett!.... David Bennett – lo observó con nerviosismo, no parecía ser nada amigable y a David se le dificultaba el trato con las personas serias, nunca entendía el punto de vista de ellos y las palabras se le enredaban en la garganta al no saber como dirigirse a ellos, para su alivio el chico dejó de mirarlo. Tragó antes de atreverse a abrir la boca - ¿Cómo te llamas tú?-
Aguardo con ansias su respuesta, y se preguntaba que clase de nombre tendría una persona tan seria como su compañero… Después de todo… Creía que los nombres siempre iban de la mano con la personalidad de la persona, aunque no estaba del todo seguro… Era una simple impresión.
-Ángel – Abrió la boca… Era un nombre inusual… Realmente jamás lo había oído en alguien – Ángel Suniet
– Inusual… Totalmente inusual. David sonrió, si lo que él pensaba (Que los nombres se relacionaban con las personalidades), era real… Ángel resultaría ser un buen chico.
- Me alegra conocerte, Ángel – se acercó para extender su mano hacia él, el pelilargo se quedó mirando a la mano, parecía concentrarse en la piel del nuevo. En lugar de acercar su mano, acercó su rostro para olisquearla, al alejarse siguió mirando a David con interés.
- ¿Qué tipo de sangre eres? –
- ¿C-cómo? – L e pareció haber oído mal… No, quiso haber oído mal, no entendía la naturaleza de ésta pregunta, retiró su mano al ver que había sido rechazada – O positivo – contestó.
Ángel balbuceó algo, él no le dijo nada más, se acercó a la cama contraría a la de su compañero y arrojó la mochila que había llevado consigo todo ese tiempo… Las cosas valiosas que jamás dejaría a otra persona estaban allí.
-Iré a explorar – al salir, se aseguró de llevar las llaves consigo y cerró la puerta.
Ángel se las había arreglado para ponerle los pelos de punta, esa actitud tan distante… Y luego aquella pregunta… ¿Intentaba molestar a David?, era una gran posibilidad… Después de todo era nuevo… Y creía que Ángel no. Pero no podía estarse creando ideas de los demás, aun no lo conocía y podía ser que Ángel evitara el buen trato con los desconocidos.
Se guardó las manos en los bolsillos mientras caminaba por los pasillos, le pareció escuchar un gritito en una de las habitaciones y por más que la curiosidad le picara… No se pegaría. Resistió la tentación convenciéndose de que no le convenía meterse en asuntos que no le importaran, luego también consideró la opción de encontrarse con Nyx si se encaminaba a la enfermería, sonrió y asintió con ánimo: Iría a buscar a Nyx. Apenas había dado unos pasos, cuando escuchó una voz desde el otro lado de la puerta por la que pasaba enfrente, tal puerta se abrió hacia afuera y le golpeó de lleno el rostro.
Cayó sentado en el suelo, quien fuera que había abierto la puerta tenía tanta fuerza… O él era demasiado débil. Se sostenía la nariz mientras esperaba ver al culpable.
Abrió la boca sorprendido al encontrarse con una chica, esta lanzó un chillido y se acercó a él, inclinándose para mirarlo de cerca - ¡Perdón! – exclamó, aparentemente apenada. Él no dijo nada, intentaba entonces convencerse de era muy débil, se había dejado tumbar por una chica… Y no pensaba aceptar que quien veía frente a él, tuviera tanta… La chica agitó la mano frente a los ojos de David, como si pensara que podía haberle causado un daño en el cerebro con el golpe. - ¿Estás Bien? –
Sacudió la cabeza para reaccionar y se soltó la nariz, de esta bajaba un hilito de sangre desde la fosa izquierda. – Si… No te preocupes – sonrió, mientras admiraba la expresión preocupada de ella, quien sus ojos verdes no se apartaban de la nariz de él.
-Estás sangrando –
- ¿Enserio? – incrédulo, llevó sus dedos a la nariz nuevamente y tocó bajo ella, efectivamente sintió húmedo allí, se miró los dedos - Uh… Pero no es nada- intento animarla, ella aun se veía preocupada, sacó un pañuelo desde el bolso que llevaba con ella, le limpió la sangre y el evitó mirarla a los ojos para no sentirse avergonzado, así que encontró la gorra que ella llevaba, curiosa, parecía llevar un conejo…
Pero no estaba seguro, volvió a sus ojos - ¿Eres nueva? –
Ella negó, retirando el pañuelo y dejándoselo en las manos – Puedes quedártelo, lo necesitarás para frenar la hemorragia – giró los ojos y rió.
-Me parece haberte visto antes – soltó, prestando atención a su forma de vestir, cada prenda negra en su mayoría.
- ¿Si? – sonrió y se puso de pie, extendiendo una mano hacia él para ayudarlo, David aceptó y se incorporó, era algo más alto que ella – A mi no… Soy mala con las caras… Realmente tengo una pésima memoria, puedo olvidar cosas que acaban de pasar hace unos minutos – elevó los hombros - ¿Cómo te llamas? –
Se sintió popular, no había pasado mucho por el lugar y ya estaba repartiendo su nombre por todas partes – David – contestó.
-Bien… Dave, soy Lola – le tomó una de las manos y sacudió frenéticamente. David sonrió divertido mientras el también sacudió un poco. Ya lo había apodado, muchos lo llamaban así, pero aun no había expuesto eso hacia ninguna de las personas con las que había tenido la oportunidad de cruzarse - ¿Quieres ir a la enfermería?... Me preocupa esa nariz tuya –
Ahora había quedado como un delicado, negó - Pero… Si planeaba pasar por ahí, buscaría a alguien – miró el pañuelo manchado, Lola lo había golpeado con la puerta, aun le parecía una forma curiosa de conocerse, aunque le ocurría con frecuencia… Incluso con la puerta del refrigerador, miró al suelo avergonzado – Tú… ¿A dónde ibas? –
-A dar una vuelta… Mi compañera parece tener problemas de humor – miró dentro de la habitación, la puerta seguía ligeramente abierta.
-Que divertido – sonrió al alzar la vista – A mi me ocurrió algo igual, él no parecía muy contento de verme… - Lola lo agarró por un brazo antes de que terminara de hablar.
- Déjame acompañarte - sonrió y el pelinegro no fue capaz de negarse. Después de todo… Tampoco estaba muy seguro de donde quedaba, también aprovecharía para presentarle a Nyx, ya se había creado una muy buena impresión de Lola, cualquiera habría muerto de la risa al verlo allí tirado.
Aun así… Jamás se creería lo afortunado que era… Al encontrase con Lola y no con alguien más, quien el fluido rojo le habría causado mucho más interés.
Chararán~ :3