Mientras tanto Sakura salía en muchas revistas como la idol en la que se había convertido, ya sea sola o con su novio, el modelo Ryou. Aunque Gakupo estaba celoso, ella no le daba demasiada importancia. Tal vez en vez de ser cantante, seguiría los pasos de su tía Gakuko, siendo modelo de pasarela profesional para acompañar a su novio también en el exterior.
— ¡Hermana, te llegó un vestido! — gritó desde abajo Oyuky con algo de fastidio. En el último tiempo se había convertido en la cartera de la casa que repartía los paquetes y numerosos regalos hacia su hermana — Es de Ryou — dijo picarona.
—Oyuky, ya te dije que dejes de leer las tarjetas.
—No la leí. Lo adiviné. Dime de quien es — le dio el vestido junto con la tarjeta.
—De Ryou… — la estaba leyendo.
— ¡NO ME EQUIVOQUÉ! — se le rió cínica en la cara.
—Bueno, ya.
—No seas odiosa, Sakura-chan. Tienes que invitarme a la grabación de tu primer disco para también ser tu corista, no solo baterista.
—Pero ya tenemos coro… a menos que quieras hacer dúo — le sonrió.
—¡Yo quiero!
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—No sé, hay que ver qué dirán ellos… — Kanade diría un rotundo no, eso lo sabía. Les acariciaba la cabeza mientras les hablaba.
—Yo voy a cuidarte siempre, siempre, siempre — le dijo Natsu con un brillo en los ojos.
—No es necesario que lo hagas. Me basta con que me ames.