—Ah, ¿En serio? — lo miró a los ojos. Parecía no tener idea de nada de lo que le estaba hablando, por esa razón afinó más su oído y le prestó atención — Algo que le baja a las mujeres… — murmuró en voz baja pensante. Lo primero que se acordó fue el tacho de basura del baño que a veces estaba con sangre… y le dio un escalofrío.
Kanade escuchó a Shaine que hablaba por teléfono. Levantó la oreja para escuchar mejor.
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Abrió bien grandes los ojos de la sorpresa, cosa que ni le hacía falta hacer, porque el tamaño de sus globos oculares ya eran enormes de por sí.
— ¿B-be-bes? — murmuró nerviosa. Empezó a reírse del mismo nerviosismo — ¿Desde cuándo has estado pensando en eso? — hizo una mueca chistosa.