-No es nada… es una estúpida feria – bajó el brazo en el que estaba sosteniendo el papel – “No llores Meian, no llores. Si lo haces quedarás aun más ridícula de lo que ya eres. ¿Pensaste que iría contigo, verdad, pequeña tonta?” Un tonto papel…
-No me va a pasar eso. Ya ves, estoy perfectamente bien. Puedo pararme, caminar, estar sentada y hablar. Con eso me basta. – Para ella si no podía hacer alguna de esas cosas en verdad estaba enferma. Sino , le daba igual. Odiaba los doctores.