—Eres un idiota — le dijo dándose cuenta de todo — Y te enojaste, le gritaste, dijiste cosas feas y te fuiste de la casa como cuan cobarde. Felicidades hermano — miró su mano — Y te quitaste el anillo que te regalé — eso a terminó de indignar. Se acercó y lo agarró de la oreja, arrastrándolo hacia ella — Ahora vas, compras unos regalos, chocolates, flores y vestidos y le pides de rodillas que te perdone, idiota —Ella era bastante temeraria cuando se ponía seria, fría y tajante.
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—Artemis— volvió a decir, como queriéndole comunicar a la niña que ese era su nombre.
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Meian se puso a arreglar el jarrón que había roto. Para vestirse con ropa nueva tuvo que agarrar una cortina de seda del living, cortarla y cocerla para darle la forma de un vestido. Se cambió luego de bañarse y dormir a Sakura.
Siguió arreglando el jarrón , pegando parte por parte , pedazo por pedazo con un pegamento especial. Aun así sus ojos estaban sumamente rojos e hinchados de llorar.