-Gracias- tomó las pastillas, tenían sabor a frutas, pero de igual forma no le gustaban.
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-Hola linda- le sonrió y vio al niño- ¿Y el es...?
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-A-algo así- contestó con el mismo tono de miedo.
-Menos mal decidiste volver aquí, necesitábamos al campeón devuelta, que bueno que quieras volver a montar- dijo suspirando uno de ellos.
-Yo... yo no quiero montar otra vez-
-¿Cómo que no? Ya viniste hasta acá, montarás al menos un caballo- contestó el otro.