-¡Bien! – se acercó y le susurró al oído – le gustan las rosas bordó, que no tome mucho vino, halaga su cabello, nunca, pero nunca, mires el pequeño lunar de su mejilla cuando te habla y sobretodo, le gustan los mimos.
Un aura densa comenzó a invadir el lugar.
Intentando no parecer una bestia peluda, Meian tomó de los brazos a sus hermanos para llevárselos de allí, sin siquiera haber escuchado la respuesta de su actual compañero.
-Gracias por todo. Me los llevaré antes que pase alguna catástrofe – rechinó los dientes, exasperada. Abrió la puerta , dispuesta a irse.
Maldecìa mentalmente las cinco tazas de cafe que tomò esa mañana.
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Ya he masacrado a mi familia.
Pero aun no obtengo los 62 capitulos.