-Es que generalmente no viene nadie a visitarme – sonrió débilmente, sacando el juego y extendiéndolo en el suelo, a un lado del televisor.
“Tienes minifalda” “Eres mujer” “Estás enamorada de él” “Sentirás cositas ante el contacto físico”
Se le venían mil cosas a la cabeza. Pero ahora no importaba.
Solo quería pasar tiempo con él, ver su sonrisa y contarle sobre ella misma, aunque fuera la persona más aburrida del mundo. Sabía que no lo vería por un buen tiempo luego de ese día, ya que tenía que hacer el disco.
-Ya está - sonrió amablemente con un carmín en las mejillas. Estaba realmente avergonzada, pero pretendía dejar aquella timidez atroz de lado que le impedía dirigirle la palabra - Ayer ... cuando bailamos , hiciste palpitar mi corazon de emocion. Creo no haberlo dicho. Gracias.