—De acuerdo. Pero te acompañaremos un rato. Tiene todo el derecho a sentirte triste, pero Miku ahora necesita sonrisas — le sonrió débilmente.
—Se sentirá muy feliz.
Fueron a comprar de inmediato todo. Al llegar al hospital, sin saber que estaban Shoune y Kaito allí, preguntaron por Miku.
La enfermera les dijo que solo les permitiría estar un rato con ella, porque debía descansar luego de esa riesgosa operación.
Los condujo hacia la habitación, pero la cama estaba toda distendida y las sabanas tiradas en el piso.
— ¡¿Y LA PACIENTE?! — avisó a seguridad. Comenzó una búsqueda desesperada.
—Tenemos que ayudar Gakupo. Quien sabe que le pasó a Miku-chan — se estaba poniendo muy nerviosa — Ven, tomemos el ascensor. ¿Dónde crees que se metería una chica como ella y estando operada del corazón? — le preguntó porque él la conocía mejor.
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—Tú estás viendo pornografía en internet ¿No?