-De acuerdo, no hay problema si quieres hacerlo, no me molesta en absoluto – le hizo ojitos.
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-Nos quedaríamos más tiempo, pero la situación no da para eso. Aparte no vamos a estar mucho tiempo lejos, solo unos treinta días.
-Si, y luego de un mes prometemos que vendremos a visitarlos otra vez.
-Ya sé que me odias, pero voy a hacer todo lo posible para que me quieras. Para que aprendas a quererme. Yo sé que cuando me fui eras muy pequeña como para recordar el afecto que sentiste por mi alguna vez – le besaba la frente repetidas veces con muchísima suavidad.
-El problema es que no puedo confiar en tus palabras. No sé si me estás mintiendo o no.
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Apuró el paso.
Al llegar al parque, se sentó alejado de todos. Tal vez él era parte de la familia, pero no quería estar muy cerca de Meian porque ello le causaba dolor. Y tampoco quería que sus sobrinas se dieran cuenta de lo que él sentía aun por su mamá.
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Se sentó luego de que la corriera. ¿Un caballo o un caballero?
Desvió la mirada hacia el elegante mantel ,sin saber que decir exactamente. Quería sonar lo mas natural posible.
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-¿Iroha? ¿Mikuo? – sonrió aun con los ojos entrecerrados y viendosolo dos manchas borrosas de colores - ¡Me vinieron a ver!