—Tenemos que hacer algo. Aunque se nota que tu primo es bastante manipulador. Será difícil.
— ¡OYUKY! —se escuchó el grito desgarrador de Meian desde adentro. Oyuky se había autolesionado los muslos con una Gillette. Meian le sacó de un manotazo esa cosa y la abrazó de la cabeza enseguida, pero por alguna razón, la niña ni siquiera expresaba muecas de dolor — ¿Por qué has hecho eso hija mía?
—Para que quede parejo con mi frente — contestó sin más.
Saito abrió la puerta de la casa y estaba todo oscuro. Zatsune había dejado una nota: “Me fui a comprar”
— ¡WI! La casa para nosotros solos — solo tendría un momento de paz, así que empezó a desvestirse en la sala.
--
“Si” puso.