-¡Wow! ¡Está allí tu galán! Lo acabo de escuchar, no me puedes decir que no, princesa. Pásame el teléfono.
-Ni lo sueñes. Si crees que harás un circo con mi vida privada, estás muy equivocado. Ya suficiente tengo… que con la memoria de Kanade, el tipejo que secuestró a Kokone, mi madre, todo el mundo que me odia sin razón alguna. Estoy cansada de todo, ¿sabes? Y todo porque… ni siquiera sé por qué. Déjame en paz. Si quiero cavarme mi propia fosa déjamelo hacerlo tranquila, ya no hay nada que me interese en este momento – respondió enojada, cortando la llamada – Siento que hayas tenido que escuchar eso…