—Entonces haz el casting de bailarinas — sugirió Ikki. Siempre las idols precisaban de bailarines para apoyo.
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Tres años después, Kanade trataba a sus sobrinos como hijos propios. Él se había encargado de darles de comer, vestirlos, educarlos y lo demás. Se había convertido en un gran pianista y compositor de música melódica nacional para poder brindarles la mejor vida.
Aunque a veces era un poco rígido con ellos, allí estaba su mamá dándole el apoyo y el amor que necesitaban, a pesar de estar confinada en una silla de ruedas.
Y por su parte, Natsu-chan, era la misma pequeña dulce e hiperactiva que alguna vez lo fue Kokone de niña. Sus personalidades parecían clonadas.
—Papito, encontré tus orejas de gatito — le dijo a Len con las orejas de gato de loveless xxx y la cola puestas. Por más que Len escondiera las cosas, principalmente las orejas y la cola esas, Natsu tenía la habilidad de encontrarlas.