En un momento, Meian se levantó a enjuagarse la cara y preparar el desayuno , porque había tenido una pesadilla de alguien que la perseguía en la oscuridad y la vigilaba … aunque eran las cinco de la mañana. Al mirar con cansancio el reloj de la pared de la cocina, maldijo e insultó todo lo existente.
Escuchó un sonido que provenía de la sala. Se extrañó bastante, ya que no tenía ninguna mascota y Gakupo estaba durmiendo como un bebe. Muerta del frío, porque no se había puesto la bata, se dirigió allí.
Al prender la luz, notó la pierna de alguien pasar velozmente hacia un lugar oscuro de la habitación. Pensó que había sido su imaginación.
Al momento escuchó respiración. Fue hacia la oscuridad y sintió como alguien le tapaba la boca instantáneamente para que no gritara. De la desesperación le pegó un codazo en el estomago y empezó a gritar como una loca por toda la casa, tirando todo lo que tenía a su paso.
-Ugh… - se escuchó un quejido – Se nota que no saliste a tu madre – murmuró solo comprensible para él.
-¡HAY ALGUIEN EN LA CASA! ¡HAY ALGUIEN EN LA CASA!