-Es una buena combinación. Esta vez sí que le quitaremos, primero que nada, el puesto a esos dos mocositos del diablo – sonrió con la misma malicia que Shoune y tiró la cabeza hacia un lado, un poco para atrás, para mirarla – Dulce venganza. No estoy para nada arreglada, pero me voy así – dijo mucho menos frustrada que esa mañana.
Estaba vestida con una minifalda rosada con bolados, debajo unas calzas negras y unas chanclas. Su cabello era caótico… pero el jopo lo tenía intacto.
Tampoco le importaba demasiado.